Sigue la guerra contra las torres en V. Alemana
Vecinos denuncian que tradicional estero será cubierto con cemento.
Prácticamente no hay niño crecido en los años "80, en el barrio norte de Villa Alemana, que alguna vez en su vida no haya ido a cazar pirigüines al estero que recorre gran parte de ese secotr de la ciudad. O que no recuerde las salidas del estero en medio de los copiosos temporales de aquella época. El curso de agua, conocido como estero Pejerreyes, es parte de la cultura infantil y la memoria del barrio, pero pronto podría desaparecer.
En marzo del año pasado, la asesora medioambiental Lidia Díaz, junto a un alumno tesista, comenzó a hacer un estudio sobre las obras hidráulicas del barrio norte de Villa Alemana. Sin embargo, cuando el trabajo avanzaba, ambos se dieron cuenta de que ocurría una gran irregularidad en el emblemático estero del sector.
"Se entubó el estero que pasa por calle Caupolicán el cual viene a dar al Pejerreyes, que es donde tenemos el problema (...) Actualmente está tapado porque es muy bajo el diámetro que tiene para la cantidad de agua que tiene y, por ejemplo, si llueve dos días, se inunda toda la calle Progreso, que es la principal y se llena de 20 centímetros de arena", explica Díaz.
El alumno y la profesora también se percataron de que se habían instalado unas casetas para vender dos torres de 10 pisos y, preocupados, se acercaron a la junta de vecinos a preguntar qué pasaba.
Dos esteros
"Fuimos a la junta de vecinos y nos enteramos de todo lo que estaba sucediendo. A raíz de que en este sector hay flora y fauna, yo por mi profesión me enteré de que también se iba a entubar otro estero. De hecho, el entubamiento del estero que llega a Los Pejerreyes, llega al terreno de la propiedad donde se va a edificar; es decir, que en el terreno donde se van a edificar las torres, llegan dos esteros: el estero Pejerreyes y el estero que viene desde el cerro por calle Caupolicán y que se ha ido desviando el curso", manifiesta Lidia Díaz.
Aparte de la construcción misma de las torres, estos entubamientos traerían varios problemas a los vecinos. Por esta razón, el pasado 23 de diciembre, Díaz, el alumno y la presidenta de la junta de vecinos, hablaron con el alcalde José Sabat y el administrador municipal Jorge Jorquera.
"Les leímos una carta pidiendo varios puntos. Primero, que la empresa regularice su sala de ventas, porque los residuos de su baño están siendo vertidos hacia el estero Pejerreyes, donde hay flora y fauna autóctona y nativa del lugar. También que se realicen estudios de impacto vial, ya que con el colegio San Antonio, que no tiene estacionamiento, los vecinos ya han tenido problemas para circular", detalla la especialista ambiental.
Asimismo, los afectados solicitaron que la empresa constructora "realice una solicitud de pertinencia de impacto ambiental al Servicio de Evaluación Ambiental, porque en ese sector hay especies protegidas y se va a hacer un encausamiento, entubamiento o encajonamiento", que afectaría la fauna del estero Pejerreyes.
Lidia Díaz comenta que en el lugar no se ha realizado ningún tipo de catastro y que, aparte de verse afectadas estas especies acuáticas, también se sumarían araucarias y palmas.
"No hemos recibido ninguna respuesta siendo que el impacto que van a tener las dos torres no es solo vial, también para la calidad de vida, además de echar cemento en el estero. Por eso queremos que esta sea una zona protegida y estamos esperando una respuesta formal del SAG", enfatiza la profesional.
Los vecinos que han vivido toda su vida en el sector, aseguran que en el estero han visto ranas y otras especies, como coipos y chinchillas. Por esto, se comunicaron con el Servicio Agrícola y Ganadero para que tomara cartas en el asunto. El SAG ya realizó dos visitas al sector, en las cuales cursó dos actas de inspección. No obstante, en estas dos visitas, el SAG no pudo determinar la existencia de rana grande chilena y sapito de cuatro ojos, pero sí de sapo africano, que está considerado como plaga. De todas formas, el SAG aseguró que hará posteriores visitas para descartar la existencia de especies protegidas como las anteriormente citadas.
Sag