Sobreviviente revive últimos minutos de la disco "Divine"
Hace 20 años, Juan Alfredo Peña fue el primero en arrancar de las infernales llamas.
Mientras medio Chile estaba despierto la madrugada del 4 de septiembre de 1993 esperando el partido entre la Sub-17 de nuestro país y Polonia en el mundial de Japón, un grupo de unas 80 personas disfrutaba de una animada noche en una discoteque del plan porteño: se llamaba "Divine".
Hacía una semana que el famoso centro de entretención, que recibía casi en su totalidad a homosexuales, había cumplido tres años y los dueños efectuaron una remodelación completa: la escala estaba recién alfombrada y muchas telas colgaban en las paredes. Más de 300 personas participaron de esa gran fiesta, sin imaginarse que una semana después ocurriría la peor tragedia que recuerde el mundo gay de nuestro país.
Juan Alfredo Peña tenía 30 años en esa época y era muy amigo de los dueños Arturo Masafierro y Nelson Arellano, los ayudaba con el peinado y el maquillaje de quienes participaban del show y por eso se había ganado la estampa de cliente preferencial.
una conversa casual
Esa madrugada, Juan Alfredo pasó por el vetusto edificio donde se encontró con uno de los socios, Nelson Arellano. Conversaron un rato en la puerta y al cabo de unos minutos lo invitó a ingresar para ver el show.
El ingreso era por una puerta de madera, como casa antigua que era, luego venía un pequeño hall de acceso y después otra puerta con ventanas. Había que subir por una larga escala que terminaba en un descanso donde estaba la caja, lugar en que se encontraba Arturo Masfierro. Hacia mano izquierda se entraba a la discoteque que se separaba del descanso por unas grandes telas que la hacían de puerta y al cruzar la pista de baile había otra escala exactamente igual a la de acceso y que era la puerta de escape.
"Cuando empezó el show subimos al segundo piso y me apoyé justo donde estaban estas cortinas, recuerdo que actuaba un amigo que se llamaba "Sasha" y que doblaba un tema de la Rocío Jurado. Estábamos viendo el show y escucho que Arturo grita "¡fuego!", gritó fuerte, yo miré hacia atrás y veo la mampara en llamas; el fuego estaba entre la puerta de madera y la mampara con ventanas", recuerda.
Los siguientes segundos fueron fundamentales para salvar con vida, puesto que Nelson Arellano, que estaba junto a él, pensó en ir a buscar un extintor, pero Juan Alfredo Peña le recomendó abrir la puerta de escape.
EL MANOJO DE LLAVES
"Le dije que ganáramos tiempo, que abriéramos, pero que no alarmáramos a nadie. Bajamos junto a un amigo que estaba con nosotros viendo el show, le pagué un codazo porque él no se había dado cuenta. Cruzamos la pista de baile y cuando vuelvo a mirar hacia la escala veo que sube el fuego, parecía igual a cuando se usa un soplete", dijo.
Debido a la alfombra recién instalada y a las telas que se habían puesto en la la decoración, el fuego subió rápidamente, antes que los tres amigos alcanzaran a abrir la puerta. "Fueron segundos", recuerda el cliente.
"La puerta tenía dos candados y Nelson tenía el manojo de llaves con muchas llaves. Estaba él, yo, mi amigo y atrás venía toda la gente que vio el fuego y que corrió donde estábamos nosotros. Había mucho humo y la gente gritaba "¡abran, abran!" y quedamos aprisionados, tan presionados que no podíamos abrir porque la puerta se abría hacia adentro, ¡si eso había sido una casa!. Eran dos hojas. Gracias a Dios, Nelson le achuntó a la llave y pudo abrir los candados, pero no podíamos abrir la puerta porque había que echarse para atrás. Pudimos abrir una puerta y la otra, con tanta presión, se soltó y pudimos salir. Todavía no llegaba ningún bombero y recuerdo que habían ampolletas encendidas en la discoteque", precisó.
EL RESCATE
Los tres amigos salieron, pero los que venían más atrás empujaron tanto que los de más adelante cayeron al suelo y murieron aplastados por la multitud.
"Los de atrás pasaban por arriba de los que estaban en el suelo, corrían desesperados. Nelson y yo tirábamos a la gente hacia afuera, todos tiraban las manos, gritaban, fue terrible y también sacábamos a los que estaban más abajo, sin saber que ya estaban muertos, al rato llegaron los bomberos", recuerda.
