Dos jóvenes muertos por dormir con la estufa prendida
Aprincipios de junio, Pablo Castro, baterista de la banda villalemanina Eikos, llegó a su casa entumido y con la única intención de prender el brasero. Sin embargo, cuando lo hizo, cayó rendido por el cansancio y se durmió. No volvió a despertar.
Tres semanas después, la locutora Jacqueline Figueroa llegaba desde Francia a visitar a su familia en la misma comuna y, luego de compartir una velada, prendió la estufa para sentirse más a gusto. No obstante, al igual que Pablo, se durmió y no despertó jamás.
Cristian Luna, comunicador audiovisual y cercano a estos dos jóvenes, lamenta las pérdidas. 'A Pablo lo conocí durante el verano en los ciclos de bandas en el Café Rock (bar de la ciudad) y era buen cabro, buen batero, pero un descuido le quitó la vida. En el caso de Jacqueline, ella vivía en París. Allá hizo carrera en Comunicaciones, trabajaba en una radio y como hija única, venía de vez en cuando a Chile a visitar a su familia. El caso es que al igual que Pablo, con el frío que hacía, prendió la estufa, se recostó y no despertó más... Sus familiares están destrozados', describe el rockero.
Para Fernanda Cavieres, doctora de Toxicología de la facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso y además vicepresidenta de la Sociedad Toxicológica de Chile, estos hechos suelen ocurrir en esta temporada por la inhalación de monóxido de carbono.
'Las estufas a parafina y los braseros que son a leña tienen una fuente de calor que es la combustión. Si la llama es buena y no tóxica, entonces es una combustión completa, pero hay un fenómeno que se llama combustión incompleta, que es cuando la fuente que está combustionando la leña o el gas no tiene una buena concentración de oxígeno para poder combustionar completamente', explica la experta. Esto provoca la emanación de monóxido de carbono.
'Producto de la combustión incompleta, se genera monóxido de carbono que es el agente causante de todas estas muertes. El monóxido tiene la particularidad de ser una molécula pequeñita muy volátil y que, por lo tanto, si se mezcla con el aire que estamos respirando, no tiene olor. Las personas no nos damos cuenta que lo vamos a respirar ya que ingresa al organismo y lo que hace es unirse a la hemoglobina', detalla Cavieres.
En situaciones normales, la hemoglobina debería unirse al oxígeno. 'La hemoglobina se une al oxígeno para transportarlo por todo el organismo, pero como el monóxido tiene mucha más afinidad por la hemoglobina que el oxígeno, entonces éste queda desplazado. Entonces ahí la hemoglobina queda ligada con el monóxido y el organismo no pueden recibir el oxígeno para vivir, es decir, lo que le ocurrió a estas personas', apunta la doctora de Toxicología.
Por lo anterior, la especialista aconseja que se evite dormir con la estufa o el brasero encendido y que se preste atención cuando aparezca un dolor de cabeza.
'Cuando cerramos todas la ventanas, vamos a dormir, y la estufa o el brasero quedan encendidos, se corre un riesgo. Lo ideal es siempre tener alguna ventana abierta para que circule el oxígeno. Si le duele la cabeza, es probable que esté sufriendo con el monóxido y, en estos casos, es aconsejable que la persona camine a un lugar ventilado o se acerque al balcón si vive en un departamento. Tampoco prender los artefactos en el interior de la vivienda. Y si alguien se percata de que una persona está inconsciente por esta situación, debe llevarla rápidamente a la asistencia pública', aconseja la profesional. J