Val, la villalemanina que se hizo leyenda en el mundo con su batería
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Aparte de ser chilena, simpática y buenamoza, la villalemanina Valeria Sepúlveda es la mejor baterista del mundo. Eso quedó claro el año pasado, cuando en el concurso de bateristas 'Hit like a girl 2013', en Estados Unidos, se hizo acreedora del primer lugar.
Hoy, tras este importante momento en su carrera, la joven ha vuelto al país para hacer unas clínicas de percusión junto a Fernanda Fuentes, la batera del grupo Mamma Soul.
Sin embargo, para llegar a la posición en la que se encuentra, 'Val' admite que tuvo que ponerle harto empeño y dejarse llevar por el corazón. Esto, porque primero comenzó su carrera musical tocando otro instrumento completamente distinto.
'Desde chiquitita me llamó la atención la batería y sus ritmos, pero antes de que pudiera tocar una, estuve por muchos años estudiando piano con un profesor particular. Estudiaba harto, pero no era mi pasión y un día, en el colegio, me colé a una clase de batería y me enseñaron un ritmo y ahí quedé enganchada por siempre porque se me hizo súper natural', relata Valeria Sepúlveda, de 26 años, que estudió la enseñanza media en el colegio Liahona.
Cuando Val 'se coló' a esa clase, tenía 14 años y el pobre piano pasó rápidamente al olvido.
'Me enamoré de la batería y me metí a un taller en el colegio. Aprendí súper rápido los primeros ritmos y de ahí me puse a hacer bandas, tocaba en el festival del colegio, con el coro en las distintas sedes de la escuela y como me di cuenta que era lo que me gustaba, decidí dedicar mi vida a esto', explica entusiasta.
Sus padres la apoyaron incondicionalmente, así que cuando se puso a estudiar Música en la Universidad de Valparaíso, ellos sólo le exigieron que hiciera su mayor esfuerzo para convertirse en la mejor de todas.
'En la universidad aprendí todo lo que es técnica, ya más profesionalmente, lo que ahora estoy ejerciendo. Mis papás siempre me apoyaron en todo y me motivaron a que hiciera lo que realmente me apasionaba. Igual en parte me entendieron porque mi papá toca guitarra y canta, mi mamá también y mi hermana se dedicó al piano y a cantar... Entonces ellos querían que tocara algún instrumento musical y cuando me decidí por la batería, se alegraron', recuerda la joven.
Valeria ya tenía el instrumento elegido, pero ahora necesitaba una batería en casa para poder practicar.
'Me llegó de regalo en Navidad y pese a que era de una marca muy mala, para mí siempre será la batería más linda, porque con ella aprendí. Mis papás me fueron regalando todo lo que necesitaba y eso fue súper importante para tomármelo bien en serio. Lo bueno es que los vecinos no reclamaron por la bulla', asegura Sepúlveda.
Al cabo de unos años, la villalemanina ya tenía su propia banda, Moskita Muerta. Con sus amigas participaban de tocatas y la pasaban bien. Incluso ganaron un concurso en la televisión llamado 'Garage Music' y estuvieron haciendo una gira por el país.
'Con 'Garage Music' pudimos hacer una gira por el Norte con Sergio Lagos, Nicole, la Javiera Parra... Lo daban en la Red y después en Canal 13. Incluso dieron un docureality de nosotras, fue súper genial', apunta la baterista.
Sin embargo, su vida dio un vuelco radical cuando, después terminar su carrera universitaria, se fue a vivir a Salt Lake City, en Estados Unidos, junto a sus padres. 'Me fui a vivir a Estados Unidos con mis papás después que terminé mi carrera de Música en la U. Terminé en enero de 2011 y en marzo me fui a vivir para allá. Al principio no fue nada fácil, porque no conocía a nadie, estaba en un lugar completamente distinto, con otro tipo de música... Pero como manejaba algo el idioma, empecé a buscar bandas y oportunidades, hasta que me metí a unos talleres de verano en Los Ángeles para poder aprender un poco más del lenguaje musical de allá', explica Sepúlveda.
Cuando Val al fin pudo adaptarse, se le empezaron a abrir solas las puertas. 'Allá aprendí mucho de lo que ahora sé, mi lenguaje baterístico y todo de cero. Empecé a buscar conexiones, quién quería tocar conmigo y tuve suerte de toparme con gente que le interesó verme tocar y después del primer show me salieron otros y otros... Y así se fue dando hasta tener tres bandas (The Vibrant Sound, Kathleen Freewin)', cuenta con alegría.
