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Sacaron aplausos Jugadores de Wanderers con mazo y pala en mano

Villarroel, Pol y Luna llegaron hasta la siniestrada casa del utilero del equipo para colaborar.
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Llegaron hasta los pies del cerro Merced en automóvil, pero un carabinero les impidió seguir avanzando. Por lo mismo se bajaron del vehículo y comenzaron a caminar por las desoladas calles del cerro.

Se trataba de los jugadores de Santiago Wanderers, Marco Sebastián Pol, Ezequiel Luna y Moisés Villarroel, quienes llamaron la atención de pobladores y voluntarios que cerca de las 12.00 horas se ensuciaban, transpiraban y sacaban fuerzas de flaqueza para ayudar en algo al rearmado del golpeado puerto.

El emblema wanderino Moisés Villarroel encabezaba el grupo y trataba de explicarle a los argentinos cómo estaba distribuido el cerro antes del incendio; en tanto Pol como Luna miraban atónitos una escena que hasta ese momento sólo habían visto por televisión.

Tras avanzar un par de metros Villarroel les hace una señal a ambos jugadores indicándoles el lugar a donde iban. Se trata del terreno en donde se encontraba la casa del utilero de Santiago Wanderers, Marcelo Cortés, además de su padre Roberto y también la del otro utilero: Sebastián Bustamente.

EN EL LUGAR

EN EL LUGAR

Luego de subir un cerro de tierra de más de 600 metros, donde antes habían casas, los tres jugadores wanderinos se reunieron con el utilero Marcelo Cortés, quien los recibe con un abrazo.

Luego de los saludos de rigor, el primero en alzar la voz es Marco Sebastián Pol. "¿Hay que romper? ¿Dónde? Yo lo hago", señaló el atacante caturro que sin pensarlo dos veces agarró un mazo y comenzó a botar parte de la estructura de la casa de Cortés que había resultado afectada por el fuego.

"Estamos todos muy conmovidos por lo que sucedió, así que si en algo se puede ayudar se ayuda. Puede ser con el mazo, llevando carretillas o con palas. Lo importante es que la gente se sienta acompañada y que sepa que cuenta con nosotros", señaló el delantero caturro, quien luego de conversar con La Estrella de Valparaíso retoma su tarea destructora bajo la atenta mirada de Marcelo Cortés, quien de vez en cuando, entre sonrisas, comenta que "este es un bruto".

Ezequiel Luna tampoco se quedó atrás y con pala en mano comenzó a recoger escombros durante un largo rato. "La verdad es que esto nos afectó mucho a todos y si podemos cooperar en algo acá estamos. No sólo estamos para ayudar a nuestros compañeros de trabajo si no que para darle ánimo y energía a todos los porteños que han sufrido con esta tragedia inmensa. Sólo queda comenzar a reconstruir y no dejarlos solos", señaló Luna mientras continuaba con sus labores de remoción de escombros en lo que era la casa de Marcelo Cortés, su padre Roberto y su colega utilero Sebastián Bustamente.

Por su parte el emblema caturro, Moisés Villarroel, señaló que "no hay palabras de consuelo para describir lo que nos ha golpeado la naturaleza. Es bastante dramático y fuerte por lo que estamos pasando no sólo la familia de Wandereres, sino para todo el Puerto de Valparaíso. Le hago un llamado a las empresas e instituciones para que nos ayuden a levantar Valparaíso; necesitamos de todos y de todo Chile".

El capitán de Santiago Wanderers agregó que "el otro día en una charla hablé con todos y les dije que nadie podía estar ajeno a esto por lo mismo es que teníamos que ayudar. Hay que agradecer mucha gente, todos tratan de ayudar en lo que pueden".

SER PORTEÑO

SER PORTEÑO

Durante la jornada de ayer por momentos la sonrisa volvió al rostro de Marcelo Cortés, el utilero wanderino afectado por el incendio. Se sinceró con La Estrella y dijo que "en estos momentos uno se da cuenta lo que es ser porteño. Mucha gente joven ha colaborado, también el plantel de Wanderers y los viejos amigos que no los veía hace mucho también han llegado. Es emocionante ver cómo todos ayudan, no sólo a nuestra familia, sino que a todo Valparaíso. Se necesita una mano muy grande para salir de esto".