Retornando al Máscara
El martes pasado estaba en el Facebook y una amiga me invitó a una tocata en el Máscara, ese tradicional reducto bailable a un costado del Cinzano, en la plaza 'Kaníbal Tinto', en Valparaíso.
Acepté en forma inmediata, pero antes le dije que teníamos que ponernos combustible en el Moneda de Oro, mi local habitual y así llegar algo chispeados al recital de rock.
Hace muchos años que no iba al Máscara, lugar que nació en el apogeo de las tribus urbanas, donde uno se podía encontrar con Drácula y locos vestidos como los personajes de Matrix, en todos lados. En ese tiempo también estaba en la cresta de la ola el Pagano, reducto más dedicado a los gay y bisexuales y La Secta, donde la 'Jaula del Placer' coronaba una noche llena de distorsión.
Después de un ron (que equivale a dos), servido por el garzón Alonso, me dirigí hacia la entrada del Máscara. Los martes son gratis hasta las 11 de la noche. En el escenario Tocaba Ojorojo, un grupo que lleva a muchos seguidores y que integran un organo a su música que mezcla la sicodelia con el rock, en una amalgama muy entretenida. Seguí metiéndome ron, mientras escuchaba los virtuosos sonidos y recordé muchos sucesos de esa loca época, en la que hicimos, con mi brother fotógrafo, cientos de reportaje a la agitada noche porteña (ver foto).
Lo más distorsionado que vi fue en La Secta, donde un ejército negro bailaba Rammstein sin parar, en un ambiente cargado de potencia y sexualidad. La hora de la 'Jaula del Placer' calentaba más los ánimos, ya que dos chicas, con portaligas, medias y vestidos de cuero, salían a bailar frenéticamente, mientras la masa dark y gótica aullaba de placer. Eran comandados por 'Mente enferma', un tipo que se creía el doble de Marilyn Manson y que termino hace poco golpeado en un carro del metro regional, por tomarle fotos a las mujeres gordas y subirlas a internet para mofarse de ellas. Mal, muy mal.
Con el gráfico siempre andábamos con una cámara chica, tomando fotos y cachando la onda. Una vez se inauguró una discoteca llamada 'Sodoma', que duró sólo algunos meses y que de Sodoma solo tenía el puro nombre.
Toda esa movida que tenía como protagonismo la onda sexualoide, terminó, dándole paso al reggaeton y a la pachanga, muchas veces sin sentido.
Ahora, en el Máscara, pensaba que es una nueva posibilidad para el rock and roll, para que las bandas regionales se tomen los escenarios locales y venga una especie de Tercera Ola musical, donde la primera fue liderada por Los Jaivas y Congreso, la segunda por La Floripondio, Belial y Tryo y esta por algún o algunos grupos que están ahí... a la espera.