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El bosque que esconde casas en los árboles

"Refugio de silencio" está en camino a playa Las Docas, en Laguna Verde, en un sector donde no llega el agua ni la luz.
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Ese sueño de niños, de vivir en una casa en el árbol, lo pueden cumplir los adultos y a sólo 40 minutos del centro de Valparaíso: en pleno bosque de Laguna Verde, en el camino a Las Docas, está el "Refugio de silencio", una verdadera guarida secreta que muy pocos conocen y que ofrece una desconexión total del mundo.

Sebastián Toro es el gestor de este proyecto. Ingeniero forestal de profesión, en 1997 conoció la playa Las Docas y el amor fue a primera vista. Se propuso encontrar un terreno disponible por el sector. Dio con uno y empezó a armar de a poco el refugio. Primero armó su casa, luego una cabaña y hace un par de años llegaron las "Tree house", casas hechas encima de los árboles, que pareciera flotaran entre medio de ramas y troncos y que hoy son las más solicitadas por los visitantes.

"Nosotros las pensamos para parejas, pero han llegado familias con niños y son ellos, los pequeños, quienes quieren venir, por la idea de dormir en una casa en un árbol. Eso nos ha sorprendido", comenta Sebastián Toro.

Construir sobre los árboles no fue una tarea fácil. Hace tiempo tenía la idea metida en cabeza, pero el cómo llevarla a cabo era muy complejo. "Supe que existía un hotel en Costa Rica que se llama "Tarzan"s House" y está ubicado donde antes había una comunidad indígena. De ahí nació la idea de hacer algo en los árboles", relató Toro.

Lo primero fue realizar el diseño que lo aplicó en la primera casa en el árbol que hizo, pero que no resultó. "Después lo tomé como base para hacer la segunda. Hicimos una estructura y luego la cubrimos. Es fácil de hacer y colgar", explica Toro.

Como la idea era aprovechar el espacio, la "Tree house" la hizo en niveles y descartó la idea inicial de hacer un domo. El primero es un pequeño living, el segundo es el dormitorio y el tercero un mirador. "Es un hexágono que está colgado de tres árboles, se agarra de un lado por medio", detalla. La casa tiene un nombre en sánscrito, que en este caso significa "la región intermedia entre la tierra y los planetas celestiales".

La casa tiene cinco metros de altura y como está en pendiente, el frontis está como a dos metros del suelo y la parte trasera a unos cuatro, lo que da la sensación de que está suspendida en el aire.

Afuera de la casa y sobre tierra firme, está la cocina, que se asemeja a los típicos espacios de los camping. Tiene una cocinilla a gas, una parrilla y agua, más todos los utensilios necesarios. Una de las casas tiene un pequeño baño y la otra no. Pero en el terreno hay un gran baño común con duchas y separado para hombres y mujeres.

actividades

Cuando partieron con el emprendimiento, ofrecían sistema "todo incluido". Hoy cobran un valor que incluye sólo alojamiento, $30 mil la noche en las casas en los árboles y $40 mil por una cabaña tradicional.

Además ofrecen otros servicios, como masajes y excursiones a los alrededores (Punta Curaumilla, cerro Curauma y sector de El Faro). Cuentan con bicicletas para hacer paseos y una piscina termal (que funciona en invierno) que llenan con agua de vertiente y calientan con leña.

Y a un par de kilómetros del "Refugio de silencio" está la legendaria playa Las Docas, un paraíso escondido en Valparaíso y al que muy pocos llegan, debido a su complejo acceso.

cabaña

Para quienes quieran desconectarse, pero no les tinca la idea de alojar en estas "cabañas flotantes", existe una cabaña de corte más tradicional, que reúne las comodidades para pasar unos días de descanso.

Y como la idea es siempre afectar lo menos posible la naturaleza, para tener electricidad cuentan con paneles solares y los refrigeradores los hacen funcionar a gas. El agua la extraen de una vertiente natural que hay en el mismo terreno.

"Nos hemos preocupado de no llenar el terreno. Por eso tenemos pocas cabañas, las que están bien separadas unas de otras. Queremos mantener la privacidad de quienes vienen", explica Sebastián Toro.

De hecho no hay ningún cartel en el camino que diga cómo llegar y tampoco en los negocios de los alrededores saben de la existencia del "Refugio de silencio". Sus dueños quieren mantener el secreto.

"Pensamos las casas para parejas solas, pero han venido con niños". Sebastián Toro, dueño de "Refugio de silencio".

En "Refugio de silencio" ahora están ofreciendo un nuevo servicio, dirigido a empresas. Se trata de retiros para ejecutivos y trabajadores para mejorar las relaciones del personal y además mejorar la productividad en un ambiente grato y ameno en medio de la naturaleza. Se ofrecen jornadas lúdicas para liberar el estrés. También está la opción de regalar a los clientes de las empresas una estadía en el lugar.

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