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Quema de basura sería causa del incendio de Año Nuevo

Los vecinos afectados buscaban ayer entre las ruinas recuerdos y enseres.
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Renacer de entre las cenizas: es lo que les queda a los damnificados del incendio, que el primer día del 2014, destruyó los hogares de varias familias del cerro San Roque, en Valparaíso.

Aún se indagan las causas de lo ocurrido pasadas las 14.00 horas del miércoles, en la población Hernán Mery. Entre los residentes se especulaba con la explosión del balón de gas de una cocina o que una vecina quemaba basura en el patio de su hogar. Como sea, el fuego se salió de control y se extendió a las quebradas con vegetación y basura. El calor y las ráfagas de viento colaboraron para que se convirtieran en hoguera 14 inmuebles, dejando más de cuarenta damnificados y un centenar de familias evacuadas.

No obstante, en las últimas horas fuentes bomberiles descartaron el origen de la tragedia en una explosión de un cilindro de gas licuado. Hay dos líneas investigativas: una refiere a un problema de conductores eléctricos y otra a una quema de pastizales, manipulada por un tercero. Se informó que el fuego apareció en una casa sin moradores, bajo el nivel del primer piso.

TRISTE PANORAMA

Similar a la desolación que hubo en Rodelillo y La Planchada, el año pasado, era el panorama del "día después" en la población Hernán Mery. A mitad de mañana, la inquietud volvió al sector, por un rebrote de las llamas en algunas construcciones quemadas, situación que fue controlada por Bomberos.

Era el momento para tratar de rescatar algo desde las cenizas humeantes. Aunque fueran recuerdos. Eso es lo que estaba haciendo María Hidalgo en su vivienda, que era ocupada por su ex pareja.

Pudo hallar algunas fotos, pero el resto se perdió. "Estamos tratando de rescatar los recuerdos, pero en cosa de segundos se perdió todo el esfuerzo de una vida. Duele, pero lo material se recupera. Lo único bueno es que no hubo personas afectadas", comentaba entre los escombros. Estaba conforme porque se salvaron sus perros, pero era incierto el paradero de varios de sus gatos.

TERCERA VEZ

Dicen que en momentos de tensión, por efectos de la adrenalina, hay personas que extreman sus capacidades físicas. Fue lo que le sucedió a Omar González, quien padece de artrosis y una hernia en la columna, limitantes que no le impidieron correr ese día para salvar sus cosas y cooperar con sus vecinos. Ayer sentía los dolores propios del esfuerzo.

En el terreno donde vive, la casa que habita su madre y un hijo de 23 años resultó destruida. La otra, donde residen Omar, su mujer y otros hijos, se desplazó de su base y se encuentra inhabitable.

"Fui a comprar al almacén de la esquina antes del almuerzo, no me demoré ni 10 minutos y cuando regresé vi el dantesco panorama. Se propagó altiro, había poca presión en los grifos. Las mangueras de acá eran muy cortas", relata.

Lo increíble es que es la tercera vez que sufre una tragedia similar: su hogar, en el mismo sector, sufrió incendios los años "93 y "95. "Dicen que ahora fue una señora que estaba quemando basura, quizás con poca experiencia no se dio cuenta de que con viento se ayuda a quemar todo. En estos casos hay que tener fuerza por los hijos de uno, hay que levantarles la moral. Con lágrimas no se soluciona nada. Ya vendrá la ayuda", expresó Omar.

Otra perjudicada fue la familia Matte Olguín. El incendio les desmoronó una casa de tres pisos ubicada al costado de una quebrada. Mónica, una de las hijas, señala que el clan se juntó allí para recibir el Año Nuevo, pero el 1 de enero la mayoría había salido. Sólo rescataron algunos muebles y el resto lo consumió el fuego. Señala que sus padres no querrán abandonar el terreno. "A mis papás, por la nueva ficha de protección social, les dieron un puntaje muy alto por estar viviendo en una casa de tres pisos. Ojalá que por este desastre le disminuyan el puntaje para postular a una vivienda, o que tengan otros beneficios", apuntó.

ayuda

Respecto de la tragedia, Gustavo Ruiz, presidente de la junta de vecinos 102- A de la población Hernán Mery, explicó que las primeras averiguaciones indican que el incendio comenzó en una casa donde quemaban basura.

"No tenemos certeza, estamos esperando los resultados de la investigación para saber por qué partió el fuego", explicó.

Dijo que los damnificados están en domicilios de parientes o amigos y que hay múltiples necesidades. "Hay personas que quedaron con lo puesto, así que necesitamos vestimenta de hombre, mujer y niño; alimentos no perecibles; y artículos de aseo, como jabón, confort y pañales", acotó.

La ayuda se acopia en la iglesia Betania, ubicada en el pasaje 1, a la entrada de la población Hernán Mery.

Respecto de la población Hernán Mery, el alcalde Jorge Castro anunció que hay dos equipos técnicos integrados que están realizando un balance exacto sobre casas destruidas y damnificados.

Recordó que cuando se produjo la alerta sanitaria por el paro de los municipales, que se dedican a la recolección del aseo, se alertó sobre la acumulación de desperdicios en los fondos de las quebradas.

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En ese sentido, se mantienen unos 17 puntos similares en la ciudad, con evidente peligro. El jefe comunal lamentó que no haya respaldo de otros organismos para la erradicación de estos focos e instó al auto cuidado a los vecinos. "Estamos preocupados porque los últimos siniestros de 2013 a la fecha no son de dos o tres casas, sino que gran cantidad de familias afectadas con daños totales", manifestó el alcalde Castro. j

José Peralta estaba triste por lo ocurrido con vecinos y amigos, pero en su fuero interno estaba contento porque las lenguas de fuego rodearon su vivienda pero siguieron de largo, sin afectarla. Hace poco la había remodelado y cree que hubo un factor vital para no ser un damnificado. "Cambiamos los pilares de madera por unos gruesos de cemento, que le dieron más altura a la casa y además no se vieron afectados por el fuego", comentó el porteño, que pese a su buena suerte, se veía preocupado por el destino de los otros residentes.

Se salvó