Cuando la participación de la selección chilena de fútbol llegó a su fin -hace ya varias semanas- el Mundial se continuó viviendo a flor de piel en Valparaíso. Esto, porque en pleno corazón de la Ciudad Patrimonial, se ubica el antiguo y tradicional Club Alemán. Allí, la colonia germana residente junto a los porteños que tienen raíces teutonas se juntaron a ver -y vibrar- durante los partidos de Alemania en la Copa del Mundo de Brasil 2014.

Cerca de cien personas llegaron ayer para presenciar la victoria germana por sobre Argentina, destruyendo el mito de que los europeos no vibran como los sudamericanos con el fútbol. En cada ocasión que Alemania generó peligro los residentes alemanes saltaron, gritaron, hicieron sonar sus platos y sufrieron como el más fiel de los hinchas.

Los más aplaudidos en el salón fueron Miroslav Klose (al momento de ser reemplazado), Bastián Schweinsteiger cuando siguió jugando a pesar de tener una herida sangrante en su cara y Manuel Neuer cuando, restando pocos minutos del alargue, ganó un balón aéreo con clase.

Uno de los que más sufrió con el encuentro fue el cónsul de Alemania en Valparaíso, Jan Karlsruher Strohbach, quien nos comentó que la iniciativa de ver los partidos de Alemania reunidos había nacido recién en este Mundial, pero que sin duda lo seguirán haciendo, puesto claramente les resultó como cábala.

El cónsul aprovechó de contar que no solo se han reunido para ver los partidos del equipo europeo, sino que también llegaban hasta el Club Alemán para ver los partidos de Chile. 'La comunidad alemana está muy feliz, fue una gran final. Un equipo sudamericano y uno europeo que dieron todo en la cancha. Finalmente ganó el que hizo el gol. Toda la colectividad alemana en el país debe estar celebrando en estos momentos y, nosotros los porteños, nos ponemos la camiseta. No era una tradición venir acá, pero fue todo un éxito porque mucha gente se sumó. Al final se terminaron mostrando todos los partidos, pero obviamente los que más se gritaron fueron los de Alemania y los de Chile. Finalmente, el cónsul resumió su alegría diciendo que 'mañana el kuchen será más dulce, tendrá muchos más ingredientes y será más sabroso que nunca antes'. Habrá que probarlo, entonces. J