¡Última semana, nadie se enoja!…Y claro, cuando se ha visto y escuchado de todo durante el desarrollo de la campaña, en donde todos los candidatos aportaron lo suyo, dejándole la vara muy alta a la próxima elección, de seguro para las que vendrán tomarán más resguardos, con la salud, las finanzas y antecedentes personales, corrección y actualización de currículos, tal vez regresiones para saber más de sus pasados, fashion emergency, cursos intensivos para andar en bicicleta y tantos otros. En esta última semana, ocupando una frase muy nuestra, van a tirar toda la carne a la parrilla, hasta lo que no tienen. Existen temas que los preocupan, el efecto del voto voluntario, la abstención, lograr que el elector vote por razón y no con el corazón. Muchos ya deben estar haciendo sus "mea culpas", perciben que no estarán en el podio, quizás por eso se han escuchado invitaciones a unir candidaturas, algo así como peras con manzanas. Los convocados dijeron: pasamos. Si no se resuelve este domingo, habrá siete candidatos muy requeridos por los dos finalistas para la segunda vuelta, esos "tira y afloja" van a ser de miedo. Del odio al amor hay un paso... o unos cuantos votos.

En un hecho que las imitaciones de Stefan Kramer son geniales y por eso se ha transformado en un comediante exitoso. Cada caracterización replica al original sin discusión, sin embargo, esta forma de arte generó un efecto negativo en varios de los representados, afectando la esencia de ellos. Uno de los casos que más resalto es el de Nicolás Massú. Esta gloria del tenis nacional destacaba por su forma de ser, estilo, muecas, tics, gestos y manías, los cuales fueron reproducidos a la perfección por Kramer, siendo motivo de incómodas burlas hacia el joven viñamarino, además de copias mal hechas realizadas por muchos. Eso lo afectó en lo deportivo. Dejó de ser él mismo. En buen chileno, "se trancó", al punto de perder su chispa y finalmente su garra, también tan característica de él. En conclusión, Stefan, te echaste a Massú.