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Imanya, la diosa guerrera de la lucha libre

No hay que dejarse engañar: detrás de esta menudita estudiante porteña, de apenas 19 años, se esconde una briosa guerrera. Su técnica favorita es el "bus driver", llave que ocupa para mandar a la lona a cualquier oponente.
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Una joven delgada y esbelta, de cabellos crespos, se ubica en uno de los extremos del ring para acabar con una dura pelea que mantiene expectante al público.

Para ella, existen varias formas de hacerlo, pero sin pensarlo mucho, decide utilizar su gran pieza maestra: el "wrestling bus driver", un candado en el que su contrincante termina cayendo de cabeza al suelo, con grandes posibilidades de quedar nocaut.

Los presentes comien- zan a gritar su nombre: "¡Imanya, Imanya, diosa guerrera!", aunque unos pocos piensan que no se la podrá, porque su adversario es grande, fuerte y temible... demasiado para una menudita luchadora como ella.

Sin embargo, antes de que los incrédulos puedan emitir una opinión, la muchacha corre y se lanza sobre su rival, dejándolo completamente derrotado y sin posibilidades de moverse por varios segundos.

La joven se hace inmediatamente acreedora de la victoria y levanta los brazos saboreando el éxito y recibiendo la admiración y ovación de sus seguidores. Luego les tira un beso, se seca el sudor con una toalla y parte en dirección al camarín.

Estudiante luchadora

Imanya desaparece en la ducha y en su lugar llega Romina Cortés, una porteña de 19 años que está estudiando el último semestre de Preparación Física en el DuocUC de Viña del Mar.

"Ha sido un proceso largo y complicado porque hay que tener perseverancia para hacer este deporte, ya que las frustraciones son muchas. En estos tres años he podido compartir con gente que me ha ayudado y enseñado a las cuales les agradezco mucho", dice Romina, mientras hace la hora para entrar a una clase.

Según indica, su interés por pelear nació cuando tenía apenas siete años de vida y acompañaba a sus primos a ver la lucha libre por televisión. "Me quedó gustando y con el tiempo me dieron ganas de vivirlo", confiesa la estudiante.

No obstante, como esta disciplina siempre ha sido asociada más a los hombres, le costó varios meses lograr dar con una agrupación que aceptara mujeres. Hasta que conoció a la Nueva Alianza Guerrera (Nag) y su vida cambió. "Me uní a ellos y de ahí no he parado", asegura.

Su madre se oponía tajantemente a que ella practicara esta disciplina: "No le gustaba, pero han pasado poco más de tres años y ya lo asumió. Creo que como soy su única hija, le espantaba que me hiciera daño, pero también, como buena madre, vio que realmente esto me hacía feliz", explica Romina, orgullosa.

Constancia

Para lograr ser la gran luchadora que es, Romina Vásquez practica en El Belloto con los otros jóvenes que pertenecen a la Nag. "Practico dos veces a la semana generalmente y en ocasiones, tres. A veces viajo a entrenar con uno de los veteranos de la lucha libre, que es el señor Perfecto Bundy, conocido por su participación en S.W.A., que era transmitida por el canal Mega", detalla la porteña.

Gracias al fuerte y constante entrenamiento que Imanya realiza cada semana, ha podido participar en varios campeonatos a nivel nacional. "Las peleas por un campeonato siempre son importantes, como también cuando te enfrentas a alguien que respetas mucho. Sólo he sido poseedora de la Copa Nueva Frontera de la Nag que, en su momento, fue el campeonato máximo. Ahora el campeón absoluto es el Señor Alacrán (otro luchador de ese grupo), a quien no he podido vencer", lamenta la joven.

A medida que pasa el tiempo, las peleas se van volviendo más intensas, trayendo con ellas algunas lesiones. Romina Vásquez reconoce que ha padecido algo de esto, pero que nada la va a detener. "Tengo una lesión crónica en uno de mis hombros por una deformación ósea de nacimiento y, hace un tiempo, sufrí una fractura de nariz. Pero yo voy a seguir luchando porque es mi pasión", enfatiza.

Sus técnicas

Respecto a las técnicas que utiliza para pelear, Imanya observa a los grandes luchadores mexicanos y norteamericanos. "La verdad es que trato de buscar lo que se me haga más cómodo, respetando los parámetros establecidos. Mi favorita es el "bus driver", en el que planto de cabeza a mi rival, pero cuando quiero demostrar que estoy en dominio, les pego un caderazo. Me gusta ver la lucha libre americana y mexicana y luchadores como Seth Rollins, Antonio Cesaro y Daniel Bryan en hombres, y en mujeres actuales de la WWE, la AJ Lee y Natalya", detalla.

Imanya es muy conocida en la región por su forma de pelear. Para ella no existe más el dicho de que la lucha libre es sólo para varones. "Creo que con el tiempo las cosas han ido cambiando y en Chile se dejó de decir eso porque el rol de las mujeres en las luchas es cada vez más trascendente. Estoy muy contenta por lo que se está logrando porque en el ambiente hay muy buenas personas dispuestas a ayudarte si fallas en algo", comenta la estudiante.

La pasión por el ring es tal que Romina mira la vida desde esa perspectiva. "Considero que todos tenemos que luchar día a día, independiente si uno está en el ring o no, porque todos debemos perseverar en muchos sentidos para alcanzar nuestras metas", dice.

Pese a que la joven ya ha adquirido cierta experiencia en el tema, aún se pone nerviosa al momento de enfrentarse a algún contrincante. "Aún me da nervios, muchos nervios, pero estando arriba se me pasa porque se siente el apoyo de los amigos, los gritos y eso da una sensación muy especial", expresa la porteña.

Admirada

Imanya por el momento está soltera, aunque no faltan los que la buscan incansablemente. "Siempre hay jotes dando vuelta por ahí, pero yo sólo me dedico a luchar y a agradecer el apoyo", manifiesta.

El hecho de que siempre haya admiradores rondando tiene una explicación: la personalidad que adoptan las luchadoras es muy atrayente.

"Las mujeres que se dedican a esto yo las definiría como temerarias, que hacen cosas muy rudas, pero que jamás pierden su femineidad. El hombre sólo se preocupa por luchar, pero la mujer brilla y lucha a la vez", recalca Romina Vásquez.

Por lo anterior, la estudiante y luchadora motiva a que más mujeres se sumen a esta disciplina deportiva. "A las chicas que estén considerando hacer esto, les digo que en serio es maravilloso… muy lindo el compañerismo, los aplausos y cuando corean por ti se te llena el alma. También cuando te pifian, porque si realmente te apasiona, no hay límites", sentencia.

Romina Vásquez revela que quiso llamarse "Imanya" inspirándose en Yemanja, una entidad de la religión yoruba, que es la madre de los orishas. Para representar con más protagonismo a su personaje, Romina confecciona su propia vestimenta. "Se me hace cómodo usar pantalones cortitos porque me dan más movilidad y cuando encuentro tela brillosa, me confecciono unos para que me queden a la medida", explica. Su próxima pelea tendrá lugar el 6 de abril; los detalles se darán a conocer en el Facebook Nueva Alianza Guerrera Lucha Libre.

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