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La historia de la hincha más tierna de Everton

juan jordan castellano

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Justo cuando buena parte del medio futbolero en Chile, aún comenta y debate respecto a qué podemos hacer con los violentistas que -disfrazados de hinchas- le hacen un daño enorme a la actividad (los mismos que por ejemplo rompieron parte del Estadio Nacional, en el pasado encuentro entre Barnechea y Colo Colo), nos encontramos con una joven viñamarina de apenas 15 años de edad, para quien, el fútbol y en especial Everton de Viña del Mar, es su vida.

Y no se trata de una niña cualquiera a quién le gustó un futbolista y en su afán por conseguir un autógrafo se hizo habitual en los estadios, porque la historia de vida de Vanessa Ayline Alvarez Lira, es mucho más compleja.

Si usted es hincha de Everton, de seguro la ha visto en los estadios. Y es que tanto en Sausalito, como luego en el Lucio Fariña de Quillota o ahora último en Playa Ancha, Vanessa dice presente. Acompañada siempre por su esforzada madre, María Lira Saldías, la pequeña Vane llega en su silla de ruedas con la camiseta muy buen puesta, para apoyar -y cuando se enoja, reta (pero con cariño)- a sus jugadores. En Sausalito se le vio en el sector de Tribuna Andes; en Quillota, siempre a la salida del vestuario y ahora en Valparaíso, se acomoda en la pista de rekortán, acompañada por su madre, quien suele acomodar sus horarios en su trabajo dominical en una panadería, para trasladarla desde el paradero 27 de Quilpué hasta donde vaya a jugar Everton como local.

Vanessa Alvarez nació el 9 de junio de 1999 en el Hospital Naval de Viña del Mar. Tiene un hermano mayor de 21 años (Gonzalo Hernán) y ya no vive bajo el mismo techo con su padre (Juan Alvarez), quien de todos modos, comparte su afición por el fútbol.

Al momento de nacer se le diagnosticó un 'pack de complicaciones', como nos relata la propia Vane, acompañada por su madre. 'Ella nació con una mielomeningocele, lo que significa que su médula espinal no se formó bien... no se cerró. Y junto con eso, ella nació con 'pie bot y' 'pie equino', por lo que tuvo que operarse al mes y medio de vida y estuvo como tres meses con yeso', nos contó la señora María Lira, quien ya en esos años sospechaba y sabía que la menor de sus hijos tendría que aferrarse en el futuro a una silla de ruedas.

Ya asumida la condición de vida de la risueña Vane, madre e hija prosiguen con su relato, acompañadas esta vez por un pequeño perro negro regalón.

'A los 15 días de su nacimiento, Vanessa empezó a hacer hidrocefalias (N. de la R: exceso de líquido en el cerebro), lo que obligó a los médicos a colocarle una válvula derivativa que tiene hasta ahora (desde su cabeza hasta su zona pélvica). Y por si fuese poco', prosiguió la joven madre, 'a mi hija también le detectaron vejiga neurogénica, por lo que tiene que utilizar una sonda para ir al baño'.

-Al principio fue muy duro... una pasa metida en el hospital, pero ya después uno aprende a lidiar con todas estas dificultades.

Con una madre que jugó fútbol -defendiendo los colores azul y amarillo de la serie femenina del Club Pedro Montt de Quilpué- no era muy difícil que la pequeña Vanessa se hiciese una fanática absoluta del fútbol. Su vida y motivaciones pasan por la emoción que brinda la pelotita y por cierto que el Canal del Fútbol (CDF), es parte integral de esta familia quilpueína.

'Hace cinco años que voy al estadio y en todo ese tiempo, me he perdido sólo dos partidos del Everton como local... uno por Copa Chile ante San Luis y el otro, que todavía lamento, el clásico porteño que jugamos en Santa Laura', nos relató con entusiasmo esta joven barrista, quien, según nos contó luchó hasta lo imposible por llegar al recinto de Plaza Chacabuco. 'Así es... lo que pasa es que estábamos en Talcahuano, ya que fuimos a ver a mi hermano que estaba allá. Entonces la idea era tomar un bus para regresar a Quilpué y desde acá partir al Santa Laura. Recuerdo que me moví harto... llamé a la Tía Viviana (un transporte habitual de los hinchas ruleteros), me contacté con gente de la barra 'Los del Cerro' y teníamos todo listo. Pero resultó que el bus que venía de Talcahuano se quedó en panne y no alcanzamos a regresar a tiempo a Quilpué. Yo le rogué... le supliqué a la gente del bus que se apresuren, pero los barristas acá no me pudieron esperar más y tuvieron que partir sin mi', dijo.

Alumna del 8° Básico del Colegio Fernando Durán Villarroel, Vanessa Alvarez sabe que para que su madre la lleve constantemente al estadio tiene que rendir en los estudios, con todo lo que ello implica. Y es que la vida de esta joven pasa de entre sus materias, sus terapias (en la Teletón en su momento y ahora en el Centro de Rehabilitación 'Tu Kui Paj' de Peñablanca) y por cierto el Everton, el equipo de sus amores y en el cual tiene varias amistades.

'Soy amiga del Dalsasso, que siempre me saluda, de Fernando Saavedra, del Emi Romero, Alvaro Madrid, Ragusa, Camilo Ponce, Peñailillo, Canío, Urbina... todos. Al Marcos Velásquez siempre lo llamo antes de los partidos y le deseo suerte. Son todos muy atentos y cariñosos conmigo'.

'A Bloise (Antonio) no lo conozco mucho, pero una vez me regaló una camiseta. A Juan Pablo Salgado también lo quiero harto, él me regaló unas entradas para ver a Chile con Irlanda del Norte en Valparaíso, antes del Mundial y en ese partido se me acercó el Claudio Bravo y me regaló su camiseta. Yo quería la de Alexis Sánchez, pero para otra vez será', dijo esta fanática del fútbol. J