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Machuca: la mítica banda de los '90 sigue vigente

De los cuatro miembros originales, sólo quedan dos. Aquí relatan dos décadas de música, locuras y anécdotas.
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Hace tiempo que no tocan en Concepción. No recuerdan cuántos años, sólo que fue hace muchos. Sentados en unas sillas plásticas, tras hacer la prueba de sonido en el Galpón Trece Bar, Giancarlo Canessa y Claudio "Basura" Infante son los únicos integrantes de Machuca que siguen en la banda. Con más años y con un carrete musical sobre las dos décadas, hablan de su vida de músicos como si fuera ayer: sus inicios, sus quiebres y una que otra anécdota que han marcado a uno de los grupos más importantes del rock chileno de los "90.

"Mientras la alegría no se acabe, vamos a existir para rato", dice Giancarlo.

Desde la unión

Desde la unión

Todo partió a fines de los "80. En ese tiempo, Giancarlo Canessa, hoy vendedor de herramientas especiales para la minería y asistente de corredora de propiedades, llegaba desde La Unión a Conce a estudiar Publicidad. Conoció a muchos músicos y su hermano tenía una banda.

"Por algún motivo, se enfermó y como ya había ido a todos los ensayos, canté ese día. De hecho, con la gente de ese grupo armé los primeros Machuca", recuerda el vocalista.

En esa época, la ciudad penquista era ideal para los músicos. "Se tocaba en el Aula Magna o en el teatro frente a la plaza. ¿Ahora cuándo toca una banda de rock ahí? En la UdeC se tocaba en todas las facultades. Ahora con suerte volvemos a Conce a tocar", comenta.

"Basura" agrega que "la movida under era bastante interesante, había bandas de rock, de new wave, punk rock, más sicodélica, metaleras".

Los primeros años podrían sonar como duros, pero para ellos no era así. A pesar de no tener instrumentos, siempre se las arreglaron para tocar.

"Daba la casualidad que todos los que tocábamos éramos una gran familia. Cuando ensayábamos, la batería eran unos pisos de cuero, guitarra de palo... Las cuestiones sonaban horrible, pero nosotros éramos felices", dice Canessa.

"Tocábamos instrumentos cuando nos presentábamos en vivo. Enchufábamos la guitarra de palo a un equipo. Nuestro primer disco es todo así. Aprendimos de esta manera y hasta hoy lo hacemos así. Yo compongo en guitarra de palo todavía", añade Infante.

""Basurita" jamás había tocado batería. La primera vez que tuvo una completa fue a los dos o tres años. Los primeros shows tocaba parado con la caja, un timbal y un plato, no tenía bombo, no tenía hi hat ni silla y si había una, el huevón no sabía cómo sentarse, porque no tocaba. Y así tocábamos los temas, que eran furor. Tocábamos tres a cuatro veces a la semana en locales, hasta en el regimiento. Entramos marchando y salimos marchando. Hicimos demasiadas cosas. Igual era raro. Yo no cantaba ni siquiera mirando al público, sino que en un círculo, sólo mirando al "Basurita"", relata el vocalista.

Eso duró hasta que el sello discográfico EMI apostó por ellos y los reclutó bajo sus filas. "Y te ponían todo, te compraban los instrumentos: "Oigan, cabros, ¿necesitan instrumentos? Sí…", relata Infante.

De ahí, todo fue distinto para Machuca, cuyo nombre también tiene su historia. "Un día me fui a tomar unos vinos con el Flaco Olate, que fue el primer batero. Hacíamos un tema por hora, estábamos emocionados, así que dijimos: "Necesitamos un nombre y yo soy fanático de Ramones. Ellos se pusieron así en honor a los Beatles. Cuando éstos se llamaban The Quarrymen, Paul McCartney tenía de nombre artístico, Paul Ramones. De ahí lo sacaron. Caché que era por apellido y me puse a buscar uno clásico chileno. Pasé por varios hasta que llegué a Machuca… Nuestra vida machucada, que te la machucas por vivir… y así quedó", resume.

como espuma de cerveza

como espuma de cerveza

Con canciones que surgían de la cotidianidad y procesos típicos de la edad, Machuca se fue haciendo un nombre. Sonaban en las radios del país gracias a la promoción del sello. Era la suerte de pertenecer a uno.

