Chofer cuenta cómo sobrevivió a choque con caballo en el Troncal Sur
Ricardo Ahumada es, irónicamente, prevencionista de riesgos y el lunes sufrió un aparatoso accidente que pudo ser fatal.
Todos los días, Ricardo Ahumada Norambuena - casado y padre de dos niñitas de 9 y 6 años - hace la misma ruta y siempre a la misma hora para evitar el taco y llegar temprano a su trabajo en el barrio industrial de El Salto. Viaja desde Villa Alemana a Viña del Mar por el Troncal Sur.
Como prevencionista de riesgos de una importante empresa nacional, Ahumada viajó por quince años haciendo la ruta de La Dormida y algo que dice, aprendió conduciendo por esta peligrosa vía, fue que si se cruzaba un animal, jamás debía frenar, sino que seguir para evitar volcarse. Así cuenta, en una milésima de segundos, reaccionó a comienzos de esta semana cuando se dirigía a su trabajo.
"El lunes salgo de mi casa, tomo el Troncal Sur como todos los días y a eso de las 6.40, paso por el free flow de Quilpué, voy por la segunda pista, es decir, pegado al bandejón central, y aparecen unos caballos. Yo divisé 3 caballos, a esa hora todavía está un poco oscuro, pero era más de uno", relata con impresionante claridad y calma.
Y continúa su relato, señalando que "algo que aprendí durante 15 años antes que estuve viajando por La Dormida, es que si se te cruza un animal, sigue adelante y no trates de esquivarlo porque te terminas volcando. Entonces al ver al animal encima, lo único que hice fue afirmar fuerte el volante".
Ricardo Ahumada agrega que sintió el fuerte impacto del animal contra su automóvil, perdió de inmediato la visión porque perdió sus lentes, se activaron los airbargs y el parabrisas se trizó por completo.
Tras el impacto, el caballo se azotó contra el parabrisas, pasó por sobre el techo y terminó sobre la calzada. En paralelo, el vehículo continuó desplazándose hasta impactar contra la barrera de la primera pista y terminar de vuelta al centro de la calzada a la altura de la salida hacia la Villa Olímpica.
Lo increíble de todo, es que Ricardo Ahumada jamás perdió la conciencia, tanto así que atinó a encender las luces de estacionamiento e incluso tomar su chaleco reflectante.
"Se detienen dos vehículos a mi lado, eran dos mujeres, me preguntan si estoy bien. Me bajo, me coloco el chaleco reflectante y una de las señoras me pregunta cómo puede ayudarme o a quién llama. Le digo que se comunique con la concesionaria", relata Ricardo.
En eso estaban cuando llegan de la concesionaria, anotan sus datos, un paramédico de la misma firma le realiza un examen físico bastante básico a su juicio hasta que llega carabineros.
Los funcionarios policiales toman el procedimiento, se le practica un intoxilyzer que marca 0.0 y luego lo trasladan al hospital para constatar lesiones y practicarle la alcoholemia.
Afortunadamente, Ricardo viajaba a 98 km/hr y que por un tema de horario, no había gran flujo al momento del accidente.
Ricardo cuenta que los mismos funcionarios policiales le comentaron lo frecuente que era la presencia de animales en la ruta y que debió esperar hasta que retiraran el animal muerto desde la calzada.
Milagro
"Lo único que puedo decir en este momento es que estoy agradecido de la vida, de Dios que a lo mejor tiene otro propósito para mí, porque cuando uno ve el vehículo o accidentes similares, la verdad es que las personas quedan con daños bastante más graves. A mí no me pasó nada", reflexionó.
Conocedor del tema, Ricardo reitera lo que muchos han planteado: la responsabilidad de la concesionaria de mantener la seguridad en la ruta, y en este sentido, impedir la presencia de animales y mantener debidamente cercada la ruta.
"El lunes, por razones lógicas, no pude trabajar. Llevé mi vehículo al seguro, ya lo remataron. Tuve pérdida total. Estoy sin auto y a la espera de un auto de repuesto. Mi esposa tampoco pudo trabajar ese día. Durante la jornada del martes nunca me llamaron de la concesionaria. Esperaré un tiempo prudente para que me respondan por lo ocurrido, de lo contrario tendré que realizar acciones legales", precisó Ahumada.