Hoy todos se sientes comprometidos a disparar sobre las FFAA. Muchos que ayer se inclinaban sumisos ante el general Pinochet hoy aluden a la "dictadura". Esto es muy notorio en TV. Hay clamor por saber la verdad de detenidos, desaparecidos y torturados. Cheyre dice "he dicho toda la verdad". Somos pocos los que sostienen que aquello es una confrontación entre los dos bloques que entonces se disputan el control del planeta.

La "copia feliz del Edén" cae en el fogón de la "guerra fría". Entonces no es una reyerta entre "buenos" y "malos", entre "virtuosos" y "perversos". No hay, pues, una pugna entre "blancas palomas" y "gatos carnívoros". El asunto es menos simple.

Chile no es una isla. En 1973 hay factores externos. La verdad que se busca debe abarcar el influjo que, en lo doméstico, tuvo la CIA y el Pentágono y también la KGB y los servicios secretos de Cuba. Esta república opera al servicio de Moscú. La experiencia la vivimos al interior de la UP. Se baraja -en aquellos momentos como opciones no sólo el plebiscito, sino también el autogolpe.

Se deplora el fracaso de la entrevista de Allende con Brezhnev. Tanto la cúpula del allendismo como la oposición y los uniformados deben confesar sus nexos con las dos megapotencias.

Conveniente es escuchar en Youtube a Aylwin justificando, de modo parcial, el golpe.

El mérito cultural de Roberto Ampuero, entrevistado en La Estrella, se fundamenta en su educación recibida en Valparaíso, desde nivel básico a universitario, complementada en centros académicos y profesionales de Alemania, Suecia y Estados Unidos. Además, la acogida internacional de su obra literaria con las actividades detectivescas de Cayetano Brulé ha contribuido eficazmente a la valoración social de la identidad de Valparaíso y de otros lugares de Chile. Ojalá que en su nuevo cargo obtenga mayor rendimiento del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.