Manuel Pérez Rojas y Juana Vega Ruz, los dos abuelitos del cerro La Cruz que murieron abrazados cuando las llamas quemaban miles de casas en Valparaíso, ayer fueron sepultados en el cementerio N°3 de Playa Ancha.

A la misa, que se realizó en la iglesia Corazón de María, llegaron los familiares y varios porteños que estaban conmovidos con la historia.

La hermana del fallecido, al que de cariño le decían "Momito", señaló que era una persona muy alegre y preocupada, que incluso cuando había temblores se daba el tiempo de visitarlos a todos para asegurarse que estaban bien. Además destacó el gran amor que sentía hacia su mujer, "Bequita", con la que siempre andaba de la mano. "Andaban de la mano todo el día y se fueron abrazados", manifestó entre lágrimas.

El obispo Gonzalo Duarte ofició la misa. Al término de la ceremonia, los presentes se dirigieron al cementerio en silencio. Y los porteños, algunos que no tenían vínculo familiar con los difuntos, lo hicieron en tres micros que fueron ofrecidas para la ocasión.

Juan Cubillos, gerente de la funeraria del mismo apellido, aseguró que estaban entregando el servicio gratis. "Valparaíso se ha portado muy bien con nosotros y esta es una retribución. Lo mismo hemos hecho con 11 personas que fallecieron en el incendio. Y queremos aclarar que no estamos haciendo uso de la cuota mortuoria como se ha comentado, porque el servicio es 100% gratuito, al igual que mi hermano con su sucursal en Iquique y los fallecidos en el terremoto. Por eso invitamos a todas las familias afectadas a que se acerquen a la funeraria, porque esto es para todos los damnificados que han perdido sus seres queridos", enfatizó Cubillos.