Samuel Miller, de ocho años, estaba en clases cuando los profesores le indicaron que debía acercarse al móvil dental que había llegado hasta su escuela -Gaspar Cabrales, en Quilpué-, para que le revisaran la dentadura.
Samuel, obediente, partió de inmediato y se puso en manos de una profesional, quien apenas le observó la boca, le manifestó que tenía una carie en el molar 30 y que había que tratarla.
Dicho esto, la dentista procedió a colocar la respectiva tapadura, explicándole que era por su bien y que no había de qué preocuparse.
Cuando el proceso terminó, el niño regresó a su sala para continuar con sus clases, pero a la media hora del tratamiento, comentó que no se sentía muy bien y que le dolía la boca y la cabeza.
"Fue tal el dolor, que la dirección llamó a los padres para que lo retiraran. La mamá lo fue a buscar y luego de saber lo que había pasado, lo llevó al consultorio de Belloto Sur, en donde le dijeron que el malestar se debía a que el niño se había mordido la lengua", explica Alfredo Alarcón, colega del padre y quien dio a conocer los antecedentes en representación de los padres del menor.
Quemadura
Luego de la visita al recinto hospitalario, la madre regresó a la casa con su hijo. Al día siguiente no lo envió al colegio, porque los dolores no cesaban.
"En el consultorio le dieron una licencia para poder faltar al colegio, pero a los tres días fue tanto el dolor, que al niño tuvieron que llevarlo al Samu para que lo vieran. Ahí se supo que el malestar se debía a una quemadura en su lengua, pero que se podía tratar con líquido de aloe vera. También con ibuprofeno y dicoflenaco, aunque la herida costaría de sanar", detalla Alarcón.
Los padres, al enterarse de esta situación, se acercaron al establecimiento a pedir explicaciones, especialmente a la dentista que había tratado a Samuel.
"Ella sólo repitió que el niño se había mordido la lengua o que podía ser alérgico. Ella quería desviar el problema. Por esto, se ha concluido que la quemadura se debe a dos razones: la primera, que el niño fue quemado con un ácido en la solución de limpieza y segundo, cuando se le aplicó el láser para la tapadura", expresa el hombre.
Hasta ahora, el pequeño continúa sin poder ir a clases puesto que el dolor persiste y no puede alimentarse bien. "Si a uno le duele tanto cuando le sale una cosita chica en la boca, cuánto más a un niño que no ha podido comer por todo el dolor que siente.Por eso, los padres están viendo la posibilidad de hacer una demanda", apuntó Alarcón. J
José Molina, secretario general de la Corporación Municipal de Quilpué, informó que se enteró del caso a través de las redes sociales y no por una denuncia directa. No obstante, se está investigando. "Estamos recabando todos los antecedentes porque hay un informe de la profesional que dice que el niño se habría mordido la lengua, pero estoy pidiendo los informes médicos y se inició inmediatamente una investigación sumaria por el tema. Es más, estamos nombrando un fiscal para que indague todo el problema sumarial para determinar si hubo negligencia médica por parte de la dentista. Esto lo conocimos por las redes sociales, no hubo denuncia formal acá", señaló Molina.
Sumario