Quienes conocen a Manuel Pellegrini de cerca coinciden que el ingeniero ha dejado huellas en su vidas. En Wanderers dos personas fueron dirigidas por el campeón de la Premier League y recordaron detalles y enseñanzas del técnico en los noventa, cuando Héctor Robles y Ruperto Rojas estaban en Palestino y O'Higgins, respectivamente.

El actual técnico caturro Héctor Robles debutó en 1990 de la mano de Manuel Pellegrini. El "Choro" recuerda que tenía 18 años y "Don Manuel" como le dice Robles, era un técnico que siempre estaba pendiente de las series menores. "Nosotros entrenábamos en la cancha de al lado y me integró al primer plantel junto a Hugo Bravo y Marcelo Corrales.

-Él deja huella donde esté. Y no solamente en lo deportivo, sino que también en la infraestructura del club y todos los conceptos que entrega como persona. A mi me mantuvo como titular 15 fechas y me otorgó la confianza cuando recién estaba comenzando mi carrera.

Robles cree que pudo haberle sacado mayor provecho a su estadía junto al técnico del momento, sin embargo las circunstancias fueron esas, y el Choro se quedó con el mejor de los recuerdos. Lo siente parte de su formación y lo define como un adiestrador que trasciende más allá de lo deportivo.

Además de la experiencia que tuvo en Palestino, el defensa nacido el cuadro árabe tuvo la opción de ser llamado a la Selección Sub-20 que fue al Sudamericano de Venezuela. El equipo también estaba integrado por Marcelo Caro, Miguel Ponce, Marcelo Jara, Mauricio Illesca, Pablo Peñailillo e Ian Mac Niven, entre otros.

El zaguero cuenta que las claves de Pellegrini siempre han sido la puntualidad, respeto y planificación. Además desde las primeras concentraciones le hacía la cruz a los llamados telefónicos y jamás se expresó con garabatos.

"Yo creo que Manuel fue uno de los DT que profesionalizó esta actividad", sostiene Robles, quien manifestó que han mantenido el contacto a pesar de los años y lo lejos que ha llegado en su carrera.

Una de las anécdotas y detalles que marcó al Choro fue la sucedida en Buenos Aires en el 2002. Wanderers jugaba Copa Libertadores ante Boca Juniors y Pellegrini (quien entrenaba a San Lorenzo en ese entonces), fue a esperarlo al hotel tras la práctica en la Bombonera.

"Me fue a desear suerte, pero yo siento que él siempre se consideró un formador mío y como tal quería sentirse ligado a mi carrera", contó Robles, quien también confesó que con su familia lo estiman harto y el domingo estuvieron pegados a la pantalla esperando que se coronara campeón.

Ruperto Rojas, ex jugador caturro, entrenador de cadetes y formador de porteros en Wanderers; también conoció a Manuel Pellegrini en sus inicios como entrenador. Rojas, tras terminar su vínculo con los porteños, llego a prueba a O'Higgins durante 1993.

Pese a que nunca lo contrataron, el portero sostiene que el Pelle tenía un trato directo con cada jugador.

"No había preparador de arqueros específico y al recinto rancagüino llegaba una hora antes para marcar él mismo la cancha. En ese equipo estaba Rubén Espinoza y Juvenal Olmos y pese a que al técnico no le gustaba mezclar el camarín con cadetes y adultos; ambos compartían con los más chicos para entregar su experiencia", cuenta Rojas.

En ese tiempo el ex portero compartía sus horas del fútbol con sus estudios de teatro y Manuel Pellegrini le pedía a Rojas que le recomendara buenos libros para leer,

"Con él aprendí la frase: por favor. A todos los trataba como iguales y sus prácticas de fútbol era de trabajos simples. Siento que esa época era un adelantado en el aprendizaje del fútbol. Algunos lo consideraban un loco, pero el tiempo lo dejó en su lugar", resumió Rojas. J