A partir de los 35 ellas buscan un buen amante
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El profesor de sexología, Eric Anderson, se presentó en un encuentro de sociólogos norteamericanos y dijo que las mujeres se estaban poniendo muy infieles a partir de los 35 años. Se basó en un estudio que él mismo trabajó con la Universidad de California y en la que encuestó a más de 100 mujeres heterosexuales casadas.
El estudio se enfocó, además, en analizar sus conversaciones en las redes sociales. Al final de toda la investigación, Eric Anderson y su equipo de colaboradores concluyeron que las mujeres entre los 35 y los 45 años son infieles por necesidad carnal. Pero no quieren separarse de esa pareja a la que pusieron el gorro. Lo quieren todo: amantes y marido. Sexo clandestino y vida conyugal. Locura y tranquilidad.
Ocurre, según detalla la investigación, que las mujeres de esa edad, por una combustión hormonal y un mayor relajo con la vida, se ponen más decididas. Y, a la vez, se ponen más ardientes. A partir de los 35 años quieren ser infieles con un buen amante y quieren que ese hombre las nutra de una nueva pasión. Quieren, en concreto, mucho sexo. Buen sexo. Quieren orgasmos de calidad. Y luego llegar a sus casas y abrazar con ternura a sus parejas.
Las estadísticas lo avalan: el 67% de las mujeres investigadas quiere un sexo más apasionado y, por ende, están a la búsqueda de aventuras. 'Lo sorprendente es que ninguna de ellas está dispuesta a abandonar a sus esposos', dijo Eric Anderson. El sexólogo atribuye estos resultados a que una relación prolongada invariablemente genera una monotonía sexual. 'La gente deja de sorprenderse mirando siempre el mismo cuerpo', aseguró. Y lanzó una ecuación preocupante: mientras más avanza una relación, menos es el deseo.
Y, además, afirmó que ellas ya se parecen a los hombres. Son infieles por calentura. Por carne. Y por simple pasión. J