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Filósofo del tablón grita su pasión por Colo Colo

El periodista y escritor Esteban Abarzúa lanzará hoy en la Feria de Viña del Mar su último libro.
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El reconocido periodista chileno, Esteban Abarzúa, actual subeditor de Deportes de Las Últimas Noticias, decidió embarcarse en una nueva aventura literaria. Esta vez, en su quinto libro sobre deportes y a sugerencia del editor Francisco Mouat y su entrañable sello Lolita, Abarzúa escarba en su adicción por Colo Colo en un texto tan personal como sorprendente. El nombre del volumen, cómo no, es "Soy del Colo" y ya se ha instalado en el ranking de los más vendidos del verano.

A continuación, un adelanto de la obra, tomado del capítulo "Quitapenas":

Cuando chico, y después de entender lo que significaba, mi amor fue Colo Colo. Después vino una primera novia, se fue y Colo Colo estaba ahí. Hubo etapas posteriores, claro, me casé y tuve hijos y afectos que no se doblan, pero Colo Colo sigue ahí, donde lo dejé anoche antes de irme a dormir, entre las tres cosas que un creyente jamás debería negar: Dios, su familia y su equipo de fútbol. Lo demás es paisaje o eso que decía Francisco Huaiquipán de lo que está en segundo plano: arroz graneado. Uno de los grandes misterios de la colocología, sin embargo, tiene que ver con el origen de la pasión que despierta. No su popularidad, sino de dónde vienen los sentimientos que, se supone, nos hacen distintos a otros. ¿O, en realidad, somos todos iguales con distintos nombres y vendiéndonos unos otros historias sobre un juego de identidades que se repartieron en la lotería de los penales? El espíritu del Quitapenas, donde se echó a correr la idea de fundar un club que se llamaría Colo Colo, es muy parecido al del Reina del Pacífico, el barco en que Julio Cordero Vallejos y sus amigos inventaron los versos del Romántico Viajero. Y si no somos iguales a quienes nos rodean, no creo que sea por nuestras ilusiones o aquellos monstruos que viven en nuestra cabeza y que a veces llamamos sentimientos, sino, posiblemente, por cómo nos enfrentamos a todo eso, a todos los hombres y mujeres que hemos sido a lo largo del camino y a todo lo demás, sobre todo a lo que duele, porque en primer lugar somos lo que hacemos con nuestras cicatrices. A los colocolinos se nos murió David Arellano, nos hicieron jugar la final de la Copa Libertadores contra Independiente en un día en que Dios estaba enfermo y nos fuimos a la quiebra y nos pasaron la máquina unos devoradores de estatuas más preocupados del bolsillo y del canapé que del offside. Colo Colo no es el equipo más exitoso de Chile, sino el que mejor y más rápido ha sabido levantarse después de cada herida. En eso estamos desde el principio: si Ricardo Piglia creyó haber encontrado su vida en los libros que ha leído, nosotros tenemos nuestra propia deuda con los partidos que hemos visto y podemos decir que la jugada que mejor refleja todo eso, acaso la jugada más hermosa en la historia de Colo Colo, fue un gol que un colocolino le anotó a Colo Colo en 1995.

En el fútbol hay distintas maneras de morir: una es la que eligió a David Arellano, que partió temprano al otro mundo por un rodillazo en Valladolid, y la otra es la de Marcelo Barticciotto, la muerte en vida por hacerle un gol al equipo de sus amores. El centro, desde la línea de fondo, se lo hizo el Pipo Gorosito.

Esteban Abarzúa estará hoy en la 32 Feria del Libro de Viña del Mar (Liceo Bicentenario, avenida 2 Norte 752), a contar de las 20.15 horas, donde firmará "Soy del Colo" y compartirá con sus innumerables lectores. El texto será presentado por el director de La Estrella de Valparaíso, Carlos Vergara Ehrenberg.

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