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¿Qué hacer ante el avance de las drogas?

Un panel de expertos analizó el escenario del tráfico de estupefacientesen el país y qué ocurrirá en el futuro.
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Aunque nuestro país no cuenta con características similares al cultivo de narcóticos en México o Estados Unidos, Chile no deja de ser atractivo para su producción y distribución ante un fenómeno social que se globaliza a pasos agigantados. Ante esta situación, una de las alternativas que presenta Marcos Muñoz, sociólogo y profesor de la Universidad de Viña del Mar, es la despenalización urgente y regulación del mercado de sustancias ilícitas.

De origen mayoritariamente colombiano, los carteles de la droga nacen como organizaciones clandestinas dedicadas a la producción, cultivo y transportación de estupefacientes hacia todo el mundo. El nombre de "cartel" se le dio por la estructura jerárquica de dichas asociaciones criminales que cuentan con un esquema de operación en el cual los distintos empresarios comparten recursos, pero manejan separadamente sus centros de negocios.

En este contexto, el profesional realizó un seminario titulado "Drogas, cuerpo y control social", en el que realizó la presentación oficial y marco metodológico de una investigación que llevará a cabo por seis meses con respecto a la globalización de este fenómeno.

Aunque por largos años se ha mantenido como tema tabú en Chile, no estamos exentos de historia. Pues antes de que el negocio fuera controlado por los carteles colombianos y mexicanos, Chile operó como base del grupo de traficantes que controló las redes de circulación de cocaína durante las décadas claves de 1950 y 1960, años en que Santiago figuraba como un reputado centro de consumo. La única competencia existente en ese entonces eran los mafiosos cubanos que habían formado sus propios círculos de contrabando con base en La Habana. Pero, tras la década de los 80, los principales líderes chilenos fueron encarcelados y exiliados del país.

Así, durante la década de los 90 ya se conocían los principales carteles, provenientes de Colombia. País que ha abierto el debate mundial con su iniciativa de legalizar el cultivo, la venta, el uso y la comercialización de la droga para acabar con el conflicto que ha generado mayor peligrosidad en el país.

"La historia nos ha mostrado que el combate contra los alucinógenos está perdido hace tiempo y cuando las drogas están prohibidas es mucho más difícil acabar con ellas", asegura Marcos Muñoz.

Es por esto que en el caso del pueblo colombiano, la idea del proyecto de ley es que se legalicen la cocaína, la marihuana y la amapola, que son las que han traído más polémica, pero con restricciones para los menores de edad. Algo que el sociólogo rescata es que se pretende invertir los recursos gastados en fumigaciones y quemas de plantas en temáticas sociales como métodos preventivos.

Despenalización

Despenalización

Para el sociólogo, la despenalización es una de las alternativas al problema en cuestión, ya que no es ella en sí la que genera delitos y violencia sino más bien el hecho de tenerla prohibida. Que el estado se preocupe de penalizar y no regular el comercio de los narcóticos genera negocio redondo para los traficantes, quienes además las venden a un precio excesivo producto de la falta de competencia. Es por esto que Marcos Muñoz sueña con poder cambiar las políticas y pasar de un estado castigador a uno regulador.

Por otra parte, le parece interesante cuestionar el tema de los derechos individuales. Si bien en la ley 20.000 de nuestra Constitución se establece que no se criminaliza ni sanciona el uso personal y en privado de ningún tipo de droga, como ocurre en otros países, se transgreden los derechos sobre igualdad. Lo anterior, debido a la persecución injustificada de quienes pertenecen a la clase social baja, segregando los altos porcentajes de consumo que existen también en sectores socioeconómicos altos. "Si se ha abierto el tema de la sexualidad y la no discriminación, por qué penar a un consumidor de marihuana si está en el ejercicio de su libertad o al menos en el ejercicio de su responsabilidad de proveerse", se cuestiona el sociólogo.

De esta forma, el llamado del docente es a pensar en el rol que está jugando el Estado. "No contamos con un sistema de rehabilitación sustentado por el gobierno y tampoco existe educación sobre ello. Si eso fuera reforzado, quizás podríamos estar preparados para despenalizar la marihuana", en lo que él considera el momento adecuado, por la globalización del fenómeno.

En Chile un 12,3% de los jóvenes de 19 a 25 declara consumir marihuana. Cifras que han ido en considerable aumento desde comienzo de década producto de la masificación de estas agrupaciones ilícitas en el resto del país.

Narcotráfico

"El problema de las drogas y el narcotráfico se está mundializando y en nuestro país la política penitenciaria contribuye a que el crimen aumente, se internacionalice y se consolide", asegura el docente ante la convicción de que el consumo se seguirá realizando de todas maneras.

Hay muchos jóvenes que han declarado públicamente que prefieren tener sus propios cultivos de marihuana ante una ley que prohíbe la venta y compra de ella, sin embargo, mientras intentan romper la cadena de criminalidad mediante el auto cultivo los riesgos son innumerables si la policía encuentra plantas en sus casa.

"El narcotráfico es uno de los negocios más lucrativos del mundo y necesita ser regulado en el marco legal. El estado debe ser garante de la libertad y la educación con respecto a ella", asevera el profesional.

Por otra parte, nos confiesa que el conflicto contra la gente más pobre deja consigo una consecuencia aún peor, que es la falta de oportunidades laborales. La policía y PDI logran estigmatizar de tal manera a ciertos barrios sociales que los dejan limitados para encontrar trabajo o bien los presiona a mentir sobre su lugar de residencia, aumentando las probabilidades de que los jóvenes de sectores desposeídos se mantengan en este negocio.

Efectos

"Es urgente que el estado invierta en educar a la sociedad chilena sobre cuándo y cómo consumir para generar un mayor control social en las capacidades que tendremos en el trabajo o el colegio si hemos fumado. ¿Si estamos en casa por qué decirnos que no lo hagamos si médicamente no hay efectos de muerte?". De hecho, nos advierte el sociólogo, hay alimentos que hacen mucho peor y el estado no puede intervenir en eso. Los accidentes de tránsito ocurren en su mayoría por efectos del alcohol y éste disminuye con el consumo de drogas.

En México, en los últimos seis años, ha habido 6.000 muertos producto de los niveles de violencia que se dan por criminalización de y entre los traficantes. "Romper con esta cadena ahora sólo queda en manos del estado", arguye el profesional. Estamos frente a una realidad cada vez más expuesta al empleo de narcóticos, donde los jóvenes de escasos recursos lamentablemente son los más expuestos.

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No hay reglas ni claves para cambiar esto, sólo esperar que el estado tome oportunamente la decisión correcta para evitar que Chile tenga carteles de la droga. j

"La historia nos ha mostrado que el combate contra los alucinógenos está perdido hace tiempo y cuando éstas están prohibidas es mucho más difícil acabar con ellas". Marcos Muñoz, sociólogo