Pudo haber sido peor. Es que no hay otra forma de retratar lo ocurrido ayer a eso de las 14,40 horas en la ruta 66 que une Viña del Mar -via variante Agua Santa- con la ruta 68, frente a la Universidad de Viña del Mar.

En el lugar, un vehículo marca Seat modelo Ibiza y patente argentina DLK 940 impactó uno de los pilares que sostienen la pasarela ubicada en el frontis del centro de estudios superiores. Así, terminaría una carrera sin conductor. La razón, Ángel Rolando Leo, de 69 años, había sufrido un ataque cardiaco a 200 metros del lugar que impactó su vehículo.

Con el chofer sin vida, el auto continuó sin control y realizó varios ziz-zag en la vía, sin que impactara a algún vehículo que viajara por sentido contrario, ni atropellara a algún peatón. Así avanzó hasta que impactó el poste y volcó hacia un costado.

Sobrevivió

El argentino viajaba en compañía de uno de sus hijos, Ángel de 13 años, quien por el uso del cinturón de seguridad se salvó de salir eyectado por el parabrisas o quedar con lesiones mayores. "El niño resultó con heridas leves porque usaba su cinturón de seguridad", complementó el mayor Jaime Zúñiga, jefe de la Primera Comisaría de Carabineros de Viña del Mar.

El oficial también agregó que la víctima tenía antecedentes de problemas cardiacos, lo que reforzó la tesis del infarto.

A los pocos minutos de llegar la familia -la pareja del occiso y su pequeña hija- y constatar lo ocurrido, arribó al lugar un cura, quien acompañó a la familia hasta el cuerpo del hombre para realizar una oración. Luego, repartió medallitas con una imagen de la virgen a los hijos del fallecido conductor, a su pareja, y también a los bomberos y carabineros que participaron en el operativo de rescate del hijo que salvó milagrósamente.

Bendición