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Desde charquicán hasta lentejas preparan en las cocinas comunitarias

En Las Cañas se organizaron entre amigos para darle sabor a la ayuda.
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Son cerca de diez los jóvenes que, con el mejor de los ánimos, pican cebolla y zapallo. Otra joven revuelve un fondo gigante lleno con lentejas. Así son las mañanas de este grupo de amigos que, desde el lunes, están poniendo el hombro en el cerro Las Cañas, para alimentar no sólo a los pobladores, sino también a los cientos de voluntarios que día a día se presentan para ayudar en la "zona 0".

"Al principio yo llegué con un fondo con comida, pero me di cuenta de que con eso no bastaba. El mismo día lunes la gente de acá se preocupó de habilitarnos este lugar que ahora ocupamos como cocina; lo hicieron súper rápido. Limpiaron, pusieron latas y listo, acá estamos cocinando", señala Anapaula López de 22 años, gestora de una de las tantas cocinas del cerro Las Cañas.

Nicole, de 23 años, es estudiante de gastronomía y se unió a su amiga Anapaula para llevar a cabo esta noble tarea.

"Lo hacemos porque nos nace y porque esta gente nos necesita. Todos podemos aportar algo y ésta es nuestra forma de hacerlo", señala Nicole Núñez, quien es la que organiza las cosas en la cocina, la cual por momentos se torna algo caótica, pero siempre con la buena onda de los muchachos que trabajan en ella.

"Cocinamos para cerca de 200 personas. Hoy estamos preparando lentejas y ayer hicimos charquicán. La misma gente de acá nos proporciona los ingredientes que necesitamos y nosotros los preparamos. Ayer (miércoles) el almuerzo salió un poco tarde porque tuvimos un problema con el gas y la cocina, pero ahora vamos bien y tendremos el almuerzo a buena hora", dice Nicole.

Los jóvenes pretenden estar durante todo el fin de semana ayudando en Las Cañas, sin embargo, el lunes ya deberán regresar a sus actividades normales (ver recuadro).

La idea de Anapaula y Nicole es que, a contar de la próxima semana, las propias mujeres del sector de Las Cañas se hagan cargo de la cocina que ellas crearon. "La idea es que desde el lunes la administren ellas, porque nosotras ya no vamos a estar. Ojalá que esto se mantenga porque es algo muy útil para los que viven acá y para los que viene a colaborar", dice Anapaula López.

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Pudieron llegar en auto sólo hasta los pies del cerro Las Cañas, pero eso no fue impedimento para que las monjas del Liceo Juana Ross, de Valparaíso, llegaran más allá.

Con cerca de 40 personas lograron atravesar el cerro y comenzaron a repartir la ayuda que traían en distintas bolsas.

"Es algo verdaderamente que no se puede creer. Hemos venido ya todos los días y siempre encontramos una historia nueva que escuchar. Hay que ayudar mucho a esta gente y en estos momentos esto es lo que podemos hacer por ellos", señala sor Lorena Alegre, quien de vez en cuando se detiene a mirar la panorámica de un cerro totalmente devastado.

Sor Lorena Alegre destaca el trabajo de los voluntarios y también señala que no sólo hay que ayudarlos en la reconstrucción, sino que también en el ánimo.

"Hay que darles fuerza, una palabra de apoyo, todo lo que sea para que la gente pueda salir adelante en lo material, pero también en lo espiritual. Esta es una Semana Santa muy distinta, en donde estaremos trabajando codo a codo con los que más nos necesitan", dice Sor Lorena, quien agradece la buena acogida que le han dado el grupo que encabezan los jóvenes y pobladores del cerro Las Cañas, el cual ya lleva recorriendo durante varios días, desde que ocurrió el incendio más grande en la historia de Valparaíso.

El grupo del Liceo Juana Ross se organiza en distintas tareas cuando van al cerro a dejar ayuda. "Los muchachos más grandes, de tercero y cuarto medio, están en terreno limpiando escombros y hacen el trabajo más pesado. Los más chicos nos ayudan a repartir alimentos y a acarrear la mercadería. Entre todos estamos ayudando para que salgamos adelante", señala sor Lorena Alegre a La Estrella.

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