Juan Alfredo Peña vivía cerca del Congreso y se llevó a varios muchachos a su casa. Valios salieron casi sin ropa, les pasó ropa, a los que se fueron les pasó dinero para la locomoción y volvió al lugar del incendio a seguir ayudando. Cuando amaneció, y aún en shock, le tocó avisar a algunos familiares de las víctimas donde vino una segunda gran emoción.
LA HOMOFOBIA
Después de sobrevivir a esta tragedia le tocó enfrentemarse a otra triste situación: la homofobia por parte de las autoridades de la época que lo trataron como a un delincuente.
Un par de días después lo llamaron a declarar en calidad de testigo junto a sus amigos, y presenció el momento en que un detective le daba de cachetadas a otro sobreviviente. "Después me tocó a mí y me preguntan, ¿la puerta se abría hacia dentro o hacia afuera?, "hacia adentro" respondí, y me pegaron un charchazo; me dijeron que era mentiroso, me agarraron a garabatos y me mandaron al calabozo. Estuve 11 horas muerto de frío, asustado, aún en shock por todo lo que había pasado esos días, sin poder comer y calentando mis manos con mi aliento". Le hicieron firmar una declaración que nunca pudo leer, le tomaron fotografías y se fue.
"No dormía, andaba cagado de susto sin haber hecho nada en mi vida, pasó el tiempo, estuve con siquiatra porque sentía angustia al saber que gente murió, tenía angustia de pensar que yo me salvé de eso y de enfrentarme a una realidad social. Que eres o no eres homosexual no es tema, tal vez lo es cómo te comportas, pero en esa época era tema. Yo no tenía problemas con mi familia, pero mucha gente que había ahí, sí. Quizás ahora las cosas las enfrentaría de otra manera, porque veo todo diferente. Ahora tengo mucha más personalidad, mucho más carácter, tengo convicción de las cosas que digo, me enfrento de otra manera a la vida y soy más precavido. Ahora voy a un local y lo primero que miro es la puerta de escape, la salida. Eso me quedó", asegura.
lo oficial
Cuando se cumplieron 12 años del incendio, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) consiguió los permisos para instalar una placa recordatoria con el nombre de los 16 fallecidos, sin embargo, se cree que hubo 7 personas más que murieron, pero no hay claridad ni información oficial al respecto.
En abril de 2010, el Movilh confeccionó un informe denominado "Discoteca Divine / La verdadera historia" donde menciona las causas y se delata, con nombre y apellido, a los responsables del fallecimiento de las 16 personas y los 29 lesionados.
"La jueza titular del ex Quinto Juzgado del Crimen, Patricia Montenegro Vásquez, tras una intensa investigación, concluyó que el incendio se provocó por "la deficiente mantención del sistema eléctrico de la Divine", lo que a su juicio "habría permitido en el tiempo procesalmente adecuado hacer efectivas responsabilidades" por cuasidelito de homicidio", dice el informe.
Y continúa, "esto quiere decir, que el incendio se provocó por las pésimas instalaciones eléctricas del local, lo cual fue de absoluta responsabilidad de los propietario y regente de la discoteca, Nelson Arellano Arellano y Arturo Masafierro Lira, en forma respectiva. Sin embargo, estos responsables no recibirán ninguna sanción penal sólo y exclusivamente porque el tiempo transcurrido los libera de ello. La verdad es alarmante, pues fueron justamente las personas descritas quienes difundieron en espacios públicos y privados la idea de que el incendio se había producido por un atentado homofóbico".
El Movilh calificó como un "montaje" la actitud de los dueños del local lo que provocó un retraso en conocer la verdad, en responzabilizar a los culpables y lamentan que continúen dedicándose al mismo rubro en el sur del país.
"La gente gritaba '¡abran, abran!' y quedamos aprisionados, tan presionados que no podíamos abrir porque la puerta se abría hacia adentro". Juan Alfredo Peña sobreviviente la disco "Divine"
"El incendio se provocó por las pésimas instalaciones eléctricas del local, lo cual fue de absoluta responsabilidad de los propietario y regente de la discoteca". "Discoteca Divine/La verdadera Historia" Informe Movilh 2010