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Familias chilenas buscan adoptar a niños huérfanos de Gaza

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Nunca ha estado en la Franja de Gaza, ni conoció a su abuelo, de quien recibió un apellido palestino. Pero a través de la pantalla de su televisión y del computador puede ver lo que está pasando con quienes 'no tienen la culpa', dice María José Gutiérrez Auad (28), una descendiente de palestinos que ha vivido siempre en Chile, que lleva nueve años con su pareja y que decidió que llegó el momento de ser mamá. 'Recibir a un niño que se haya quedado sin casa, sin familia, es lo mismo que tener un hijo', afirma la trabajadora independiente, un poco desalentada con las respuestas que ha recibido al contar su anhelo: adoptar a un niño que haya perdido todo en medio del conflicto con Israel.

Junto a 19 familias descendientes, María José protagoniza una cruzada para promover que la embajada de Palestina en Chile se convierta en mediadora con el Gobierno de ese país y que el deseo de recibir a un niño se convierta en realidad. Esta semana tendrán una reunión.

Pese a lo fuerte que son algunas imágenes y videos de menores en Gaza, María José reconoce que ha visto algunos que han contribuido a sensibilizarla. 'Hay niños que están muy susceptibles a la venganza por todo lo que les ha pasado, por toda la opresión que significa vivir ahí. Pero si les entregas amor van a ser niños de bien', reflexiona, consciente de las complicaciones de su deseo.

Algunas de ellas, manifiesta Gloria Sepúlveda, jefa de la unidad de Relaciones Internacionales del Servicio Nacional de Menores (Sename), están directamente vinculadas con los derechos de los más pequeños, tales como el de vivir en familia. 'Al tratar de ayudar puedes provocar un daño grande desraizando al niño', dice Sepúlveda, familiarizada con la opinión internacional sobre el tema.

La representante del Sename explica que existen directrices generales escritas por grupos de organismos en base a convenciones, que incluyen a la Cruz Roja, Unicef, Save the Children y World Vision International, y señalan que 'en estos casos no es recomendable la adopción como una primera alternativa y hay que agotar todas las opciones dentro de la comunidad en que viven'. Además, se considera que sólo pueden ser adoptados los infantes que efectivamente estén en condiciones y que se haya comprobado que perdieron a familiares, debido a que es posible que algún pariente esté vivo en los escombros u hospitalizado.

Por otro lado, Sepúlveda señaló que la adopción en este contexto sería el último recurso, ya que por otro lado el convenio de La Haya que regula la Protección del Niño y a la Cooperación en Materia de Adopción Internacional no incluye a Palestina.

Loreto Correa, psicóloga y académica de la UDP, asegura que debido al cariz que ha tomado el conflicto, 'cualquier contexto va a ser mejor para los niños que el de la guerra', por lo que en este caso lo recomendable sería que se promueva 'el derecho a sobrevivir'. Correa dice que si bien, el ideal sería buscar lazos en su comunidad, en este momento ese ideal resulta secundario respecto de la situación de riesgo extremo que se vive en Gaza.

El alcalde de Villa Alemana, José Sabat Marcos, nació en Chile, sin embargo su padre que llevaba el mismo nombre nació hace 118 años en Belén. Llegó a la edad de 15 años a Valparaíso arrancando de un enrolamiento en la Primera Guerra Mundial. Así el emprendedor José Sabat padre se casó con otra inmigrante también nacida en Belén, con quien tuvo ocho hijos y logró amasar una buena fortuna.

Tanto el edil de Villa Alemana como su padre han sido felices en estas tierras. No obstante el jefe comunal considera un error intentar adoptar un niño palestino que haya quedado huérfano en esta masacre.

'Yo creo que este es un tema muy particular y distinto al que podemos ver en otras partes del mundo. Acá nosotros nos encontramos con una identidad muy fuerte palestina y yo no creo que sea útil y que sea beneficioso para aquellos niños que quedaron huérfanos, sacarlos de su entorno, de su idioma, de sus costumbres, sacarles de ese sufrimiento que para ellos son el día a día. Yo también he recibido a muchísima gente que me ha dicho, 'alcalde, si hay que traer a algún niño palestino, yo ofrezco mi casa', pero tenemos que pensar en cuál es la idiosincrasia de esos niños. Palestina y la Franja de Gaza son territorios tan chicos que son todos parientes y si un niño no tiene papás, siempre va a tener familia', señaló el edil.

Para Sabat, más que adoptar a un niño, lo que debiera interesarnos es en enviar ayuda y asegurarnos que ese respaldo llegue a destino.

'Tenemos que asegurarnos que se abran los pasos para que llegue la ayuda humanitaria. La responsabilidad de todos nosotros es decir basta de esa guerra que afecta a quienes son considerados como extranjeros en su propia tierra, es decir basta a esa lucha sin igual', sostuvo.

Según numerosos estudios, entre otros el de la Fundación Konrad Adenauer -una institución internacional con origen en Alemania-, Chile tiene más población Palestina que Egipto o Líbano, y un poco menos que Siria.

Para Sabat eso se produce porque Chile era el país más austral para los palestinos y que era este el lugar donde ellos estarían más seguros.

'Aquí se les daba tranquilidad y seguridad. Ellos tomaban el barco se bajaban en el puerto final que era Valparaíso. Ahora, se fue corriendo la voz de que era un país amigo y así fueron llegando a distintos puntos de este maravilloso país', asegura el jefe comunal.

Entre 1885 y 1940, los árabes sumaban entre 8.000 y 10.000 personas en Chile, según el libro 'El mundo árabe y América Latina', la mitad de ellos palestinos. Hoy se estima que son alrededor de 400 mil. J