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'Lille Norge'

lev

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En la parte alta de Viña del Mar, cuando uno entra a la ciudad viniendo desde Santiago, encontramos un local que las oficia de embajada o colonia noruega. No ofrece preparaciones europeas, todo lo contrario, en él podemos encontrar comida tradicional chilena, de esas que a todos encanta y cautiva, sobre todo en día de invierno. Su nombre 'Lille Norge', que significa pequeña Noruega y que su dueño le puso así en honor y como homenaje al país que lo albergó durante muchos años.

El lugar ofrece comida casera a buen precio y de buena calidad, lo que siempre se valora, ya que es difícil encontrar restaurantes donde se disfrute de buena mesa y calidad a precios accesibles, entendiendo buena mesa como comida sabrosa, hecha con pasión e enjundia. El menú viene con ensalada, consomé y plato de fondo, acompañado de pan y pebre sobre la mesa. Se puede pedir un jugo o bebida de litro y medio para compartir entre los comensales.

Las alternativas del día son charquicán con huevo frito, estofado de cerdo o pollo al jugo con arroz o puré (de papas naturales). Opté por el charquicán y creo que acerté, porque venía con una sazón especial, cardamomo, ingrediente que no había saboreado nunca en este plato y que le daba el toque diferente, quizás no el tradicional sabor que estamos acostumbrados, pero el ahumado y suave sabor le ayudaba a la mezcla completa. El huevo frito venía muy bien preparado, no era el típico huevo que viene con exceso de aceite o demasiado crudo en la yema, sino que lograba el punto de cocción correcto, con la yema lo suficientemente cruda como para convertirla en 'la salsa' del plato, y una clara firme y húmeda. La consistencia del plato era buena, aunque me hubiera gustado más que viniese con trozos más enteros, como 'chancado', más que un puré rústico, que tiene una textura cremosa, que no es el objetivo y que tuviera choclo, ingrediente que eché de menos y de todas formas es parte de la receta. Sin embargo, el plato estaba muy bueno, y en la medida justa, una porción que satisfacía. La ensalada surtida; con repollo, zanahoria y lechuga, no sobresalía, pero cumplió con su objetivo. El consomé en cambio, venía con una muy buena textura, un caldo firme y con huevo, sabroso y reconfortante.

La atención es rápida y amena, el lugar es limpio y bastante amplio.

Feminista islámica dictó conferencia en Valparaíso

lev

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Amediados de abril, el grupo islamista radical Boko Haram secuestró a más de 200 niñas nigerianas desde su escuela, para venderlas. Hasta ahora, las niñas no han sido devueltas a sus familias, mientras el mundo se vuelca en una campaña mediática para recuperarlas con vida, y para que no sean compradas. La feminista islámica Vanessa Rivera de la Fuente, reconocida comunicadora social convertida a esa religión, se refirió al tema, destacando lo lamentable que es, más allá del secuestro, el funcionamiento de una sociedad que permite el tráfico de personas.

Vanessa Rivera dictó el seminario 'Feminismo islámico. Igualdad de género y activismos por la justicia social desde el Corán', en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso, invitada por la carrera de Sociología.

A juicio de Rivera, 'el secuestro de estas niñas me parece, en primer lugar, repudiable. Como persona, cualquier ser humano consideraría repudiable esta violación respecto de los derechos humanos, y de la seguridad y la educación de las niñas, tomando en cuenta también lo que significa esta tragedia para los padres. Nuestra solidaridad y nuestros pensamientos mejor intencionados para ellos'.

Estos hechos, añadió, 'nos tienen que llevar a reflexionar sobre nuestro papel como seres humanos dentro de una humanidad que permite el tráfico de personas. Yo digo que Boko Haram no representa al Islam y no representa a los musulmanes. Pero debemos reflexionar respecto a que si este grupo secuestra a 280 niñas para venderlas, es porque piensa que alguien las va a comprar. Y no las van a comprar en Nigeria: las van a comprar en Europa y países que no son musulmanes. Por lo tanto, aquí el problema no se trata de las creencias: se trata de cómo, como humanidad, estamos respondiendo a las necesidades de seguridad jurídica, de ciudadanía, de protección de las niñas y de las mujeres en general'.

En este sentido, subrayó que 'ahí nos estamos cayendo. Creo que nos estamos fijando en detalles que sirven para explicar una situación, pero no sirven para responder con una solución. Y qué terrible que hayan tenido que ser 280, porque basta que sea una, para levantarnos con indignación'.

Vanessa Rivera de la Fuente es comunicadora social y consultora en proyectos de desarrollo comunitario. Ha desarrollado programas de educación de género e interculturalidad en torno a la ciudadanía, fortalecimiento organizacional, los derechos de la mujer y la diversidad en Ecuador, Perú, Argentina, Marruecos y el Reino Unido. J