Damnificados sufrieron con el copioso aguacero
fotos: Álvaro camacho
Al drama de perderlo todo en el mega incendio de abril, ahora se sumó la rabia e impotencia de los damnificados por vivir en el que consideran un lugar indigno.
Ofuscados estaban ayer decenas de ellos tras constatar que, con la primera lluvia, las mediaguas recibidas presentaron severas deficiencias, con filtraciones en techos, ventanas, puertas y paredes, que mojaron gran parte de sus pertenencias.
Ana Bobadilla vive en el paradero 9 y medio de El Vergel, en el cerro La Cruz. Hace una semana le instalaron su casa de emergencia. Cuenta que estaba en proceso de forrarla. 'Como a las 04.00 de la madrugada me cayó desde el techo el chorro de agua sobre la cama y luego los granizos. No pudimos dormir nada con mis cuatro nietos. Las latas no son buenas, son para forrar por fuera y no para techo. No sé cómo dicen que las casas valen más de un millón 200 mil pesos... Ojalá vengan a arreglarlas luego porque el invierno recién empieza', dice mientras sostiene a Patricia, su nieta de un año 7 meses, que está enferma por la humedad.
El drama también afectó a los que aún no cuentan con una construcción digna. Es el caso de Juan Pino, que en el mismo El Vergel pernoctó en una improvisada bodega de palos y nylon, donde él y su madre guardan cosas.
'Dormí en una carpa y se pasó toda el agua. Se me mojó la ropa de cama y el colchón. También hizo mucho frío. Ojalá tenga una mediagua luego porque la de mis papás es muy chica y no caben muchas camas', señaló.
En otros cerros el panorama fue similar, donde gente con mediaguas almacena sus bienes en carpas y, con la lluvia, se perdieron varias de ellas.
Gloria Varas habita en el cerro Las Cañas junto a seis parientes. 'El agua y el viento se filtraron desde la pared trasera de la mediagua... quedaron mal terminadas. Dormimos a saltos', comentó.
Unos metros mas allá, en la calle Uno, sector H, se levanta la casa de emergencia de Bernardita Romero. Se la instalaron el lunes de la semana pasada y con la primera lluvia aparecieron las dificultades.
'El agua con el viento escurrió del techo hacia el medio de la casa y también por las orillas. Colocaron mal los nylon, por fuera y no por dentro de la lata. Estoy apenada por lo que pasó porque se me mojó todo', dijo a La Estrella.
Su hermano Marcelino se mostró crítico de la labor de las autoridades: 'Hay mucha desorganización en todo. No dejaron entrar a Valparaíso camiones con materiales de construcción y no han entregado todas las herramientas a los afectados. Las mediaguas son de mala calidad, escogieron las más caras y las menos térmicas', enfatizó.
En el cerro Ramaditas se vivió una situación más grave, luego de que cerca de una veintena de casas de material ligero presentaron problemas de anegamientos. J