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No soy un deportista de elite

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Sin lugar a dudas esta es la columna más honesta que he escrito desde que partí esta aventura. No es que las otras no hayan sido sinceras, sólo que ésta la siento más mía; más como es mi vida de lunes a lunes.

Y es que durante los últimos días ha sido bastante difícil centrarme en el asunto de la vida sana y más que nada me he enfocado en el ítem del tipo normal. Durante una semana no asistí a mi clase de crossfit y tampoco he hecho actividad física como a mí me gusta. Sólo hoy, hace pocos instantes llegué de correr cinco kilómetros; cosa que no hacía hace más de dos semanas.

¿La explicación? Es que no soy un deportista de elite, no quiero ser musculoso, ni que mi cuerpo sea un mapa de la fibra. Como lo dije en columnas anteriores, sólo quiero ser un tipo sano y como tal me doy algunas libertades.

Por ejemplo, los 'compromisos sociales' suelen ser importantes en mi vida; claro está, si es que ellos involucran alguna actividad rodeada de asados y de amigos. También hay permiso para de alguna u otra forma sentirse libre y caer bajo la tentación de una buena cerveza, una copa de vino o un buen pisco sour. Ahora, seamos claros, todo lo que mencioné anteriormente no contribuye en absolutamente nada en la rutina deportiva del día siguiente y yo lo comprobé durante estos últimos días.

¿Me lancé? No. Sólo fui un tipo normal. De clase media que no está obsesionado con su cuerpo y tampoco con el famoso qué dirán. Hago deporte porque me gusta, no porque me obliguen o porque quiero ser una máquina, y eso, mis queridos lectores, es lo más importante que deben aprender cuando emprendan el viaje de una vida sana.

El deporte no es matarse corriendo, empecinarse en que te crezcan los bíceps o levantar 200 kilos en pesas. El deporte es un estado mental, en donde si no lo practicas te angustias y si lo haces liberas endorfinas y te sientes bien: tan simple como eso. Sí, es como una droga, la mejor si se quiere hablar del tema, la cual una vez que la pruebas es difícil de dejar.

Como dije al comienzo, esta semana he estado parado. Como un tipo normal, tengo una vida más allá del deporte. Tengo una pega y una familia que demandan tiempo y mi cuerpo de 33 años lo sabe.

El mensaje de esta semana es el siguiente. Sean tipos normales que le dedican algunas horas de su vida al deporte. No se maten, no se lesionen, no se priven. Sean felices haciendo ejercicio y que no se vuelva una rutina. Cuando no quieran hacer algo, no lo hagan, nadie los obliga, sigan su instinto y su esencia. Somos tipos normales que queremos ser mejores por los que nos rodean y por nosotros.

Hacer deporte es difícil. No hay tiempo, no hay respiro y todos se creen mejores que uno. Recuerdo que hace poco dos personas de casi 130 kilos cada una, mientras iban en sus bicicletas con la velocidad más liviana pasaron por el lado mío y se burlaron de mí porque yo me encontraba a un lado del camino, ahogado luego de haber corrido 7 kilómetros. No es justo, pero así es la vida, a veces hay personas que te tiran para abajo y tú no sabes por qué.

El dato para esta semana es: come lo que quieras estas Fiestas Patrias, toma, con responsabilidad, lo que quieras tomar. Tú eres dueño de tu cuerpo y tú sabes de qué estás hecho. ¿No entrenaste esta semana? No importa. ¿Comiste más de la cuenta? No importa. Si estás en este cuento al igual que yo, no te preocupes. La próxima semana recuperamos, nos sacamos la cresta y volvemos a ser felices liberando endorfina.

Buenas fiestas, feliz 18 y nos vemos la otra semana, tal vez con dos kilos más en nuestro cuerpo, pero felices de seguir sudando historias.