l Cae la tarde en San Esteban y aún es comentario obligado. Tras la publicación el viernes pasado en La Estrella Quillota - Petorca y SoyQuillota.cl nadie se ha querido quedar abajo de la noticia del año en la comuna del Aconcagua. En la casa de los padres del cura, donde estuvo desde que se alejó de la Parroquia San Lorenzo de Cabildo, eso sí, no hay nadie.
Donde tampoco había nadie era en la alcaldía, donde sólo por algunos segundos pudimos dialogar con el alcalde de la comuna, René Mardones. Hombre de pocas palabras, al menos ayer, prefirió no referirse de forma extensa a la paternidad de Ignacio Miranda Morales. Lo conoce, pero sólo hubo palabras del tipo 'no me parece'. El edil, explicó que no quiere comentar más, simplemente, el tema le complica en lo ético. A juzgar por sus palabras y su actitud lo ocurrido, no le gustó.
Pero a metros de la Municipalidad está la villa Hermita, también conocida como El Parque. Ahí, en la calle 26 de diciembre la casa donde viven los padres del cura de Cabildo. Una cuenta de la luz en la reja nos advierte que no hay nadie, una vecina nos advierte que no hay nadie, 'han venido a molestar todo el día, se fueron en la mañana y no sabemos cuándo volverán', nos advierte.
A los segundos otra vecina nos cuenta que los Miranda Morales son una familia antigua del sector, conocida y donde el cura Ignacio comparte sangre con otros tres hermanos, dos mujeres, y un hombre.
Berta Escobar es vecina de calle del cura Ignacio y lo defiende con todo. 'Bien me parece, peor hubiera sido la maldad de esconderse y hacerse el leso. Encuentro bien lo que hizo', contó la mujer, quien recordó que 'nunca pensé que iba a ser cura'. 'Me sorprendió cuando vi a Ignacio haciendo misa acá en San Esteban', dijo.
Más allá encontramos a Javiera Subiabre, quien se crió con la familia en su infancia. 'Me parece genial que haya asumido como corresponde', recuerda la mujer, quien conoce y comparte de toda la vida con Alicia e Iván, los padres del cura Ignacio, a quien en la calle 26 de diciembre conocen como Jaime. 'Uno cuando va a ser abuela, está feliz. Yo seré abuela de un pequeñito de tres meses y estoy feliz, ellos deben sentir lo mismo', cerró Javiera.Y mientras en la calle 26 de diciembre esperan a sus gemelos, el cura Ignacio no se ha visto desde ayer. La familia decidió tomar distancia y evitar así la insistencia de los medios. J