La bióloga Verónica Andrade, cuenta que lleva cuatro años tratando de denunciar una irregularidad que afecta al agua en Concón. "En esta época, cuando empieza a aumentar la luminosidad, se empiezan a ver los blooms de cianobacterias que son complicadas para el ser humano. No es simple. Muchas veces, Esval o hasta la misma autoridad han hablado de algas, porque a finales de 1800, estas cianobacterias eran consideradas algas, pero en estricto rigor no lo son, son bacterias que hacen fotosíntesis", explica, apoyada en sus conocimientos.

Andrade denuncia que el agua de Concón presenta sabores y olores extraños. "En general, cuando el agua sale con tierra y moho, se refiere a la presencia de geosmina, como ratifica Esval, y además a metilisoborneol, que le da el olor mohoso al agua", indica.

"Se acaba de hacer la denuncia al ministerio de Salud y la próxima semana vamos a hacer una asamblea con abogados para hablar del tema. Esta agua no se puede beber y sé que hay vecinos que no pueden estar comprando agua envasada. Recomiendo que no se use para cocinar porque el agua que sale de la llave de Concón, dejó de ser potable, pues no cumple con las características organolépticas, ya que tiene olor y sabor", sentenció.

El subgerente de Producción de Esval, Rodrigo Osorio señaló que "actualmente no se ha presentado ninguna situación de alteración de sabor y olor en el agua potable producida en Concón, debido a que la empresa se encuentra realizando un programa especial de trabajo, previamente coordinado con la Superintendencia de Servicios Sanitarios. Si bien durante años anteriores existieron episodios puntuales de alteración y sabor del agua -propios de las características estacionales del río Aconcagua, su consumo siempre fue seguro y no representó ningún riesgo para la salud. (...) Llamamos a la población a estar tranquilos y a utilizar el agua potable con completa normalidad".

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