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Familia porteña vive hace cinco días en una plaza

Fueron desalojados por no pagar el arriendo. Un cambio en su Ficha de Protección Social detonó la crisis.
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La familia Andrades Solovera está viviendo un serio problema. El drama comenzó el 27 de febrero de 2010, a las 03.34 de la madrugada: la noche del terremoto.

Tras el sismo, la familia compuesta por Héctor, Sara y sus hijos Jonathan, Cristopher y Kimberly, tuvo que desalojar el departamento donde vivían en el sector de la Aduana, en Valparaíso, debido a lo deteriorado que quedó el inmueble y al peligro de derrumbe que tenía la antigua estructura.

Fue por esos días cuando ellos encontraron una vivienda en el sector de Rodelillo, donde pagaban 90 mil pesos mensuales, la misma cantidad que en la vivienda anterior. Sin embargo, las cosas nunca volverían a ser las mismas para ellos.

Hasta ese momento, la familia tenía un puntaje en la Ficha de Protección Social de 3.371 puntos, pero con el cambio de casa, ese puntaje varió y hoy son 12.141 puntos. En consecuencia, no pueden postular a su casa propia, como lo estaban haciendo hasta hace tres años, y dejaron de recibir todos los beneficios sociales.

"Nos quitaron todos los beneficios, los bonos, la asignación de la niña, de mi señora, el subsidio del agua que nos subió mucho y tuvimos que empezar a pagar todo lo que antes no pagábamos. Mi hijo es insulino dependiente: o juntaba la plata para el arriendo o para su comida especial y que a él no le dé un ataque... Yo optaba por la comida y así nos fuimos encalillando", relata el jefe de hogar, Héctor Andrades Concha, quien hace algunos "pololos" en electrónica.

ocho meses

Hasta el 2012, no tuvieron mayores problemas: pagaban el arriendo "a duras penas", como dice don Héctor. Pero hace ocho meses los "pilló la máquina" y comenzaron a atrasarse en los arriendos. ¿Resultado? El jueves fueron desalojados.

"Yo fui a la municipalidad antes de que nos desalojaran y dejé cartas al alcalde para que nos echara una mano. Nosotros no queremos que nos regalen nada, podemos pagar de a poquito, yo hago algunos trabajitos, pero si tengo todas mis cosas en la calle no puedo irme a trabajar, nos turnamos con mi familia día y noche para que no nos roben nada", señala el hombre que, gracias a la caridad de los vecinos, ha podido comer o ha sido acogidos en algunas viviendas para cosas tan personales como lavarse los dientes.

con depresión

La señora Sara Solovera mira a su alrededor y se desespera al verse en una situación jamás pensada. Llora, se descontrola y a veces no se acuerda qué cosas hace.

"Para mí todo esto ha sido terrible, a mí me han dado ataques de pánico... Cuando nos echaron no me acuerdo de nada, pero dicen ellos que me tiré al suelo, quedé toda morada, es una impotencia muy grande ver a mis hijos aquí. El mayor tiene problemas de deficiencia mental moderada, tiene diabetes, tengo que tenerle su comida especial y no puedo cocinar porque con el viento se me apaga la cocina y tampoco tenemos plata", dice la mujer.

Asegura que jamás ha trabajado porque se dedica a la casa y a dar el cuidado especial que sus hijos necesitan, pero que, curiosamente, en el última encuesta de la Ficha de Protección Social aparece trabajando.

Kimerly, la menor de la familia, tiene apenas 11 años y no logra comprender por lo que pasa su familia. La niña atraviesa por un complicado momento anímico que los tiene a todos muy preocupados.

"La chiquitita mía está con depresión, ella nunca había vivido algo parecido, en las noches llora, se despierta y me pregunta "mamita, ¿qué vamos a hacer?, quiero irme de aquí". Para ir al baño tenemos que ir donde las vecinas, de repente le dan ganas en la noche, las casas están cerradas... Es una cosa que no se puede soportar", señala la mujer entre lágrimas.

CERO AYUDA

Dicen que han pedido ayuda por todos lados, pero nadie, salvo los vecinos, les han tendido una mano.

Héctor Andrades aprovechó la visita de Michelle Bachelet y se reunió con ella. La candidata vio dónde vivía actualmente la familia y, aunque le dijo que mientras fuera candidata no era mucho lo que podía hacer, una vez en el gobierno serían prioridad.

Mientras, la familia continuará viviendo en un campamento improvisado en la plaza Teodoro Jara ubicada en la avenida Rodelillo con Pasaje del Teatro, a la altura de la parada 21 y 1/2.

"Mi hijo es insulino dependiente. O juntaba la plata para el arriendo o para su comida especial, yo optaba por la comida y así nos fuimos encalillando". Héctor Andrades Concha, dueño de casa desalojado.

Dante Iturrieta, director de Desarrollo Comunitario del municipio porteño, concurrió personalmente el viernes pasado al lugar donde vive esta familia y les ofreció tres alternativas, pero todas fueron desechadas. "La primera alternativa fue irse, mientras encontraban una solución definitiva, a una sede social en la población El Folclor, que es a tres cuadras, pero el dueño de casa lo desechó porque dijo que era muy peligroso; la segunda alternativa era que el municipio les entregaba una mediagua y ellos buscaban un terreno donde instalarla, pero dijeron que no tenían a nadie que les proporcionara un espacio; y la tercera fue pagarles un arriendo por dos, hasta tres meses, pero tampoco quiso el dueño de casa porque dijo que en tres meses más iba a volver a la calle y no era una solución definitiva. Más que eso no podemos hacer, les entregamos unos nylon para que cubrieran sus cosas", aseguró.

Municipio les dio tres alternativas