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Ni ahí con las naranjas, lo de Chile es 'bailar samba'

agenciauno

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Finalizado el encuentro disputado ayer entre Holanda y Chile en Sao Paulo, muchos culparon al aparentemente inexperto juez de Gambia, Bakary Gassama, de perjudicar a la Roja. Qué Holanda no podía toparse con el local Brasil... que el juez dejó pegar mucho a los europeos o que la Fifa maneja todo a su manera, fueron algunos de los argumentos de los hinchas, los cuales, con justa razón -y en especial, tras el histórico triunfo ante España- se habían ilusionado con ganar el Grupo B en la Copa del Mundo.

No obstante, y analizando en frío lo que sucedió ayer en el Arena Corinthians, el resultado pasó por la poca efectividad -y escasas variantes- que tuvo la Roja para superar la resistencia del meta holandés, Jasper Cillessen. Y es que el partido se jugó al ritmo de Holanda... como lo quería Louis Van Gaal, quien, astuto como él sólo, dejó que la Roja manejase el fútbol, generando el natural desgaste y cansancio entre los pupilos de Sampaoli para recién después, matar.

La diferencia de goles era un 'aliado' entre los holandeses y, por lo mismo, el empate dejaba a la 'Naranja Mecánica' al tope de la tabla, lo que en rigor les servía para esquivar a Brasil en los octavos de final. Si Chile manejó el fútbol y fue protagonista, fue también porque Holanda lo permitió. Si incluso pareció hasta irrisorio como hombres talentosos y de características ofensivas como Sneijder y Kuyt, se preocuparon más de marcar a Díaz y Sánchez, respectivamente, para así intentar anular los ataques nacionales. Y en rigor, bien les fue, ya que Chile en el primer tiempo tuvo apenas dos ocasiones de gol, ambas con Felipe Gutiérrez como protagonista (un zurdazo desviado a los 22' y una peinada que rozó el poste a los 44'). Por el lado holandés, en tanto, De Vrij ganó un cabezazo (34') y Robben, tras una de sus temibles diagonales, remató cruzado apenas fuera (39').

En el segundo tiempo, apareció Holanda. El subcampeón del mundo ya no fue tan timorato y el partido se tornó de ida y vuelta, mucho más parejo. A Chile le costó cada vez más inquietar la portería contraria mientras los gigantones holandeses, poco a poco, fueron acercándose hasta la portería de Bravo. Y así, cuando el 0-0 ya parecía muy cercano (lo que no cambiaba en nada las ubicaciones en la tabla), se produjo una falla entre los centrales chilenos y el recién ingresado Leroy Fer que gana por arriba y nos clava con un perfecto cabezazo.

Aquel tanto golpeó a los dirigidos por Jorge Sampaoli, los cuales, pese a los ingresos de Valdivia y Pinilla, no pudieron doblegar el cerrojo 'tulipán'.

Al final -y tras una falta no cobrada a Valdivia- el pelado Robben agarró la moto, desbordó a Jara y centró para que Memphis Depay sentenciase el 2-0 final que nos dejó preocupados... pensando en Brasil. J