Extraño mal le quitó la vida a un joven barman del Casino
Se llama Síndrome de Guillain-Barré, enfermedad que poco a poco empieza a dormir todos los músculos.
Poco después de haber cumplido 21 años de vida, el porteño José Cárdenas, sintió un intenso dolor en las rodillas, que lo obligó a asistir al hospital para averiguar qué le pasaba.
Al llegar, le explicaron que no tenía de qué preocuparse, ya que se trataba de un "dolor sicológico" por su leve sobrepeso, pero cuando regresó a su casa en Placilla, el malestar se acrecentó y tuvo que regresar al recinto.
"Cuando volvió, los médicos le dijeron que como estaba resfriado, lo que sentía era un dolor muscular no más, pero se empezó a sentir más mal, al punto de no poder caminar", explica Karina Aros, la mejor amiga de José.
síndrome autoinmune
A partir de entonces, las cosas se complicaron cada vez más, ya que el joven, fanático de la Universidad de Chile, ni siquiera se podía mantener en pie. "Los doctores de Urgencias del hospital Van Buren, al ver que mi amigo estaba empeorando mucho, se dieron cuenta que el dolor no era por un simple resfrío y le hicieron unos exámenes, en donde determinaron que sufría el Síndrome de Guillain-Barré, una extraña enfermedad autoinmune, que empieza a dormir los músculos y el cuerpo, desde abajo", detalla con tristeza la amiga y también compañera de trabajo en el Casino de Viña del Mar.
En efecto, la enfermedad es un trastorno autoinmunitario, en la que el propio sistema de defensa, ataca por error a parte del sistema nervioso, produciendo hormigueo, debilidad muscular y parálisis. Según los especialistas, puede darse después de una infección pulmonar o gastrointestinal, pero no ocurre de igual forma en todos los casos.
"Cuando se supo lo que le pasaba, los médicos dijeron que había que dejarlo al tiro hospitalizado en la UCI, pero como no había espacio, se quedó en el pasillo, en una camilla, esperando", relata Karina Aros.
Las horas siguientes no mejoraron.
"Mi amigo estuvo ahí en el pasillo esperando un espacio, hasta que le dio un paro respiratorio. Por esto, al día siguiente, el 19 de agosto, lo enviaron rápidamente a la Clínica Valparaíso, en donde le indujeron el coma y lo conectaron a un ventilador mecánico", expresó la estudiante.
Hospitalizado
José Cárdenas permaneció en coma por unos días, en los cuales se le realizaron cinco sesiones de diálisis. Su madre y hermanos estaban devastados.
"Tanto sus familiares, como nosotros sus compañeros de trabajo, estábamos súper afectados por esto, porque él era muy buena persona, un barman demasiado amistoso, muy alegre y muy preocupado de su familia. De hecho, en su espalda, de hombro a hombro, tenía tatuado algo como "mi familia es lo más sagrado" y en su pecho tenía la cara de su mamá y abuelo", describe Karina.
Luego de las sesiones de diálisis, José salió del estado de coma y regresó al hospital Carlos Van Buren.
"Volvió porque se había desocupado un espacio y ahí quedó hospitalizado, en la UCI", manifiesta la amiga.
Paralelamente, los médicos le informaban a la familia que no había buenas noticias, dado que la enfermedad estaba avanzando cada vez más, adormeciendo otros órganos del cuerpo.
"Era terrible, porque todo comenzó en sus piernas y empezó a subir... un médico dijo que había que hacerle un tratamiento de sangre que costaba 11 millones de pesos y José escuchó y dijo que no, que no le hicieran nada, porque no tenía los recursos y no quería que su mamá y familia hicieran sacrificios", revela la viñamarina.
Solidarios
Solidarios
Como esos $11 millones no estaban al alcance de nadie, fueron los trabajadores del Casino los que se animaron a hacer eventos de beneficiencia para ayudar al afectado.
"El Casino no nos ayudó en nada, pero como nosotros somos un equipo súper unido, que nos queremos y ayudamos, hicimos una rifa en la que obtuvimos 500 mil pesos. Luego una fiesta, en donde sacamos 290 mil más y otra rifa, en la que pudimos lograr hasta un millón de pesos... pero en ésta última, no pudimos hacer el sorteo, porque mi amigo murió antes", lamenta Aros.
El viernes, la enfermedad ya había llegado hasta sus manos y los médicos temieron lo peor. El síndrome, que afecta a una entre cien mil personas y que no discrimina sexo ni grupo etáreo, estaba haciendo lo suyo.
"De los hombros hacia abajo ya no sentía nada, por eso, antes, cuando la enfermedad llegó a sus manos, los médicos se preocuparon. Ya cuando llegó a los hombros, los médicos lo durmieron con el coma, para que no sufriera daños neurológicos. Pero nada pudo salvarlo, porque tenía tan bajas las defensas, que tuvo un paro, neumonía, se le bajaba la presión... y muchas cosas más", apunta la joven.
Finalmente, la lucha de José terminó la madrugada del viernes 13, dejando un gran vacío entre sus cercanos.
"Su familia está muy mal, porque él era una persona muy buena que incluso se preocupaba de hacer las cosas, lavar la loza, la ropa, antes de que su mamá llegara del trabajo. No tenía polola, porque su gran amor era la U... era un buen amigo que vamos a extrañar mucho, por eso, fue harta gente al funeral", precisó Karina. El velorio se realizó en la Iglesia Corazón de María de Valparaíso y su funeral, en el Cementerio Parque del Sendero, ubicado en Camino La Pólvora. J
"De los hombros hacia abajo ya no sentía nada, por eso, antes, cuando la enfermedad llegó a sus manos, los médicos se preocuparon" Karina Aros, Mejor amiga de José
Los síntomas de Guillain-Barré, síndrome que lleva el nombre de dos de los tres neurólogos que lo describieron por primera vez en 1916, empeoran de manera muy rápida. Pueden transcurrir unas cuantas horas para llegar a los síntomas más graves, pero el aumento de la debilidad durante varios días también es común, como pasó con José Cárdenas. Actualmente no existe cura, pero hay muchos tratamientos para reducir los síntomas, tratar las complicaciones y acelerar la recuperación.
Los síntomas