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Crece la moda en Chile de inmortalizar a los animales domésticos

Mujeres y hombres, jóvenes y adultos, hoy los dueños de mascotas preservan su memoria a través de distintos rituales, como el entierro en lugares especiales, incinerándolos, o incluso disecándolos.
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Sólo tenía dos años y medio la perrita Clotilde Totó cuando murió atropellada en un accidente. Su dueño, Héctor Dubó (25), había sacado a pasear al can blanco mezcla de cocker y poodle como todos los días. Dice que la soltó un segundo, la perra corrió hacia la transitada calle de Providencia y un auto la atropelló.

Para Dubó, estudiante de veterinaria y copiapino, Clotilde siempre había sido su acompañante desde que se trasladó a Santiago a estudiar. "Cuando llegué estaba muy solo en el departamento y encontré en ella a una compañera ideal", dijo el estudiante y también instructor de Zumba.

Cada vez que se iba de vacaciones a su natal Copiapó se la llevaba consigo en el avión. En una ocasión cuando ella era cachorra la puso adentro de un bolso y viajó con ella en un autobús. Nadie se dio cuenta "porque era una señorita". Una dama era también cuando a la hora de la cena se sentaba en una silla del comedor, inmóvil, mientras sus dos mejores amigos del vecindario, Boris y Ema, mendigaban restos de comida.

Cuando Clo murió, a Dubó en la veterinaria le dieron la opción de incinerarla. Ahora tiene sus cenizas en una ánfora de greda que descansa en una repisa en su habitación. También tiene un collage con fotos de ella y una imagen en la que aparece con sus dos amigos y vecinos. "Yo podría haberla enterrado como cualquiera en un cementerio especial o en un patio, pero yo no quería que se fuera de la casa, quería que se quedara conmigo", dijo el estudiante de veterinaria.

Así como Dubó son muchos los que sufren la pérdida de sus animales domésticos y fieles compañeros y tratan de inmortalizar su recuerdo a través de distintos rituales como la incineración y el entierro en lugares especiales.

Cementerio especial

María Paz Chávez (36), sepultó juntos a su cocker Horacio y a un labrador en el cementerio de mascotas Parque de Asís del Buin Zoo.

A ambos los habían encontrado en la calle y convivieron seis años con la familia. "La casa era arrendada entonces dejarlos botados ahí a unos perros que estuvieron tantos años con nosotros, lo encontramos muy cruel", dijo Chávez.

Entre sauces, pinos y flores, más de nueve mil animales domésticos como conejos, hámsters, tortugas, ovejas y especialmente perros y gatos descansan en paz. Cada año, las personas tienen que renovar la sepultura, si no éstos van a dar a un mausoleo común definitivo.

El primer cementerio para mascotas se creó en 1989 y ya alcanza mil metros cuadrados de extensión. "Lo hemos ido agrandado, porque ha ido creciendo el interés de las personas por sepultar a sus mascotas", dijo Gustavo Marwitz, sub gerente de medios del Buin Zoo, quien no descartó que en el futuro se adquieran terrenos aledaños para expandir el cementerio.

"Estos lugares se hacen cada vez más necesarios porque las personas se están trasladando a edificios donde no tienen espacio para enterrarlo", dijo Marwitz.

Taxidermia

Miguel de la Fuente, diseñador gráfico, es el taxidermista más conocido en la capital. Si bien antes se dedicaba exclusivamente a preservar animales salvajes para los cazadores como jabalíes, liebres y ciervos, en los últimos dos años cuenta que han aumentado los pedidos de personas que quieren eternizar a sus animales domésticos.

El diseñador explicó que es una práctica que se ha hecho conocida por los programas de televisión. "Las mascotas siempre son un desafío, más que los grandes animales salvajes", dijo de la Fuente. Lo más difícil para él es recuperar la expresión y actitud del animal, a diferencia de los pájaros y ciervos que "son todos iguales". Por eso, el diseñador le pide a los dueños varias fotografías y les pregunta sobre el físico.

"No ahondo en el comportamiento porque sería reabrir sus heridas", dijo de la Fuente. A diferencia de él, Ricardo Vergara, taxidermista con más de cuarenta años de experiencia, sí conversa sobre las relaciones. "Llegan con mucha pena y uno se conecta con ellos. Esa conexión es fundamental para que yo después pueda trabajar con la piel", dijo Vergara.

El proceso del duelo

Estos rituales funerarios han llamado la atención de la comunidad científica en el mundo. Para Andrea Caiozzi, especialista en comportamiento animal de la Escuela de Medicina Veterinaria de la U. Mayor, la relación con las mascotas está cambiando.

"A medida que nos alejamos de la naturaleza tratamos de reconectarnos con ella a través de los seres vivos como las mascotas", dijo Caiozzi quien además resaltó que las mascotas están cumpliendo nuevos roles, por ejemplo como amigos, compañeros o en reemplazo de los hijos.

Por otro lado, Gonzalo Chávez, Presidente de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile, explicó que ante la pérdida de un ser vivo con el que se tiene un vínculo emocional, se justifica que se sufra un proceso de duelo.