Además, "los compadres te daban un sueldo que era anual, en dólares. Eran 10 mil dólares, que era mucha plata. Nos hicimos un sueldo mensual y quedamos locos. Nos pusieron una casa, que tenía dos pisos, tenía sala de ensayo y estudio de grabación. Nosotros dormíamos debajo de un estudio. Nos levantábamos y no hacíamos nada. Nos íbamos a tocar, carreteábamos, arrendábamos la sala. Conocimos a muchas bandas… Fiskales, Miserables, Pozze Latina. Ensayaban ahí y otros. Era como un centro cultural, pero era la casa de nosotros junto a los Santos Dumont", cuenta Canessa.

"Nos iba tan bien, que nosotros disfrutábamos y era tocar, tocar, tocar, tocar. Eso nos servía para seguir tocando… Hasta el día de hoy es tocar, tocar, tocar", apunta Infante.

Hoy, tras tres discos con EMI, son independientes y viven de la autogestión. "Es duro el cambio, porque tienes que hacer todo. Nosotros, cuando tocamos con los Sex Pistols, la EMI le pasó plata a la productora para que tocáramos. Eso no lo podemos hacer nosotros. En ese tiempo, era muy famoso Lucybell y tú ibas a la EMI y te pillabas en una oficina unas seis u ocho cabras fans que estaban llamando por teléfono a los programas para pedir canciones o subirlos en los rankings. Y yo me pinché a la que era como la presidenta del fans club y ella, de diez llamadas a Lucybell, hacía dos a Machuca, después tres… y nosotros empezamos a sonar caleta con "Corazón desilusionado" y resultó", recuerda el vocalista.

"Ahora tienes que hacer toda la pega", añade "Basura".

Machuca no acaba

Machuca no acaba

En 1999, Giancarlo Canessa se fue del grupo. Asume que fue culpa de él. "Me arrepiento de no haberle guerreado a estos huevones esa vez que me echaron. Lo que pasa es que en ese tiempo, el siguiente año que era el 2000, había un proyecto en la EMI, que no sé si habría pasado, pero estaba la posibilidad de salir al extranjero. Eso lo sabía yo no más, porque era el único que iba a las reuniones", dice.

Él sabía que vendían harto, que gracias a Lucybell eran conocidos en otros países. "Claudio Valenzuela siempre dejaba discos de nosotros en el extranjero", añade Canessa, quien, a pesar de todo, se reconforta al pensar que de todos los grupos que eligió el sello, ellos, junto a Lucybell y Tiro de Gracia, son los únicos vigentes hasta hoy.

Tras esa separación y Feliciano Saldías ocupando su lugar, un par de años después, Felipe "Basurita" Infante lo llamó para retomar el puesto.

De su regreso, Giancarlo Canessa dice que fue "con cuática". "Llegamos a grabar "Furia razón", que ese lo había dejado grabado todo el Cachano y tenían como 18 temas y yo la primera cosa que digo es que no me gusta ni una cuestión. Me dijeron que me eligiera unos diez. Elegí nueve y un cover", explica.

La música sigue. Tocan donde los llaman, eso sí, ya no hacen shows con tanta frecuencia como antes, pues ahora trabajan en otras cosas y el tocar es su vía de escape. De shows en Conce no saben mucho. Dicen que son apretados para pagarles. "Son igual que "Basura", nos dicen: "Vengan para acá, les tenemos minas y cervezas". Linda la hueá. Ya no estamos para eso", señala el vocalista, quien asegura que en sus mejores momentos anduvieron hasta con modelos.

De los cuatro integrantes originales, hoy quedan dos. "Todos se han ido, menos éste ("Basura"). Ahora armamos un grupo nuevo. "Basura" es el único que ha estado siempre, hay que sacarlo con abogado", expresa Canessa. "Es que ¿quién le hace las canciones?", finaliza preguntando Infante.