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Los diez mandamientos guachacas para celebrar las Fiestas Patrias

fotos: manuel lema

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Dicen que si el '18 de septiembre' tuviera que encarnarse en un ser humano, sin lugar a dudas que escogería el cuerpo y el rostro de Dióscoro Rojas, quien durante años ha recorrido el país para incentivar a sus habitantes a celebrar las Fiestas Patrias todo el año y a conservar esas populares tradiciones y que lo han convertido en el Gran Guaripola Guachaca.

Aprovechando que ya todo el mundo se está preparando para celebrar un nuevo 18 de septiembre, Dióscoro nos entrega sus valiosos consejos para celebrar nuevamente esta maratónica celebración y no quedar enfermo o realizar algún acto equívoco, que nos lleve a terminar 'pintando el mono'.

-Son días de enamoramiento, nos volvemos quinceañeros de pasión por Chilito, en una pasión a todo pasto. Un tiempo mágico en que celebramos la libertad, y la alegría de ser chilenos. Así como los niños chicos se emocionan esperando la llegada del viejo pascual, los humildes, cariñosos y republicanos nos empezamos a poner mas chinchosos, buenos para la talla y alegres a medida que se acerca el 18, que vendría siendo como nuestra Navidad. De hecho, cada guachaca debería dejar los zapatos lustrados en la ventana el día 17 en la noche y en la mañana del 18, al despertar, todo chileno debiera tener una empanada caldúa con un copita de pipeño esperándolo, para celebrar junto a los amigos.

-El pipeño, pero del bueno. Obvio. Porque por estos días proliferan los especuladores y los viñateros de Canaan. Transforman no sé cómo el agua en vino. El mejor pipeño viene del Ñuble, especialmente de Guarilihue, Ñipas, y Portezuelo. A un buen pipeño usted le agrega un poquito de helado de piña, fernet o granadita y arma un terremoto, el trago que los guachacas hemos popularizado en todo Chile. Si de hecho se consume más que la chicha.

-Ahí la cosa depende de la zona en donde este. Si anda por el norte, se puede matricular con una rica guatia de los amigos Aimaras. Ya más en el centro, puede matricularse con unas buenas prietas, un arrollado, o un buen causeo. En Puerto Montt por ejemplo, no puede dejar de probar las guatitas picantes del Cirus Bar, o comerse una buena pescada en Angelmó.

-El único volante al que está permitido acercarse si uno ya tiene los ojitos levemente extraviados es al volante de loza. Los guachacas no andamos dando show arriba de los tocos, eso lo hacen los cuicos.

-No hay fonda sin pelea. Está en su derecho. En Lontué cuando no había rosca en las ramadas había que armarla. Pero con respeto.

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-Se están perdiendo la mejor presa de la cazuela. Los chilenos hace rato ya que nos reencontramos con la cueca. La cosa es respetar las vueltas no más y meterle harta cachaña. Como diría Leonel Sánchez: nada de táctica, pura gimnasia.

-Estamos entrando en la primavera y todos soñamos con encontrar nuestra chicha fresca, no hay nada como pasear de la manito con una chiquilla por cualquier chichería. Las ramadas son un buen lugar donde conocer personas porque todos nos mostramos tal cual somos.

-Hay que cantar la canción nacional con los pañuelitos arriba el día 18.

Para finalizar, Dióscoro Rojas nos revela en forma exclusiva los 10 mandamientos guachacas, que deben ser respetados y seguidos al pie de la letra, sino se quiere hacer el ridículo en las fiestas y en la vida.

Levántese a planchar la tricolor y cuélguela para el lado que corresponde. Después, pinte la fachada del chalet y barra bien la vereda de enfrente. Sea amable con el vecino, salude a un carabinero, ayude a una veterana a cruzar la calle, dele quina al ciego de la esquina, sírvale un copete al caballero de la basura.

En septiembre, todos quieren ser guachacas, incluso los cuicos. ¡Gran sacrilegio! Los mismos que arrugan la nariz si el vino no se los descorcha un 'sommeliere', el '18' se sienten muy patriotas tomando tinto en vaso de plástico. ¡No hay que creerles ni lo que rezan! ¿Una fonda en CasaPiedra? ¿Una ramada en una cadena internacional de hoteles? ¡Por favor, llamen a la Inquisición! Las fondas y ramadas son esencialmente guachacas; CasaPiedra, hoteles, 'espacios' y 'centros de eventos' son esencialmente cuicos. Y punto.

El Guachaca cuida su presentación personal y ésta empieza en los chuteadores, que ojalá sean de charol y bien brillosos. Además, péguele una escobillada al ternero, reúna la tenida oficial (pañuelito cuequero, charqui y petaquita de reserva.

Papito corazón, va siendo hora de que vaya a buscar a los cabros chicos que tiene repartidos y los lleve a orearse un poco que sea. Ya harto han tenido con los juicios por pensión alimenticia. Y para que olviden los malos ratos, qué mejor que encumbrar.

Flaco favor le hicieron a la cueca cuando, por Decreto Nº 23 de 1979, la convirtieron en 'danza nacional', oficial y obligatoria. En realidad, la cueca es el baile guachaca por antonomasia. Con decreto o sin él, lo bailamos cada vez que podemos.

Es cierto que el pipeño ha ganado terreno, pero en Fiestas Patrias la chicha tiene que primar a la hora de refrescarse el guargüero. Y habiendo tanta uva de calidad y buenos especialistas en fermentación, ¿va a andar por ahí curándose con pichí de gato?

Éste es el peor de los pecados: hacerse el 'refiné'. Vamos viendo: comer empanada con tenedor y cuchillo, pedir bebidas 'light' en plena fonda, llegar tarde al asado por quedarse trabajando, bailar electrónica en vez de cumbia y mejor paramos aquí, que nos vamos a terminar calentando.

Por estas fechas, hasta de debajo de las piedras salen los 'payadores' de la tele. Igual uno se ríe con ellos, pero no es llegar y creerle el cuento a cualquiera, alegan algunos sabios de la décima. Payar no es puro agregarle 'ay sí' a todas las frases.

Ycon deseos puros ya saben a lo que nos referimos: al agua, con o sin gas. Como decía nuestra tía abuela, agua toman los burros; los seres humanos empinamos tinto, blanco, rosé, enguindados, combinados y tanto otro néctar que hay en la viña del Señor.

Diosito, en su misericordia infinita, nos creó la mujer y el copete, a ver si así la pasábamos mejor. Por eso, los guachacas no aceptamos que nos los anden quitando. Así que no se olvide de pedirle permiso a su compebre antes de sacarle a bailar la dama. J