Increíble resulta hoy en día en un mundo tan egoísta, donde sólo parecen primar intereses personales, encontremos personajes que con mucho sacrificio, entrega y valor, están siempre prestos a ponerse el traje

de héroes. Me refiero a Bomberos de Chile, voluntarios, sin sueldos ni pomposas dietas, sólo las ganas de servir y la vocación de sacrificio. El Cuerpo de Bomberos es el fiel representante de una orgullosa tradición, de los

"caballeros del fuego" (el primer Cuerpo de Bomberos se creó en Valparaíso), cuesta entender sus ganas de ayudar, ellos mismos se pagan sus trajes, cancelan cuotas para poder financiarse, además de rifas.

Y lo más vergonzoso, pedir limosnas en los semáforos, no para su fiesta de fin de año, ni para algún carrete sino que para poder salvar nuestras casas o nuestros trabajos. En estos días que un gran incendio consume y destruye gran parte de Valparaíso, han debido trabajar extensas jornadas, casi sin descanso, subiendo y bajando cerros tratando de salvar los hogares de miles de porteños. Es motivo de orgullo para quien escribe esto, el saber que pese al poco apoyo de la sociedad su entrega y sacrificio.

Así que la próxima vez que un bombero le pida una ayudita (limosna) en un semáforo póngase una mano en el corazón y la otra en el bolsillo.

Gracias, casta de héroes.

Atentamente,

Raúl Paredes Marabolí

A la distancia lloro una vez más la tragedia que afecta a mi querido Valparaíso. Una tragedia que se repite una y otra vez, haciéndome pensar que ya no es un caso fortuito, sino que intencional de una o varias mentes desquiciadas. Lo lamentable es la pérdida de vidas humanas y también de indefensas mascotas. Lo material, que es muchas veces el reflejo de años de sacrificios de gente de clase media y otras de mayor riesgo social, tiene la posibilidad de ser recuperado. Es en estas circunstancias cuando las autoridades locales y nacionales deben demostrar su capacidad y compromiso con quienes los han elegido. Las personas somos más que un número y más que un voto. ¡Fuerza Valparaíso querido!. Las desgracias siempre nos han unido.

Jorge Valenzuela Araya