Trabajador de Villa Alemana falleció a causa de la W-135
Carlos Olivera tenía 46 años. Se sintió mal y en menos de 24 horas sucumbió a causa de esta enfermedad.
Un nuevo fallecimiento a causa de la meningitis W-135 fue confirmado ayer por la autoridad sanitaria en la Región de Valparaíso. Se trata de un hombre de 46 años, quien falleció el pasado 14 de agosto y cuyo caso recién ayer fue confirmado oficialmente como un nuevo episodio de esta cepa de la meningitis.
Así lo dio a conocer la doctora Patricia Lastra, jefa del Departamento de Salud Pública de la Seremi de Salud, quien informó que tras esta confirmación del Instituto de Salud Pública, los casos de meningitis W-135 en la región llegan a cinco durante este año, dos de los cuales han tenido resultado fatal.
"Efectivamente el Instituto de Salud Pública confirmó la presencia de meningococo W135 en un paciente fallecido de 46 años. El paciente falleció el día 14, los exámenes se habían tomado cuando él había sido atendido en la UCI y finalmente fueron positivos el día 18 y hoy día se confirmaron en el Instituto de Salud Pública", detalló la doctora Lastra.
RáPIDA EVOLUCIÓN
La especialista precisó que la evolución del paciente fue particularmente rápida y que no presentaba la sintomatología clásica en este tipo de casos.
"No tenía la sintomatología clásica de una meningitis ni compromiso claro de conciencia, sino más bien una infección generalizada con fiebre y con mucho compromiso en general de todos los órganos", agregó la doctora.
Con esto, la cantidad de casos en el país durante este año aumenta a 49 y los fallecidos, a 14. En la región éste se convierte en el quinto caso y en el segundo fallecido por esta causa.
"Como antecedente, en la región llevamos 12 casos de enfermedad meningocócica. Son casos aislados que se han presentado a lo largo del año: 7 de ellos corresponden a la cepa B y 5 a la W 135", puntualizó la doctora Lastra.
En cuanto al tratamiento adoptado respecto de los contactos del paciente, la jefa del Departamento de Salud Pública de la Seremi de Salud precisó que el tratamiento involucró a un total de 21 personas -17 adultos y 4 menores de edad-, quienes recibieron la medicamentación contemplada en el protocolo para esta bacteria.
"Esta es una enfermedad que no es muy transmisible pero sí obviamente las personas que han estado en contacto con el paciente y sus secreciones sin medidas de protección son las que están expuestas, por lo tanto nosotros hacemos un tratamiento de lo que llamamos los contactos; ellos reciben una o dos dosis de medicamento y con eso se supone que se elimina la portación de la bacteria y se aborta el desarrollo de la enfermedad", puntualizó la doctora Lastra.
La confirmación por parte de la autoridad sanitaria fue informada durante una visita inspectiva y de información realizada en el Centro de Salud Familiar Aviador Acevedo de Quilpué, donde se hizo entrega de material informativo a los usuarios respecto al nuevo esquema de vacunación en caso de ser mordidos por perros, gatos o murciélagos.
FAMILIARES Y AMIGOS
El entorno más cercano de Carlos Ulises Olivera Soto aún no logra asumir su repentina partida. En su casa de la calle Patricio Lynch, en Villa Alemana, sus familiares están aun impactados e intentan resignarse a su ausencia.
Su hermano Luis explica que su familia no desea comentar lo ocurrido y que todos los antecedentes están en manos de la Seremi de Salud.
"Nunca imaginamos esto, fue fulminante. Él estaba con vómitos y diarrea, nunca pensamos que se trataba de algo tan grave y mucho menos que fallecería", comentó Luis, excusándose de entregar más antecedentes por respeto a su padre y a su familia.
EN SU TRABAJO
Igual de impactados con la muerte de Carlos se mostraron en su trabajo, la botillería "Gentille", donde Carlos laboraba hace ya cinco años.
"Imagínese, es como que se muera un familiar. Hablar de esto ya me incomoda, fue repentino, él se sintió resfriado el lunes, el martes pidió permiso para ir al médico y no lo vimos más, así de rápido, no tuvimos tiempo de nada", declaró con una mezcla de impotencia y tristeza el propietario de la botillería, Rodrigo Muci.
El dueño del local catalogó a su empleado como un tremendo hombre con el que compartió más de cinco años. "Esto es como que muriera alguien en un accidente", reflexionó Muci.
Tan inesperado fue el fatal desenlace de Carlos Olivera, que su amigo y jefe recuerda que la última vez que hablaron por teléfono bromeó al escuchar los síntomas que éste le describió, antes de saber qué tenía.
"Él me llama en la mañana del martes (13 de agosto) y me dice "jefe, no voy a ir a trabajar porque estoy enfermo". "¿Qué te pasa?", le pregunté. "Parece que estoy intoxicado", me respondió (Carlos estaba con vómitos e indigestión), a lo que yo le comenté, "qué bueno, a lo mejor con esto bajai de peso", porque estaba gordo... Cuándo íbamos a pensar esto", añadió Rodrigo Muci.
Al igual que los familiares de Carlos, sus compañeros de trabajo también recibieron el tratamiento médico contra la bacteria.
"Todos nos sometimos al tratamiento, obviamente que esto provoca un trastorno porque uno se preocupa, pero lo que nos tiene más mal es lo que pasó", añadió Muci.
La jefa del Departamento de Salud Pública de la Seremi de Salud precisó que la campaña de vacunación W-135 se mantiene hasta fin de año. "Se supone que nosotros el año pasado vacunamos a la mayor parte de los niños entre 9 meses y 5 años y esa campaña fue bastante efectiva porque a nivel nacional, dentro de los 49 casos que han aparecido, sólo hay uno que se presentó en un niño que correspondía al grupo etáreo y que no había sido vacunado, la vacuna es buena", precisó la especialista, quien a pesar de esto insistió en la necesidad de que los padres sean constantes para llevar a los niños al cumplir los 9 meses y cumplir con las segundas dosis. "Esta enfermedad llegó para quedarse", precisó la doctora Lastra.
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