La intimidad de la dueña de casa que hace temblar a Eyzaguirre
fotos: Juan jordán
Si le menciono a Erika Muñoz probablemente el nombre no le diga nada, pero si le digo que es la mujer que enfrentó al ministro Nicolás Eyzaguirre en el foro Icare en Casapiedra, a fines de julio pasado, va a comenzar a entender de quien se trata.
Erika Muñoz Bravo, de 43 años, es la presidenta nacional de la Confepa, Confederación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares Subvencionados, cargo que ostenta desde 2012 y que 'de puro patuda', dice, le ha permitido llegar hasta lo más alto de la élite política de nuestro país a tal punto que Eyzaguirre habla de 'la Erika'. Ella se reunió en innumerables oportunidades con Ignacio Walker, entre otros parlamentarios; estuvo con candidatos a la presidencia y hace apenas unos días visitó al ex presidente Sebastián Piñera.
Esta mamá de dos hijos de 14 y 18 años es una mujer fuerte, habla con convicción, seguridad, su tono es fuerte, gesticula mucho con sus manos, modula, toca mucho su pelo para acomodarlo y mira directo a los ojos. Conoce el tema educacional al revés y al derecho y en una sola palabra podría definirse como una mujer 'chora'.
Erika es una mujer que enviudó joven, que estudió secretariado -nunca ejerció-, que dedicó su vida al cuidado de sus hijos y que de la noche a la mañana pasó a ser jefa de hogar. 'Quedé con una pensión de mi marido que era funcionario de la Armada, pero no me alcanzaba. Tuve que salir adelante y partí vendiendo mermeladas, pero ojo que no las hacía yo: ¡las compraba en Limache y las revendía! (ríe). La lata es que en el verano nadie te compra mermeladas, así es que también vendí carteras y con eso me pude dar vuelta mejor. Cuando voy a Santiago aprovecho los momentos entre reuniones para ir a comprar las carteras que después vendo entre mis amistades, en la iglesia o a mi familia', cuenta de manera entretenida esta esforzada mujer que está esperando los resultados de un Capital Semilla que postuló en el Fosis, para instalarse con un taller de repostería.
Muñoz dice que en su época escolar nunca ostentó un cargo. No fue presidenta de curso ni delegada ni mucho menos lideró un centro de alumnos. Su amor por estos cargos dirigenciales partió recién cuando su hijo Rodolfo comenzó en kínder en el colegio Hispano de Villa Alemana.
'Mi personalidad siempre ha sido sociable y de involucrarme, pero nunca fui dirigente. No era piola ni tímida, pero no me involucraba más allá. Cuando mi hijo entró a kinder me involucré. Era la que más preguntaba, la que tenía más iniciativa y ahí me pidieron que fuera delegada del curso y ya en primero básico empecé a ser la presidenta y así todos los años durante 14 años', dice.
Reconoce que nunca se distinguió por la personalidad, sino que por el compromiso de lo que hace. 'Bueno y también soy presidenta de un comité de vivienda de vecinos aquí en la población que se llama Unión y Esfuerzo y hemos logrado hartas mejoras en nuestras casas porque hemos postulado a proyectos de mejoramiento, ampliaciones y hoy estamos en el proyecto de los paneles solares', dice sentada en su sillón de cuero beige en el living de su casa, en calle Hipódromo.
Es como la Roxana Miranda de Villa Alemana y, aunque Erika la admira, asegura que no logra identificarse ciento por ciento con ella.
'Yo siento que la gente se identifica conmigo, al igual que con ella (Roxana), porque no defendemos una causa por un partido político, defendemos una causa justa que es nuestra vida misma y la de nuestros vecinos. No sé si me identifico con ella porque ella aspira ahora a un tema político que no va conmigo, lo que sí me identifica es la pasión que uno pone en la lucha que da por lo que cree', sostiene.
Pero, ¿con quién se identifica esta mujer? Asegura que con nadie de manera pública, sólo con Ester que es una mujer de la biblia que luchó por su pueblo, pero que nunca se apartó del camino de Dios.
Y para demostrar más lejanía con Roxana Miranda dice tajante que, aunque muchos se lo han planteado, ella no podría ostentar un cargo público como concejal, alcaldesa o parlamentaria. 'Para tener un cargo público, siempre te tienes que identificar con un partido político, a no ser que tengas los medios económicos para ser independiente y yo no los tengo. No me identifico con ningún partido político aunque digan que soy de la UDI. Yo estoy lejos de eso. No creo en cómo se hace política. Siento que hemos perdido la visión de hacer política y siento que hoy ésta se hace mirando los intereses de los que están a cargo y no de los electores. Yo sueño con ser parte de un hogar de menores, para dar cariño, educación y conocimientos y que esos niños no sientan que han sido desechados por la sociedad', asegura.
Erika Muñoz recorre el país semana a semana. Participó de innumerables reuniones y apareció en todos los canales de televisión, diarios o revistas. Aclaró que este boom ha sido sólo en los últimos meses, pero está feliz porque su mamá se queda con 'los niños'.
'Mis hijos no me siguen, cuando salí por primera vez en televisión, en el canal 13, en una entrevista en el estudio en Santiago, como que lo subieron a internet, pero después no más. Noto que se han involucrado en el tema pues me llaman por teléfono y me informan cuando aparece alguna noticia. Por ejemplo, los resultados de la Ley Sep la supe por mi hijo que me llamó cuando yo estaba en una reunión… pero yo doy gracias al Señor que ellos han aprendido a pasar menos tiempo con la mamá. En esta lucha se nos ha acusado de todo: de que somos financiados por la UDI, que somos financiados por los sotenedores, al final uno sabe que cuando se es parte de una lucha vienen las críticas de todas partes, pero creo en lo que estoy haciendo. Una de las cosas que más me ha costado es el tiempo que les he quitado a ellos, lo hemos hablado y hemos renovado los votos como tres veces porque esto no ha decantado, ha ido en aumento. Yo les ofrezco no seguir, pero ellos me dicen 'mamá como se te ocurre, ya estai viejita, te quedan pocos años para que mi hermana salga del colegio y ¿a qué te vai a dedicar?'… ellos me ven contenta, comprometida y así seguimos en esto…', dice.
Para sus amigas, su familia y en su iglesia es 'la famosa' del grupo, ella trata de separar las cosas y ser la amiga, la pariente o la fiel, dejando de lado la parte gremial, pero no puede evitar que le pregunten por lo que hace.
'Me preguntan si el ministro es buena onda y también les impactó que nos recibiera Sebastián Piñera. Con Eyzaguirre no hemos interactuado mucho, él al principio era más distante y protocolar, pero ahora se ha acercado más. Me costó llegar a él, pero ahora es él quien me pide que hable con su secretaria para que fijemos reuniones cuando queramos e incluso me pidió el número de teléfono. Ahora, independiente del tema político que nos haya recibido un ex presidente como Sebastián Piñera fue ¡guau!, súper honroso. La reunión con él fue súper distendida, es una persona con mucho conocimiento y lo encontré muy humano porque antes de entrar en materia se interesó por nuestros hijos, habló de sus nietos, fue muy familiar… y todo bien, lo que pasa es que yo no me pongo nerviosa. No me quedó en blanco por estar frente a una autoridad. Creo que somos todos iguales, con trabajos y roles distintos, pero ninguno es más o menos que el otro y por eso que nos ha ido bien… creo yo', dice esta mujer líder. J