La leyenda de la Virgen que lloró en La Matriz
fotos: manuel lema
En 1822, un devastador terremoto destruyó gran parte de Valparaíso. Y en torno a esa triste tragedia, surgió una leyenda que está volviendo a renacer por las oraciones que actualmente están haciendo algunos feligreses en la Iglesia La Matriz.
Dicha leyenda, señala que en una pintura que aparece la madre de Jesús, llamada la 'Virgen de la Aurora' o 'Nuestra Señora de la Aurora', salieron dos lágrimas de verdad. Lágrimas que, aparentemente, salieron por las mejillas de la Virgen tras oír los rezos que hizo una devota suplicando que se apartaran del Puerto los sismos, incendios y todo tipo de catástrofes.
El hecho fue tal, que la mujer corrió a contarle a los sacerdotes y a otros religiosos para que lo comprobaran y ella no quedara como 'loca'. Y cuando los hombres fueron a ver, se percataron que las declaraciones de la porteña eran ciertas, ya que la Virgen seguía expulsando lágrimas.
La leyenda apunta que las lágrimas fueron contempladas por un sin número de personas durante seis días desde el 19 al 25 de noviembre de 1822, lo cual provocó que los porteños sacaran sus propias conclusiones.
Para algunos, el silencioso llanto de la mujer era un llamado a hacer mandas y penitencias, mientras que para otros, era una clara señal de que en el cielo había mucho dolor y tristeza por lo acontecido en Valparaíso. No obstante, cual haya sido la razón de las lágrimas, todos los porteños fueron a dejarle ofrendas para demostrarle su cariño y así dejara de llorar.
Con el correr de los días, las visitas llegaron a tal extremo, que la pintura debió ser trasladada a la oficina del cura para su mayor protección. Y desde entonces, la Virgen de la Aurora no ha vuelto ha llorar.
Actualmente, según historiadores, dicho cuadro aún existe y está en la oficina del Padre Gonzalo Bravo, ubicada en la Iglesia La Matriz.
Al mediodía, una porteña de edad que pidió sólo ser identificada como 'Inés', está sentada en una de las bancas de la iglesia, rezando en silencio. 'He estado viniendo porque ha sido mucho el dolor por el incendio y también porque estoy agradeciendo que todos mis familiares estén vivos y la ayuda de los voluntarios. Pero ahora le pido a Nuestra Señora que nos cuide y que por favor ya no pasen cosas malas en Valparaíso. Yo creo que no resistiríamos otro incendio, por eso otras personas piden lo mismo', dice tranquila, observando el lugar.
Se le comenta sobre la leyenda, pero confiesa que jamás la había oído y que si eso ocurriera en estos tiempos, no le sorprendería a nadie. 'No sería raro si pasa ahora mismo porque cuando rezo siento como que me escucha cerca (la Virgen) y que también siente pena por lo que le voy diciendo. Estos deberían ser días para reflexionar', expresa con voz suave.
Víctor Rojas, escritor e investigador nacido y criado en Valparaíso, manifiesta que no existe ninguna narración original de la época que relate este suceso, pero que todos los que hablan de leyendas porteñas mencionan a la Virgen que lloró.
'Todos los que se dedican a las leyendas de Valpo hablan de esta leyenda como importante porque suponemos que en su tiempo fue muy conocido este milagro. De él, hablan en sus crónicas Alfonso Larrahona, Miguel Vicuña Cifuentes, Joaquín Edwards Bello, entre otros...', explicó Rojas.
Según indica el porteño, la historia tomó importancia por el período que vivía la ciudad. 'Valparaíso en ese tiempo era la ciudad principal de Chile y se supone que en esa fecha la Patria estaba recién empezando. Por entonces, también había fuerzas en pugna y las fuerzas en pugna, naturalmente, producen algo particular. Si se buscan las miles de vírgenes que han llorado sangre en el mundo, siempre están objetivando la misma situación: que hay dos fuerzas en pugna en el seno de la comunidad', detalla.
En el aspecto religioso, este 'milagro' fue ampliamente difundido, pero fuera de él, 'personas entrenadas como María Graham, no nombran para nada el asunto ya que se supone que sólo tuvo repercusión en el ámbito católico donde se confrontaban los españolados y los independistas', precisa Rojas.
Además, el investigador señala que en el caso de la Iglesia La Matriz, el Cristo fue cobrando más fuerza que la Virgen. 'De hecho, la Virgen que aparece en el escudo de Valparaíso, tenía una procesión a la cual no iba nadie, porque toda la gente estaba detrás del Cristo de La Matriz y después hubo incluso una elección. Mariano Casanova, el obispo, determinó que la gente votara detrás de quien querían desfilar y ganó el Cristo', consignó el escritor.
Para Archibaldo Peralta, historiador especializado en monumentos y mitos porteños, el caso de la Virgen que llora es una 'leyenda piadosa'. Esto, porque para él, el porteño de por sí busca respuestas en algo sobrenatural para lo que está viviendo.
'Más que mito, es una tradición religiosa del lugar porque Dios o la santísima Virgen, se manifiesta de distintas maneras. Soy de formación cristiana adulta y seria y puede que sí haya sucedido, en donde la santísima Virgen pudo haberse manifestado por un hecho causal de origen físico como que haya habido humedad en el lugar y que eso coincidió con el terremoto', argumenta.
'Esto recuerda mucho a la película El Cardenal que muestra a un párroco que comienza una investigación para ver qué pasa con la Virgen y descubre que es una gotera', agrega Peralta.
En este sentido, el historiador recalca la personalidad del porteño. 'El hecho coincide por devoción, que la gente se conmueve y se porta mejor, lo cual siempre es bueno, entonces esa puede ser la causal del cuadro Señora de la Aurora, el cual conserva el Padre Gonzalo Bravo. En otras palabras, es una piadosa coincidencia porque aquí en Valparaíso somos muy marianos y existe esa fuerte devoción de interpretar que el famoso terremoto tenga relación con las lágrimas', declaró.
Respecto a las oraciones de los porteños, Peralta comentó que es buena iniciativa. 'Está bueno que la gente le pida a Dios que nos mantenga sanos y salvos, porque nunca les va a hacer mal. Y si la Virgen llora... habrá que verlo', sentenció.
La Estrella intentó tener acceso al cuadro, pero desde la parroquia señalaron que ya no está en la oficina del padre Bravo. 'No está ni en la oficina ni en la iglesia', expresaron. J