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'Evento Z': apocalipsis zombie en Valparaíso

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Martín Muñoz Kaiser es porteño, diseñador gráfico y padre de Javier, un niño que es fanático del mundo zombie. Y un día, cuando ambos se aburrieron de buscar libros inspirados en esta temática, Muñoz aprovechó su experiencia en cuentos y novelas para escribir 'Evento Z', una historia que narra la odisea que viven unos escolares y una ejecutiva de una multinacional que intentan llegar a sus casas sobreviviendo al apocalipsis zombie que repentinamente se desata en Valparaíso tras la llegada de un trasatlántico.

'Javier, mi hijo y su amigo Weiping (del restaurant Pekin) habían desarrollado un plan de contingencia Zombie, en el cual me basé para los primeros capítulos de la novela. Ellos son los protagonistas de una de las líneas argumentales pero, por otro lado, yo había comenzado hacía muy poco a trabajar para una multinacional en Curauma y me interesaba desarrollar la problemática de la gente más adulta y que tiene mayores dificultades para adaptarse al cambio de este escenario salvaje lleno de muertos vivientes', explica Muñoz.

Y si de escenarios de horror se trata, el Puerto era lejos la mejor opción para este joven. 'Valparaíso es un escenario perfecto para una novela de horror. Es fácil imaginar las callejuelas y pasajes llenas de bruma, escondiendo miradas de putrefactos queriendo hincarte el diente. Los protagonistas se pasean por el plan, el cerro Bellavista, Baquedano, el paseo Wheelright y el cerro Barón tratando de sobrevivir, de adaptarse', describe el porteño.

Muñoz Kaiser ha publicado cuentos en Chile, España e Italia y ha sido traducido al italiano y alemán. Su ópera prima es 'El Martillo de Pillán', una novela de aventuras ambientada en la América precolombina y que desde hace muy poco está disponible en librerías de Washington DC y Nueva York, en Estados Unidos.

Su segunda obra es 'WBK asesinos', una colaboración con Sergio Amira y que, según indica, es una 'novela negra llena de acción, ambientada en Santiago, Algarrobo y Quintero'.

'Evento Z' es la tercera entrega de este autor del cerro Barón. 'Antes de publicar, siempre pido opiniones, ya que una novela es una maquinaria compleja y es bueno tener varios ojos sobre ella. Los comentarios han sido muy positivos y la mayoría coincide en que la historia se desarrolla vertiginosa, la tensión es constante y los personajes son muy reales. Esperamos tenerla en librerías en un mes más, lanzarla en Valparaíso en dos meses y en octubre presentarla nuevamente en la Filsa de la Estación Mapocho, en Santiago', apuntó entusiasmado. J

La soledad del hincha sin una camiseta por la cual pasar rabias

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La editorial Lolita, que ha apostado por una larga saga relacionada con el hinchismo por el fútbol ('Soy de la U', 'Soy del Colo', 'Soy de la Unión', 'Soy de la Católica', 'Soy de Wanderers'), nos sorprende ahora con una vuelta de tuerca bastante ingeniosa titulada 'No soy de ningún equipo', escrita por el traductor, ensayista y poeta, Cristóbal Joannon.

En este breve volumen, escrito con inteligencia, humor y maestría, Joannon nos pasea por esa estrecha frontera que debe recorrer el hincha apátrida, es decir aquél que gusta del balompié, pero que por esos azares de la vida, mala suerte o flojera, no terminó identificándose a cabalidad con una camiseta específica.

Nacido en 1974, Joannon entrecruza con el fútbol la historía tan propia de una generación nacida en dictadura y para la cual los sinsabores y derrotas deportivas eran el pan de cada día. Lejos, muy lejos de la brillante generación de Alexis Sánchez y compañía, que ni por asomo fuimos capaces de emular por aquellos años.

Las pichangas de barrio, de colegio, las primeras pololas y todos aquellos menesteres que copan la infancia son relatados por Joannon con extrema simpleza y gracia.

'Cuando los capitanes elegían jugadores para formar el equipo después del sorteo, mi nombre aparecía hacia el final, pero nunca último; en rigor, justo antes de que se llegara a los declaradamente malos o problemáticos: comilones sin sentido de realidad, mocheros, descomprometidos que se mandaban a cambiar en cualquier momento, mandones no autorizados, presuntos cracks -insignes representantes del laucherismo estéril- que no hacían más que complicar las cosas', escribe el autor.

El fútbol, entonces, se transforma en el hilo conductor de una historia -cercana a retazos autobiográficos- que nos lleva por distintas latitudes, tiempos y voluntades, con disquisiciones y guiños que acercan aún más al lector a este encantador ensayo.

La fórmula, dicho está, es arriesgada. No apostar por ningún equipo puede ser un handicap a la hora de los quiubos, pero Joannon es capaz de asumir el riesgo y doblar, sobre la marcha, el pozo a repartir, llegando al extremo de acudir a ciertas alusiones filosóficas que no desentonan para nada en su relato. Es más, el lector comprometido quedará con el dulzor ensayístico que pocos logran conseguir en un tema que, bien lo sabemos, puede suscitar mil y una opiniones. Muy recomendable.