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Conozca al hombre más pequeñito del mundo

fotos: alvaro camacho

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En un café de Quilpué, muy cercano al Teatro Velarde, ocurrió un hecho que muy pocos podrán contar: el Hombre Lobo se juntó con Edward Nino, el Hombre más pequeño del mundo, para hablar de negocios. Fue a las 10.00 de la mañana de un jueves, cuando en la ciudad llovía copiosamente y cuando nadie se imaginaba que el cantante argentino Gustavo Cerati iba a partir definitivamente de este mundo.

- Bueno Edward, entonces quedamos en que tú vas a ser la atracción de este año, porque como yo me estoy dedicando a la administración... voy a estar viendo todo el tema de las entradas - dice el Hombre Lobo, que se llama Hugo Rodríguez y es mexicano.

- Está bien, lo seré - responde decidido el hombre pequeño, que proviene de Colombia.

- Perfecto. Ya verás como toda esta gente se encanta y encariña contigo.

El hombre pequeño, que mide 70 centímetros y tiene 28 años de edad, en 2010 batió el Récord Guiness por pesar 10 kilos y tener la misma estatura que un niño de 3 años. Sin embargo, pese a que disfrutó por poco tiempo este reconocimiento (se lo arrebató otro joven de Nepal), no se achica y le sigue sacando provecho a su condición para ganarse la vida. De hecho, no se molesta que las demás personas presentes en el café lo miren y le intenten tomar fotos con sus celulares.

- Nosotros estamos aquí porque el próximo 12 de septiembre se va a instalar en el paradero 18 de El Belloto el 'Circo Norteamericano', un circo que estará por primera vez en la V Región y que tendrá como número exclusivo a Edward - aclara Hugo Rodríguez, quien tiene todo su rostro cubierto de pelos.

Al lado del Hombre Lobo, hay otro joven sentado que permanece todo el tiempo en silencio. Apenas esboza una sonrisa y según indica, su nombre es Justin. Por ahora sus labores se limitan a pasarle las gafas a la nueva estrella del circo y a llevarlo en brazos porque se cansa al caminar.

Tras unos breves minutos de conversación, un agente del circo les comenta que el alcalde Mauricio Viñambres los está esperando en el municipio. El mexicano pide que los esperen un poco, que el pequeño se va a subir a la mesa para unas fotos (arriba se puede apreciar una de ellas) y que en momento se dirigirán para allá. Acto seguido, Justin toma en brazos a Edward.

Al llegar, todo el personal se revoluciona pidiendo besos y fotos por doquier. Edward se ríe y con su voz suavecita repite 'qué lindo, qué divertido'. Justin asiente y dice: 'sí, hermanito'.

- ¿Hermanito?

- Sí, yo soy hermano de Edward, pero él es el mayor - aclara Justin de 24 años.

- Sí, soy el mayor de cinco hermanos, todos buenos chicos - agrega el hombre pequeño, levantando el dedo pulgar.

Mientras las secretarias y otros jefes se sacan fotos con Edward, el alcalde se ubica en la sala de reuniones para conocer a los dos personajes.

Cuando el Hombre Lobo y el pequeño Edward entran a la sala, se produce un silencio. El alcalde se pone de pie y los saluda.

'Ok, ok, aquí estamos con Edward y con su permiso nos vamos a instalar con un circo en el paradero 18', declara el Hombre Lobo, canchero. El alcalde le da la mano, se toma una foto con su amigo diminuto y les regala una botella de vino. Edward apenas la puede levantar.

El Hombre Lobo explica en cortas palabras por qué están en Quilpué y Viñambres lo escucha atento y emocionado.

'Uno de los temas más entretenidos es que en las Fiestas Patrias los niños retomen estas actividades como ir a los circos, jugar al trompo, elevar volantines y todas esas cosas que antes se hacían. Lo interesante es que acá está usted el Hombre Lobo y el hombre más chico del mundo y creo que es una cosa novedosa y que todos vamos a disfrutar. Estamos bastante contentos y esperamos que les vaya muy bien', manifiesta el alcalde.

Tras unos quince minutos de conversa, el Hombre Lobo anuncia que se van a retirar, pero antes, el alcalde suplica una foto con él. El peludo acepta y lo abraza fuertemente.

Edward sólo sonríe y achina sus ojos. Ahora por fin está solo, sentado cerca de un piano.

'Soy el más pequeñito, hay dos más pero uno se murió y el otro me gana por unos dos o tres centímetros. Para todos soy el hombre más pequeño del mundo. Me encanta serlo, me hace sentir único porque todos quieren sacarse fotos conmigo y estar a mi lado', declara Edward.

Lo único que no le gusta eso sí, es que lo toqueteen tanto.

'No me molesta que me tomen fotos, que me miren o me pregunten cosas, pero me molesta y enoja mucho que lleguen y me agarren, me jalen del cabello o me tironeen. Soy una persona, pequeñita, pero persona al fin y al cabo', apunta serio.

A la única que deja que lo toque es a Adriana, su novia.

'Tengo una bella novia brasileña que se llama Adriana y que vive aquí en Chile. Vamos al cine, salimos por ahí y nos la pasamos bien. Me gustan las mujeres, pero especialmente las morenas y gorditas. Me gustan para bailar', detalla el pequeño.

El Hombre Lobo interrumpe para decir que es seco para bailar reggaetón. 'Díles, Edward, díles', anima.

'Ah, pues sí. Es que yo bailo reggaetón en el circo, ¿ve? ese es mi espectáculo, bailar reggaetón y animar al público. Me gusta mucho Daddy Yankee y Don Omar', confiesa.

Justin, su hermano, señala que pese a que Edward es pequeño, tiene su carácter.

'Se enoja a veces y se molesta porque no le gusta que lo toquen o traten mal, pero es muy alegre y buen hermano. A él le gusta esto, le apasiona la televisión, las entrevistas, le gusta la fama. Tenemos otro hermano de 15 que padece lo mismo, una enfermedad que nadie ha podido explicar y que no los hace crecer. Quien sabe, tal vez siga el mismo camino que Edward. Mi hermano es como un niño y tiene muchos sueños', especificó el joven.

Uno de esos sueños es tener un auto. 'Me encantaría conducir, pero es un sueño que tengo. También me gustaría participar en más películas, fue muy entretenido hacerlo en mi país', afirmó.

Si bien por ahora está bien en el plano sentimental, Edward también tuvo desilusiones. Cuando tenía 14 años, se enamoró de una rubia de ojos verdes, creyendo que por eso tenía un alma buena y transparente. Pero no, así como lo besaba a él, la chiquilla también se besaba con otros, rompiéndole el corazón. De ahí que no le gustan las mujeres de tez blanca.

Actualmente tampoco se deja crecer las uñas, aunque por mucho tiempo lo hizo para defenderse ya que siete veces intentaron robarlo. ¿Para qué? ni él ni sus cercanos se lo explican. 'Por maldad', dice Edward. Aclara que ya no siente miedo.

Sólo falta viajar a Europa y Estados Unidos. 'Pero para eso se necesita una visa, la cual muchos me han prometido, pero nunca me la han dado. Por eso estoy en sudamérica y me preparo para el circo', lamentó Edward, quien confesó que algunas veces le gustaría ser alto. J