Durante los siete días de la semana, "Don Otto" vuelve locos a sus vecinos de la calle Independencia con los aromas a empanadas, papas rellenas y otras delicias que expende este tradicional negocio porteño. Su dueño, Guido Cabrera, señala que existe hace 63 años, pero que desde hace 33 él se ha hecho cargo, tratando de darle lo mejor a sus clientes.

"Siempre he dicho que la calidad hace la diferencia, por eso, me preocupo mucho de prepararle cosas ricas a los clientes. Pero soy muy autocrítico de lo que hago y reconozco cuando hay errores y hasta me castigo", asegura Cabrera.

"Recibo alrededor de 150 clientes al día y un 5% de ellos como que le bajan el perfil, pero quedan cautivados, porque mis empanadas no son comunes, son hechas artesanalmente y tengo doce tipos a $950", apunta.

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Las colaciones van desde los $1.700. "Los lunes tengo fideos con croquetas; los martes, porotos granados; los miércoles, pollo arvejado con puré; los jueves, guatitas a la italiana; los viernes, tallarines con salsa; los sábados, pollo arvejado con arroz; y los domingos, ravioles", detalla don Guido, quien no sólo atiende el paladar criollo de los porteños, sino que también a turistas que llegan cautivados por la tradición de esta auténtica "picada" porteña. J