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La secreta historia de la 'ratonera' de V. Alemana

juan jordan

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Frente al teatro Pompeya de Villa Alemana y donde actualmente está ubicada la zapatería 'Camelia', una farmacia y el 'Liquimax', yace un edificio con apariencia de abandonado, pero que hace unos diez años atrás era el lugar favorito de la juventud. Su nombre original es Portal Latorre, pero con el tiempo pasó a llamarse 'ratonera' ya que en un pequeño subterráneo del inmueble, solían reunirse los 'populares' o los más rudos del sector. De hecho, para algunos era un lugar que no había que visitar ya que también era conocido como el 'antro de la perdición'.

Heinrich Wittig, jefe de emergencia de la comuna, recuerda que lo que más le gustaba de este edificio, era visitar el segundo nivel en donde además de estar el 'Charlie Chop', se encontraba 'Sandy MC', un oscuro local de videojuegos (varios se quejaban que tenía poca luz) que también tenía taca taca.

'En la época de los ochenta me gustaba ir a los videojuegos del segundo nivel y jugar taca taca. También había unos en el subterráneo conocido como ratonera porque se juntaban personas de distintos estratos sociales. Arriba había locales comerciales donde vendían muebles y también una radio llamada 'Simpatía' que fue la primera de Villa Alemana. De hecho, ahí en el techo estaba instalada la torre. En el segundo piso había videojuegos pero los más populares eran los del subterráneo. Todos los antiguos de Villa Alemana lo conocen o han pasado por ahí', manifiesta nostálgico.

En la 'ratonera', los jóvenes no podían entrar a jugar con uniforme. Sin embargo, los estudiantes igual se las arreglaban para ir después de clases y pasarse las tardes enteras ahí. También era típico que en una máquina jugaran cuatro lolos al mismo tiempo, mientras otros seis se quedaban mirando esperando que uno perdiera para meter la ficha y seguir con el juego. Por todas estas características, el lugar se transformó en el espacio de los 'más choros', ya que los que vestían bien o tenían más plata, iban al 'Samoa', otro local ubicado a metros de la ratonera y que al tener otro tipo de juegos y ambiente, se convirtió en el local 'cuico'. Al cabo de unos meses, en el segundo nivel del Portal Latorre, se instaló el anteriormente mencionado 'Sandy MC' que si bien traía máquinas más modernas y se lucía con su Sunset Raiders de 4 players, nunca logró superar la popularidad de la ratonera que con sólo dos fichas, permitía 'darse vuelta' el Captain Command, además de juegos desde $10.

En este sentido, cabe señalar que al lado del teatro Pompeya (en donde actualmente hay una farmacia Salcobrand) también se instaló un local de videojuegos, el cual tenía una triste pillería para los dueños: se podían usar las mismas fichas que vendía un viejito en otro local de videojuegos en el paradero 8.

Cristian Guerra, gestor cultural de Villa Alemana, comenta que cada uno de estos locales tenía una tendencia marcada, siendo los rockeros los más respetados.

'Hay varias etapas en Villa Alemana y en el documental de Cristian Luna, Mutancia, hay un resumen de lo que pasaba. Del '80 al '88, se frecuentaban las fiestas en la Cámara de Comercio, las compañías de Bomberos o ir al estadio Ítalo Composto a ver los partidos del Iván Mayo, como también bañarse en las piscinas de los Rotarios, marinos o la Wilson. Al mismo tiempo, había otro grupo que hacía peñas en la onda underground y harta fiesta en las casas. Del '88 en adelante, ya había una generacion crecida y empiezan las tribus urbanas en la cual aparece la gente que escucha rock. En un principio se juntaban en las casas, pero luego empiezan a bajar para hacer intercambio de cassettes y long plays hasta formar un grupo afuera del Zíngaro', explica Guerra.

Posteriormente, tras un festival de thrash metal, los rockeros se tomaron la bohemia villalemanina. 'Los rockeros eran los taquilleros porque en el '88 empiezan a organizar el Necro Metal, un evento súper importante que se hizo en el fortín Villa Blanca (donde ahora está la plaza Belén) donde antes se jugaba básquetbol y baby fútbol a nivel comunal y que trajo bandas como Necrosis, Warcraft, el vocalista de los Criminal que vino con una banda de power metal, entre otros. Esto fue tanto, que Villa Alemana fue llamado el patio trasero de Valparaíso', comenta el gestor cultural.

No obstante, mientras los rockeros y metaleros hacían de las suyas, había otras tribus urbanas.

'También estaban los punks, hardocore punks y los tecno. Ellos se juntaban de la calle Santiago hacia abajo, del Zíngaro hacia la línea del tren. Y para el lado del teatro Pompeya, se juntaban otras personas que en ese tiempo eran llamados los flaites y cumas. En la parte de arriba del centro estaban los videos, los Sandy MC del segundo piso y ese lugar era paseo obligado para todos los estudiantes. Se ponía música y durante los fines de semanas, los chiquillos comenzaron a juntarse ahí antes de irse a las fiestas. Por eso se entremezclaron los thrashers, rockeros, punkys, flaites... todos se hicieron amigos y se conformó un grupo de gente. De este grupo, los que tenían plata iban a las discos de acá o Limache y los que no, se iban para la cantera de los maristas', resume Guerra.

Ya en la época del 2000, el edificio empezó a perder popularidad, teniendo como único atractivo, la escalera que conducía a los videojuegos del segundo piso. ¿La razón? ahí se podía pinchar y conocer el amor sin límites.

'El edificio era un lugar de encuentro entre amigos y claro, la escalera era usada para pololear', aporta Rodrigo Figueroa, un villalemanino conocido como 'yerbita'.

Wittig, en tanto, recuerda que para los aniversarios de la ciudad siempre quedaba la escoba. 'En la ratonera ocurrieron algunos inconvenientes porque se juntaban distintos tipos de personas. Por eso, especialmente en la escalera que, frecuentemente utilizábamos para subir al segundo piso, se daban los mayores problemas en los aniversarios de Villa Alemana ya que cuando se instalaba el escenario en donde actualmente está la estación y antes había un burlardero para los taxis básicos, el paseo se llenaba de gente y varios se iban a la escalera a pinchar y hacer de las suyas', relata.

Actualmente, no existe ninguno de estos locales. La escalera fue clausurada y hoy está pintada de azul y amarillo. El último uso que se le dio al edificio, fue cuando hubo elecciones y se instaló propaganda política ya que el edificio tiene un balcón que permite una buena vista hacia el centro de la ciudad. Respecto al dueño, poco se sabe de él. 'El propietario es un español que, sin saberlo de forma determinante, no arrendó más los locales y que en algún momento estuvo en proceso de venta (...) no tengo antecedentes respecto al estado de la estructura, pero si uno lo observa, se puede determinar que no ha tenido daños de consideración pese al terremoto del '85 y 2010', apuntó el jefe de emergencia.

De todos modos, la leyenda urbana dice que los locales de videojuegos fueron cerrados porque en el segundo piso habrían matado a un joven. J