Sorprendida con el interés mediático que ha tenido su caso, C.C.S. la cajera de 28 años que fue despedida luego de encontrarse en su trabajo una moneda de 500 con la impresión del año 2000 en el anverso, no ha recibido oferta alguna por su ahora 'maldito hallazgo'.
Sin trabajo y preocupada por el estado de salud de su padre, la joven viñamarina reconoció que la principal razón para desistir de acciones legales en contra de su empleador - el supermercado mayorista Provimarket - fue porque necesitaba con urgencia el dinero para poder practicarle unos exámenes médicos a su progenitor.
'Con el despido dejaría de tener ingresos y yo no estaba en condiciones de esperar semanas o meses sin ingresos económicos. Por eso acepté y me dieron mi finiquito. Parte del dinero lo gasté en los exámenes de mi papá porque no podíamos seguir esperando en el sistema público y opté por hacérselos de manera particular', precisó la joven.
C.C.S. insiste en que su desvinculación fue injusta y que no cometió ningún delito al cambiar la moneda. 'Yo estoy consciente de que no cometí ningún ilícito. No robé ni me quedé con algo que no es mío. Lo que hice fue cambiar una moneda por otra del mismo valor', dijo.
En consecueci por esa razón la echaron. 'Mi supervisora me exigió la moneda y yo me negué. Intentaron acusarme de robo pero finalmente me despidieron por necesidades de la empresa', recordó.
Pablo Herrera, estudiante de derecho y asesor legal, se mostró interesado en el caso de C.C.S. y ofreció ayudarla legalmente y de manera gratuita.
'Es un caso a todas luces injusto. Yo me encuentro realizando mi práctica profesional. Cuando leí de su caso no pude dejar de compartir su impotencia', comentó el estudiante. J