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Evasión cultural en Buenos Aires

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Llego corriendo al hostal "Milhouse", en plena Avenida de Mayo, en el centro de Buenos Aires. Hago el check in en cuestión de segundos, donde me designan la cama 1 de la pieza 106, donde también alojaban 6 brasileños, una alemana y su servidor. Dejo mi mochila en una especie de jaula con mi candado y me largo corriendo a Palermo Soho, un sector donde me esperaba una periodista y una chef para conocer el restorán erótico "Te mataré Ramírez". Llego a la hora y la comida, supuestamente afrodisíaca, fue un fiasco. El show, donde se empelotaban tres argentinas y un tipo, era bueno, pero nada más. Pagamos la abultada cuenta y nos fuimos a tomar fernet con coca cola.

Retorno al hostal como a las dos y media de la madrugada. Entro a la pieza y alumbro con mi celular la cama 1. Estaba ocupada. Me voy a otra, que estaba en la parte de abajo de un camarote. A los minutos llega la alemana terriblemente borracha. Se sube a la cama superior y en cuestión de segundos se cae al suelo violentamente. Se levanta asustada y se lanza a otro colchón. Como a las 8 de la mañana, cuando se le pasó la anestesia alcohólica, la gigantesca mujer empieza a gemir. La miro y está bien.

Me levanto, almuerzo un sandwich de atún y me largo a la Feria del Libro. Sólo fui a chequear precios y sapear el ambiente. Veo al escritor Gonzalo León y al político Jorge Arrate, que se abrazan cariñosamente. Después me junto con un periodista chileno que estudia cine. Terminamos en un recital de un grupo "pokemon punk" llamado La ola que quiere ser chau (ver foto), en un hermoso bar llamado La Cigale, en el microcentro de la ciudad. Finalizamos la loca noche bebiendo dos jarras de litro de fernet en un local de mala muerte y llegué de día al hostal, con el diario Página 12 bajo el brazo.

Al tercer día me junté con una estudiante de cine chilena y fuimos a comer al "Palacio de la Papa Frita". Después vimos la impresionante expo de fotografía de Testino, en el museo Malba y terminé solo, en un cine, mirando una película checa.

Después volví a la Feria del Libro y compré libros. Entre los más destacable están las "Cartas" de Kerouac a Ginsberg (y viceversa) y Poesía, de Houellebecq. En la noche conocí una parrillada y más fernet.

El ultimo día volví a la Feria en busca de una charla magistral que dio Jorge Baradit (el escritor chileno), junto a otros autores. Fue excelente y terminé viendo una película donde trabaja Turturro con Woody Allen.

Ahora vuelvo a Chile y debo enfrentarme con la realidad. Atrás quedó la evasión bonaerense, que siempre invita a volver una y otra vez, sin parar.