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Los nuevos inquilinos del estero Marga Marga

Fotos: juan jordán

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Alo largo del estero Marga Marga, especialmente en el humedal que naturalmente se formó frente al supermercado Jumbo, en Viña del Mar, habita una gran comunidad de coipos que durante años ha pasado completamente desapercibida para la mayoría de los viñamarinos. La verdad es que nadie sabe exactamente cómo llegaron ahí ni por qué se quedaron (hay varias hipótesis), pero están y desde que la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, anunció que se va a realizar un plan de manejo de emergencia en el sector, diversos ciudadanos y animalistas se preocuparon por su futuro.

Pablo Albarracín, uno de los viñamarinos que ha seguido de cerca el tema junto al Centro Cultural y Recreativo Ponga (CCRP), explica que la situación ha tomado revuelo porque estos roedores, parientes del castor, poco a poco se han ido ganando el cariño de los vecinos, desde que se construyó la autopista Troncal Sur.

'Aproximadamente desde el 2005, después de la construcción de la carretera Troncal Sur, nosotros nos percatamos de que se formó un ambiente de tipo humedal y nos llamó la atención porque se empezó a llenar de animales que antes de la construcción de la autopista no estaban ahí. Se empezó a llenar de garzas, patitos, pájaros, incluso peces... hasta que se creó un micro zoológico', relata Albarracín.

Cuando el viñamarino y sus cercanos se dieron cuenta de este bello milagro de la naturaleza, se dedicaron a disfrutarlo hasta que, dos años más tarde, fue totalmente destruido.

'Cuando en 2007 la municipalidad borró todo esto con máquinas retroexcavadoras, nos propusimos cuidar el humedal que va desde la altura del supermercado hasta el puente El Olivar. Eso fue muy comentado en la prensa y desde entonces es que estamos interesados en defenderlo', apunta Albarracín.

De hecho, la última acción que los ciudadanos efectuaron para cuidar esta zona fue recopilar firmas y reunirse, el pasado sábado 31 de mayo, en la plaza María Luisa Bombal, para conversar y plantear ideas al respecto.

'Son pocas las personas que se interesan realmente por esto, pero las que fuimos (a la junta) acordamos crear una estrategia para enfrentar el tema con mayor seriedad, como conseguir una contraparte científica que avale lo que decimos y tratar de hacer acciones más coordinadas como tener un vocero estable del movimiento', señala el defensor de los coipos.

Ante la preocupación de los ecologistas, la municipalidad de Viña del Mar salió al paso aclarando que en ningún momento se quiso destruir el humedal.

'La municipalidad de Viña del Mar, a través del director del departamento de Servicios del Ambiente, Waldo Ceballos, aclara a la comunidad que el humedal ubicado en el sector de Limonares y cualquier otro ecosistema de la ciudad no serán destruidos como así lo han difundido grupos ambientalistas y animalistas', declaró el municipio.

Asimismo, el director de Servicios del Ambiente, indicó que la intervención consistió en 'un plan de manejo intersectorial para el lecho del estero Marga Marga, que tiene dos objetivos principales: el cuidado y protección del ecosistema que en él existe, y, por otro, buscar que este cauce funcione convenientemente para evitar riesgos innecesarios, como son las inundaciones, las que de generarse, no sólo dañan la flora y fauna del sector, sino que también generan riesgos en las viviendas aledañas y en la comunidad'.

'Bajo ningún punto de vista se pretende alterar o poner en peligro las especies del humedal, entre ellas los coipos, muy por el contrario, y como se ha explicado, se trata de un trabajo responsable, realizado por equipos expertos y que no contradicen el interés y preocupación hacia el medio ambiente que permanentemente ha mostrado esta administración municipal', reiteró el funcionario.

Los viñamarinos que defienden el humedal dicen que no quieren armar polémica sino, más bien, proponer ideas, como hacer un sendero para que las familias puedan contemplar las especies.

'Más que reclamar, a nosotros nos interesaría ir a plantearle a la alcaldesa que, por ejemplo, el espacio se transforme en un lugar educativo y se haga una especie de mirador al lado del humedal, para que la gente pueda ir a ver estas especies, como también imitar lo que se hizo cerca del Castillo Wulff con las aves. Por eso, más allá que no destruya el humedal, es que le de vida a eso porque es urbano y es súper raro que se de eso. Nuestra idea es que se reconozca el valor ecológico y científico que tiene y se incorpore a la comunidad como con un sendero de trekking o hasta con un cartel', comenta Pablo Albarracín.

Leonardo Moder, jefe del departamento de fiscalización forestal de Conaf, también tiene una opinión sobre el tema.

'Lo que sugerimos como servicio forestal en lo que respecta a la vegetación arbórea y arbustiva presente en esa sección del cauce, es que fuera manejada pero en ningún caso eliminada. Y ese manejo tiene que ser una intervención del tipo de raleo cuando se trata de especies arbóreas y en algunos casos podarlos', explicó Moder.

El fiscalizador aclaró que las especies vegetales del sector no serían de origen nacional. 'En este caso, la mayoría de los árboles son exóticos, como álamos, aromos, sauce llorón, sauce alemán y otras especies más como eucaliptus, todas especies extranjeras', detalló.

La otra cara de la moneda son los vecinos que piensan que si no se hace nada con el humedal, se inundarán como en 1985 ocurrió por las intensas lluvias. No obstante, Moder descarta que esto se repita.

'La única forma en que se produzca una inundación, sería que el caudal del agua fuera tan elevado y las correntías escurrieran de una forma tan grande en volumen que sobrepasaran los muros que están construidos. Pero como los muros son bastante elevados y la caja del estero tiene sectores despejados donde el caudal puede bajar al mar sin obstáculos, entonces no tendría por qué suceder eso', explicó.

Rodrigo Reyes, ornitólogo y guía de 'Birdwatching', también ha dedicado tiempo al tema, incluso haciendo personalmente un catastro de las aves presentes en el Marga Marga. Para él, la más mínima intervención significaría un cambio para el ecosistema.

'Hay que tener muy en cuenta que cuando se afecta un espacio por muy pequeño que sea dentro de un ecosistema, se está alterando a todo un ambiente ya que existe una conexión y continuidad natural que no puede ser fragmentada, sobre todo en un humedal donde existe un continuo intercambio biológico debido al movimiento del agua, como el es el caso del estero Marga Marga', señala.

'Es muy importante saber que la fragmentación y alteración de los hábitats y ecosistemas es la mayor amenazada para las especies en Chile y en el mundo y es justamente esa la mayor lucha que tienen los países desarrollados en materia medioambiental', agrega.

Reyes recalca que, aparte de los coipos, hay especies como anfibios. 'Habitan diversos anfibios, algunos con serio peligro de extinción, reptiles y aves, y en cuanto a este último grupo, tengo un catastro de 1996 a la fecha que arroja un total de 85 especies de aves, desde el puente El Olivar hasta la desembocadura, algunas de ellas también con problemas de conservación. En tan sólo 20 minutos se pueden observar más de 15 especies de aves, lo que claramente corrobora que es un lugar lleno de vida', argumenta.

'Si la municipalidad tiene un estudio de las especies vegetales así como de mamíferos, aves, reptiles, anfibios, insectos y peces (...) sería trascendental que la comunidad lo conozca y pueda sacar sus propias conclusiones', añade el experto. J