Alos seis meses ella lo entregó. Los problemas económicos la complicaron más de la cuenta y no podía mantenerlo. De eso pasaron 27 años. Cristina Bizama nunca más supo de su hijo. Y José Méndez tampoco de su mamá. Pero ayer, después de tanto tiempo, por fin se reencontraron, gracias a la rápida gestión de la oficina de Asuntos Comunitarios de la Tercera Comisaría Norte de Barón.

Hasta la unidad ubicada en la calle Guacolda de Barón llegó el pasado martes José, acompañado de su tía Judith Méndez, quien lo crió. Aprovechó sus vacaciones en Valparaíso (hace siete años vive en Suecia) para buscar a su mamá. La idea le rondaba en la cabeza y era hora de concretarla.

En la comisaría se reunió con la cabo segundo Jacqueline Cruces, quien de inmediato echó a andar la búsqueda. "Nosotros tenemos acceso a la información del Registro Civil. Con el nombre uno puede empezar a buscar y por suerte esta persona no había cambiado de domicilio. Me contacté con la Comisaría 62 de San Jerónimo (Puente Alto) y la encontramos rápidamente".

Por suerte Cristina quiso venir. Hoy tiene una nueva familia y otros hijos.

calama

Esta historia partió en Calama en 1987. Cristina tenía 28 años, desde el Sur partió al Norte buscando una mejor vida. Allá tuvo un amor de verano, del que nació José, a quien no pudo tener y decidió entregárselo a su padre. Él, a su vez, le pidió a su hermana que lo criara.

"Cuando llegó estaba desnutrido y yo lo recibí como si fuera mi hijo. Rápidamente se recuperó", comentó Judith Méndez.

Hoy José vive en Suecia. Allá estudia gastronomía y trabaja en lo mismo. Para allá se fue por amor y no se arrepiente.

Ayer estaba feliz por haber conocido a su madre. "Sentí que ya era el momento de saber qué había pasado", afirmó.

Después de 27 años de haber sido entregado a su tía, José Méndez sintió que ya era tiempo de saber qué había pasado con su madre, porqué lo dejó. "Quiero conversar con ella, conocer las circunstancias de porqué nos separamos".

Si bien tenía las esperanzas de que encontrarían a su mamá, nunca pensó que sería tan rápido y que tres días después estaría frente a ella. "Fue sorpresa para mí que ella decidiera venir", confesó.

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