El eterno drama de los locatarios de la turística playa La Boca de Concón
Una numerosa familia llegó para quedarse y les cambió la vida.
En estricto rigor, los terrenos del primer sector de La Boca, en Concón, pertenecen a la familia Borgoño, pero desde hace unos años, son arrendados al empresario Rodrigo Fajardo, quien ha establecido un estacionamiento, entre otros negocios. Sin embargo, este hombre, ya perdió la cuenta de la cantidad de veces que se ha enfrentado a una familia, que cada cierto tiempo aparece para instalarse sin los permisos legales.
"El pasado jueves 26 de diciembre, alrededor de las seis de la tarde, una camioneta ingresó por la entrada del estacionamiento, pasando a llevar la caseta y arriesgando la vida de la cajera que se encontraba ahí. Al rato, instalaron una mediagua, frente a la rotonda y muchas personas comenzaron a saltar las rejas", relata Fajardo.
Cuando el empresario vio que ingresó de esa forma la camioneta, creyó que se trataba de una persona en estado de ebriedad, pero no.
"Reconocí al tipo que muchos años ha hecho lo mismo. La última, fue en 2011, gracias a un mayor de Carabineros que logró desalojarlos. Pero volvieron y llamé de inmediato a la policía", señala Rodrigo Fajardo.
Documentos
Cuando llegó carabineros, la situación no cambió y hasta entonces, la numerosa familia permanece en el lugar, coartando el normal funcionamiento de los locatarios.
"Al atardecer, el hombre mostró una fotocopia de los años ochenta, que supone acredita la inscripción de la propiedad, pero en 1996, el Primer Juzgado Civil de Valparaíso lo anuló. Cuando esto pasaba, yo fui a buscar los papeles para acreditar que yo soy el propietario y ante esto, carabineros dijo que no podían hacer nada", manifiesta Fajardo, con decepción.
"Se empezaron a apropiar de más terrenos, llegando a ponerle candado y cadenas al estacionamiento que administro. Realmente, es asombroso lo que está pasando, exijo justicia", enfatizó el afectado.
Rodrigo Fajardo ha intentado hablar con las personas, pero señala que son muy violentas y que incluso, han apedreado a sus guardias. "No son de buen trato e insisten en que son los dueños. Saquearon el container de un guardia y los apedrean... yo también soy el concesionario de la playa y tuve que avisarle a la Capitanía de Puerto que no puedo cumplir con mis funciones por esta situación. Hay pérdidas monetarias, no podemos trabajar y cada día que pasa, el miedo se apropia de los locatarios que con mucho esfuerzo, han invertido acá".
Violencia