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La triste historia que unió a 'Blanquita' y Leo

leslie salinas

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No era una mañana cualquiera. A las 11 horas ya se sentía calor del martes pasado. El sol pegaba fuerte, a pesar de ser agosto y de que el invierno insiste en seguir aquí, negándose a emprender la retirada. Pero como era un día inusual, cualquier cosa increíble podía pasar.

A esa hora Leo estaba como siempre en 10 Norte con 2 Poniente, atendiendo a los 'patrones' que le confían sus vehículos. De repente vio que se detuvo un Mercedes Benz y que el chofer salió acelerado llevando a un perro blanco entre sus brazos, el que sin remordimientos ni dudas lanzó al interior de un contenedor de basura. Sin importarle el rosario de garabatos que le lanzaron los que estaban ahí se subió a su auto y escapó sin dejar huella.

Sin entender lo que había pasado, Leo fue y sacó al perro del basurero. Vio que tenía una patita herida -que se lastimó al caer- y le brindó los primeros cuidados. De inmediato se encariñó y como era una hembra y albina, la bautizó 'Blanquita'. Ella le correspondió y alcanzaron a estar solo una jornada juntos...el destino tenía escrita otra historia para ambos.

Tras rescatar a 'Blanquita', Leo le contó a su amiga Leslie lo que había pasado. Le dijo que ojalá pudiera quedársela, pero que sabía era complicado. Su trabajo de acomodador le da apenas para comer, y cuando la pega está mala ni siquiera reúne lo suficiente para pagar una pieza donde dormir. Hace rato ya que varias veces al mes pasa la noche en la calle, tirado por ahí.

Pero la fotógrafa Leslie Salinas, quien vive en un departamento de 2 Poniente, le ofreció apoyo. Le sacó unas fotos con la perrita y las subió a su Facebook e inició la campaña 'Ayúdalo a ayudar' la que ayer había sido compartida más de cuatro mil veces en la red social.

Todo esto partió el martes 12 de agosto y en menos de un día se consiguió otro hogar para la perra y además se reunió dinero, el que en un principio era para la comida de 'Blanquita', pero que los donantes decidieron entregar a Leo, luego de saber lo necesitado que está.

'El Leo vino a verme, casi todos los días tomamos desayuno juntos y ahí me contó lo de la perrita. Que se había metido adentro del contenedor porque si pasaba el camión del aseo podía morir triturada. Ahí me dijo que se la quería quedar, pero que no tenía dinero. Entonces se me ocurrió lo de Facebook', relató Leslie.

Con la campaña ya en internet una vecina se ofreció a hacerse cargo de 'Blanquita'. El cuidador de autos aceptó con un poco de pena, pero sabe que es lo mejor. Primero va a estar en un departamento y luego se irá a vivir a una casa más grande en Reñaca.

'Yo estoy contenta por la 'Blanquita', pero ahora que ella está bien todos se olvidaron del Leo', dice con amargura su amiga. Pero no sólo eso, muchos se dedicaron a denostarlo por el mismo Facebook. Alguien lo trató de alcohólico y drogadicto y la campaña positiva tuvo un vuelco.

'Muchos lo empezaron a juzgar, dijeron que no podía cuidar a la perra, que era una perra de raza, una Samoiedo y no podía vivir con él. Eso me pareció súper paradójico, que les importara más la perra que Leo', señaló Leslie.

En los diálogos que se dieron en la página incluso una animalista puso lo siguiente: 'Lógico si esa persona quiere vivir en la calle es cosa de el la gente q quiere salir de la mierda lo hace sin importar como... Yo velo por la seguridad de los animales, hay otros q se dedican a los seres humanos (SIC)'.

Otra mujer, que incluso se acercó a lugar donde trabaja Leo, puso luego en Facebook que él sólo quería dinero y sacar provecho de la situación. 'Ella habló apenas tres minutos con él y luego lo denostó en internet. Eso me parece súper irresponsable'.

Hasta ahora, con el dinero reunido ($45 mil) Leslie le compró un balón de gas y ahora piensa adquirir un teléfono celular, algo de mercadería y lo necesario para que Leo saque su carné de identidad, porque hoy está indocumentado.

Leonardo Vásquez es de Santiago, pero hace más de diez años que vive en la zona. Hasta abril arrendaba una pieza en el cerro La Cruz, pero perdió todo en el incendio. 'Yo vivía ahí a la mala, le pasaba la plata al dueño y listo, no tengo cómo comprobar que soy damnificado', explica.

Todos los días llega a trabajar en 10 Norte con 2 Poniente, donde es un acomodador conocido. Saluda con familiaridad a sus clientes, a quienes trata de 'patrones'. A algunos les lava sus vehículos, a otros sólo los ayuda a estacionarse. 'Yo no tengo problemas con nadie, me da lata que me traten de drogadicto y alcohólico. Igual a veces me tomo mi traguito, de alguna manera hay que pasar el frío', reconoce.

'Yo lo conozco hace años, desde que llegué a vivir acá. Nos hicimos amigos, yo le digo que tiene que portarse bien. Lo invito a mi casa a tomar desayuno, porque yo sé que no se alimenta bien. Siento que uno debe ayudar sin juzgar', reflexiona Leslie.

La historia de Leonardo tiene varios episodios tristes. Hace dos años le quitaron a sus gemelos, que hoy viven en un centro dependiente del Sename. Sobre las razones de esa determinación, el acomodador no explica mucho, sólo dice que por no tener casa se los llevaron.

Su pareja, y mamá de los pequeños, es cobradora de parquímetro y normalmente vive en un cerro de Viña del Mar, pero tampoco tiene una vida demasiado estable. 'A veces se puede quedar en la casa de sus otras hijas, otras veces pasamos los días juntos en una pieza que me arrienda un amigo en el cerro Placeres', cuenta.

Pero Leo sabe que así no recuperará a sus hijos. Y eso le provoca dolor y se larga a llorar. 'Yo lo único que quiero es que alguien me pase un terreno para poder hacerme una casa. En el Sename nos pusieron como condición que tuviéramos un hogar, con piezas para ellos y trabajo', dice entre sollozos.

Leonardo reconoce, en todo caso, que le ha costado dejar esa vida tan inestable, de la calle. 'Mi mamá murió hace diez años, después mi papá y mi familia me dio la espalda. Llegué hasta octavo porque tenía que ayudar en mi casa. Tengo un hermano que es sub gerente nacional de Falabella, pero nunca me ha ayudado, estoy solo'.

En su Facebook Lesli reflexionó sobre lo ocurrido: 'Fue doloroso para Leo darse cuenta que sin recursos, hogar y trabajo estable difícilmente pueda hacerse cargo de otra vida pero ha tomado esto como un desafío para poder cambiar y mejorar su vida, se dio cuenta que actuar en función al amor, solo atrae más amor'.

Al despedirse, Leonardo asegura que si alguien le da una oportunidad de trabajar de forma más estable él la aceptará feliz. 'Yo sé el trabajo de jardinería, sé instalar el riego automático y mantención de áreas verdes', asegura.

Si alguien quiere encontrar a Leo, puede acercarse a su esquina, en 10 Norte con 2 Poniente, a una cuadra de San Martín. Él los recibirá feliz. J