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La memoria viviente de la Feria del Libro

El librero Karl Banz participó del primer evento y relata con nostalgia sus recuerdos.
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Tiene 76 años y en su memoria atesora con mucho cariño la historia de la Feria del Libro de Viña del Mar. Se trata del librero Karl Banz Tapia, quien ha sido parte de todas las versiones de este evento y recuerda con mucho cariño sus primitivos comienzos.

Hace 32 años la Feria se instaló por primera vez en los jardines del Palacio Carrasco. Ese evento fue organizado por la Universidad Católica de Valparaíso.

"El diseño de los stands fue muy original, ya que se lo encargaron al departamento de arquitectura de dicha universidad. Eran unas casitas tipo A, que se abrían y permitían exhibir los libros y en las noches las cerrábamos con candado", explica Banz.

El librero agrega que los 15 stands estaban al frente de la vereda, lo que permitía el contacto directo con los peatones que circulaban por la Avenida Libertad. "Eran tiempos de mucha conversa y de mayor lectura. No existían tantas cosas como ahora y la gente se entretenía y se educaba con los libros".

La Feria del Libro de Viña del Mar, que es una de las más importantes del país después de la FILSA (que se hace en Santiago), empezó a evolucionar lentamente.

EL VIENTO

Una vez se tuvieron que instalar a un costado del Casino de Viña, en la llamada plaza de Los Héroes. "Fue un gran fracaso, ya que al estar en la desembocadura del estero y frente al mar, se produce un gran viento. Se nos volaban los stands y los libros y fue muy poca gente".

La Universidad Católica dejó de organizar el evento y fue traspasado a la Cámara Chilena del Libro.

"Se han cumplido todas las expectativas y la evolución de este evento ha sido muy positiva. Esta feria está dirigida mucho a los turistas y a los visitantes de verano que llegan a la ciudad, pero también viene mucho viñamarino".

A Karl Banz le gustaría que aumentaran las visitas de escritores famosos y transversales, "ya que ellos traen a mucho público y son un factor importante en las ventas. Cada año se traen invitados, pero siempre nos gustaría que fuera más y cada vez más importantes dentro de la escena literaria chilena e internacional".

Frente a la competencia que le están haciendo otras ferias del libro chilenas, Karl Banz asegura que La Serena es una ciudad que está creciendo mucho "y está llegando un fuerte número de turistas y visitantes que está convirtiendo la feria de verano en un suceso bastante importante, especialmente por la enorme cantidad de gente que la visita".