Maldición gitana
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Hay una maldición gitana que dice: 'si chupas el día lunes tomarás toda la semana'. Desde niño le temo a las gitanas, no sólo por las absurdas historias que cuentan de que se raptan a los infantes, sino porque una vez escupieron sobre un billete de mil pesos, que portaba para comprar pan y 'chancho' para la once, y me lo tuvieron que devolver igual, con toda la hedionda baba sobre el dinero.
El asunto es que los lunes como que me viene una sed extraña, incomprensible, que muchas veces me lleva a sentarme en algún lugar y bajarme un licor espirituoso para calmar esa curiosa ansiedad.
Hace poco me invitaron a comer a un restorán peruano ubicado frente al Parque Italia, en una galería donde hay un sex shop, entre otros locales comerciales. Son unos peruanos de la localidad de Huacho y salí bastante volteado con un sour, no tan sabroso, pero con mucho power mental.
Seguí caminando y me dije: 'ya estoy con la maldición gitana en mi mente'. Enfilé hacia el Bar Inglés, donde me puse un segundo pisco sour y me comí esos sabrosos crudos. Ahí ya caché que estaba surfeando en la locura alcohólica y me fui rápidamente al living de mi casa: El Moneda de Oro.
Debido al reflujo gástrico que padezco hace años me detuve con el pisco sour y me cambié al ron. Llegaron amigos que rodearon la mesa y la conversa se puso entretenida y muy chistosa.
A eso de las diez de la noche enfilé hacia mi casa. Iba bastante feliz, pensando donde podía hacer otra parada para detener esa sed eterna que consume a los buenos para la chicha. Ahí recién se me cayó la teja que era lunes, que la semana estaba empezando y que tenía que ir a trabajar al día siguiente. La depresión invadió mi cerebro y todo mi cuerpo. Me senté en la última micro que parte hacia el cerro San Juan de Dios y pensé en las gitanas y su maldición. Si chupé como bestia un lunes... ¿Qué me quedará para el resto de la semana? Mejor ni les cuento...