Eso sí, a diferencia de las bandas chilenas, allá Valeria recibe un sueldo y no le pagan con 'chelas' ni con canjes. 'Me pagan por cada presentación y eso es súper bacán de allá. Me dan un sueldo fijo o por hacer trabajos en estudio, me pagan por horas, para los tours... siempre me da el trabajo para vivir', asegura.
Tras la adaptación y su participación en las bandas, unos amigos le comentaron a Val sobre el concurso que se mencionaba al comienzo de esta nota. Y desde ahí, le cambió la vida para siempre.
'Unos amigos me hablaron de que había un concurso internacional de bateristas mujeres 'Hit like a girl' y que era único, que era el más importante que organizaba una revista con muchas marcas de batería. Me dijeron y vi que los premios eran buenísimos, que te regalaban montón de cosas y que te ponían revistas, así que dije que no perdía nada y gracias a eso hice un video y me puse a concursar. La primera etapa era por voto popular y por eso había que pedir votos ya que las cinco más votadas iban directo a la final para ser elegida por un jurado especializado. Las finalistas eran juzgadas por bateristas famosas como las de Lenny Kravitz, Prince, Beyoncé... Y bueno, por los votos llegué automáticamente a la final, porque en Chile me hicieron mucha difusión. Fue increíble, recibí mucho apoyo', dice Val, emocionada.
Cuando se enfrentó a la final, estaba nerviosísima. Recordaba momentos como todas esas tardes en las que tocaba en su batería marca 'chancho' o cuando ya tenía una mejor y se grabó tocando el 'YYZ' de Rush, una joya musical que ella logra a la perfección (lo puede ver en Youtube buscándolo como Val-Hit like a girl 2013)
'A lo largo de mi carrera me han salido muchas, pero muchas ampollas y de hecho cuando hice ese video de Rush lo toqué con una ampolla gigante en mi dedo gordo... Pero bueno, eso es parte del oficio y después las manos se acostumbran y la buena técnica también ayuda a no dañarse. En fin, estaba nerviosa y cuando me dijeron que gané, no lo podía creer... Luego de eso me empezaron a llamar y a buscar de distintas partes y las propuestas seguían llegando', expresa la baterista profesional.
Y así también llegaron los auspicios. 'Me auspiciaron de platillos y baquetas para hacer clínicas a Hollywood con artistas renombradas y gracias a todo eso, puedo decir que estoy consolidada ya', apunta.
Actualmente, Val usa una batería Tama Star Classic, un modelo especialmente fabricado para hacer rock y heavy metal, que acompaña con los platillos turcos TRX y que, para lamento de muchos bateros, aún no llega a Chile. No obstante, pese a que la batería es para tocar ese estilo musical, la villalemanina declara que es muy versátil y que hasta unas cumbias puede tocar.
'Mis influencias musicales son súper variadas. Por ejemplo, partí tocando Nirvana y Chancho en Piedra, pero ahora estoy tocando con tres bandas de estilos distintos y por eso practico el indie, electrónico, pop y también un poco de fusión, sonidos alternativos. Ahora en Chile aprendí ritmos más latinos con la Fer (la baterista de Mamma Soul) con quien estoy haciendo las clínicas y ahí he aprendido un montón que en verdad es súper importante para los bateristas tener un conocimiento general de muchos ritmos para tener más oportunidades y aceptar más pegas', sentencia con seguridad.
Cristian Galindo, encargado de la Oficina de la Juventud de la municipalidad de Villa Alemana, cuenta que conoce a Val y que por todo lo que ella significa, no dudó ni un segundo en organizar una clínica en el centro cultural.
'La Valeria es villalemanina y hace tiempo atrás participó en una agrupación de rock llamada Moskita Muerta y por eso tenemos una cercanía con ella. Como ella vino a Chile a vacacionar y trabajar, hicimos el contacto para que viniera junto a Fer a hacer una clínica de batería destinadas a niños y jóvenes sobre la percusión, con alumnos de la Escuela Talento Joven de Villa Alemana, que es una escuela de formación musical que tenemos acá', manifestó Galindo.